La economía se está recuperando:
hay más basura.
Luisa María Pérez Fernández
Ingeniera Magister
Luis Guillermo Vélez Álvarez
Economista
La cuarentena ha puesto la economía en una situación
calamitosa. El gobierno anuncia un “paquete” de medidas para reactivarla; el
Banco de la República dispone una nueva reducción de su tasa de intervención y
políticos y economistas proponen todo tipo de acciones para impulsar la
recuperación de la economía. Como en botica, hay de todo ahí: cosas razonables
y soberanas tonterías. Esa profusión de propuestas parece ignorar la medida más
importante: dejar que la gente vaya a trabajar.
Ni la pandemia ni la cuarentena destrozaron el aparato
productivo ni acabaron con las habilidades físicas e intelectuales de
trabajadores y empresarios. El capital físico y humano de la economía
colombiana está intacto y listo para reanudar a plena máquina la producción de
riqueza real para la sociedad. Por ello, lo más importante es dejar que
empresarios y trabajadores puedan ir a trabajar, a producir, a vender, a
comprar, porque la dinámica de la economía no es otra cosa que la vasta red de
intercambios mediante la cual nos prestamos servicios los unos a los otros.
La increíble capacidad de recuperación de la economía
la muestra el aumento en la generación de residuos sólidos (GRS) en respuesta solamente
a una disminución parcial de las restricciones a la actividad económica
impuestas por la cuarentena. La GRS es una variable cointegrada con el Producto
Interno Bruto (PIB), lo que significa que evolucionan de la mano, bajo un estrecho
vínculo estructural de largo plazo, y que entre ellas existe una fuerte
relación de causal, que evidentemente va del PIB a la GRS.
En un interesante estudio titulado “Solid Waste and
GDP: A Cointegration Analysis”, los investigadores de la Escuela de Economía de
la Universidad Eafit, Jim Sánchez, Luisa Pérez y Hermison Velásquez, utilizando
datos trimestrales de la GRS en Medellín y del PIB de Colombia, en el período
2000 – 2017, encontraron un alto grado de cointegración entre ambas series y
estimaron en 0.78 la elasticidad entre el PIB y la GRS, lo cual significa que
un aumento de 1% del PIB da lugar a un aumento de 0.78% en la GRS.
La gráfica muestra el efecto de la cuarentena en la
evolución de la GRS en Medellín y los demás municipios del Valle de Aburrá. En
el caso de Medellín, de un máximo de 14.000 toneladas, en la segunda semana de
marzo, antes de que fuera decretada la cuarentena, se cae a 10.000, en la
segunda semana de abril, en el momento más severo de las restricciones. Luego,
especialmente después de la reactivación de la construcción y la manufactura,
se recupera y a mediados de junio estaba alcanzado el nivel previo a la cuarentena.
La GRS de los otros municipios muestra un comportamiento similar.
Es claro pues que la economía se está recuperando como
consecuencia de la mera reducción de las restricciones impuestas por de la
cuarentena. Por ello, la decisión más importante del Gobierno Nacional y de las
administraciones locales es continuar y acelerar el levantamiento de esas restricciones.
Por supuesto que serían bienvenidas una reducción de
la tributación asfixiante a las empresas y una radical reforma al mercado
laboral que facilite la contratación, pero, mientras eso llega, basta con que
empresarios y trabajadores puedan salir a trabajar.
Agosto de 2020.
Excelente
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