La
SIC: ¿un tigre de papel?
Luis
Guillermo Vélez Álvarez
Economista,
Universidad EAFIT
Con relación a la sanción
impuesta por la Superintendencia de Industria y Comercio a los ingenios
azucareros, entidades gremiales y directivos del sector, los hechos son los
siguientes:
- Nadie ha negado que las empresas y personas sancionadas hayan incurrido en las prácticas contrarias a la competencia que se les imputan.
- Se ha cuestionado el monto de las multas impuestas señalando que acarreará la ruina de los ingenios y la pérdida de miles de empleos.
- Reacción unánime de los congresistas de todos los partidos en contra de la SIC y en apoyo de los ingenios. Llaman la atención las intervenciones de los ministros de agricultura y hacienda.
La resolución 80847 de
2015 es un sólido documento de 192 hojas que reúne evidencia contundente para
demostrar que los imputados incurrieron en prácticas contrarias a la
competencia: acuerdo para asignar cuotas de producción en el mercado interno y
acuerdo para impedir la importación de azúcar por terceros. Son decenas de correos electrónicos y otros
documentos los que se citan. Un par de ilustraciones:
“Fui
claro en la reunión que antes de hablar de cantidades y precios, nosotros como
industria azucarera colombiana necesitamos un compromiso unánime de todos que
no llegará a Colombia un solo grano de azúcar boliviano importado por
comerciantes colombianos o extranjeros” (hoja 68).
“El
objetivo del programa tiene éxito dependiendo de la rapidez como se tomen las
decisiones de precio, de manera que nos permitan atacar las importaciones de
azúcar de un momento a otro, sin darle mucho espacio a los importadores para
que actúen” (hoja 70).
Especialmente preocupante
es la circunstancia de que el llamado Fondo de Estabilización de Precios del
Azúcar (FEPA), que es una entidad adscrita al Ministerio de Agricultura, haya
sido uno de los mecanismos empleados para la distribución de las cuotas de
producción. En la resolución mencionada pueden leerse, entre otras, las
siguientes cosas:
“…su
Comité Directivo ha servido como escenario común para la concertación de temas
que afectan la libre competencia del mercado del azúcar en Colombia, lo cual
puede evidenciarse en las actas de dicho Comité y en diversos correos
electrónicos” (hoja 8)
“…el
FEPA en su práctica, de acuerdo con el diseño realizado por el Comité FEPA, se
desnaturalizó, al mutar en una herramienta de asignación de cuotas de
producción o suministro en el mercado colombiano de azúcar…”
( hoja 41).
Las multas no son ni
ilegales ni excesivas. En todos los caso están por debajo del monto máximo permitido
por la ley. Las impuestas a los ingenios en ningún caso exceden el 6,6% de sus
ingresos operacionales. Nadie se quiebra con esas multas. En la tabla,
construida con datos tomados de le resolución 80847 que nadie ha desmentido, se
indica la multa aplicada a cada uno de los ingenios y lo que ésta representa
como porcentaje de los ingresos operacionales y del patrimonio de cada uno de
ellos.
Ingenio
|
Multa
$ millones
|
% de ingresos
operacionales
|
% del patrimonio
|
% multa
máxima
|
Riopaila- Castilla
|
40.158
|
5,4
|
6,0
|
62,3
|
INCAUCA
|
49.059
|
6,6
|
3,6
|
76,1
|
Manuelita
|
32.855
|
6,6
|
5,5
|
51,1
|
Providencia
|
35.399
|
6,6
|
6,4
|
54,9
|
Mayaguez
|
28.723
|
6,6
|
4,0
|
44,6
|
La Cabaña
|
18.419
|
6,6
|
3,3
|
28,6
|
Pichichì
|
13.400
|
6,6
|
5,6
|
20,8
|
Risaralda
|
16.687
|
6,6
|
6,6
|
25,9
|
San Carlos
|
5.362
|
6,0
|
1,6
|
8,3
|
Carmelita
|
7.493
|
6,6
|
5,6
|
11,6
|
Central-Tumaco
|
1.795
|
3,3
|
6,0
|
2,8
|
Marìa Luisa
|
2.224
|
6,0
|
3,4
|
3,5
|
Este caso es una
elocuente ilustración de la forma en que una intervención del estado en la economía
provoca nuevas intervenciones que buscan contrarrestar los efectos nefastos de
la primera. El estado, dizque para estabilizar los precios, se inventa el FEPA,
y éste se convierte en un instrumento que facilita la cartelización que acaba
con la competencia en el mercado, lo cual obliga al estado a intervenir
nuevamente con la SIC para tratar de reestablecerla. Por otra parte, las acciones
para impedir las importaciones de azúcar por terceros están concentradas en
Ecuador y Bolivia, países de los cuales por hacer parte de la Comunidad Andina el
azúcar puede importarse sin arancel. El proveniente de otros países está
gravado con un arancel del 70%. Naturalmente si dicho arancel no existiera o
fuese sustancialmente menor, los productores nacionales serían incapaces de
impedir las importaciones y éstas fluirían permitiendo que los consumidores
tuvieran menores precios y que los productores buscaran hacerse más eficientes
para mantener su participación en el mercado nacional y llegar al mercado
internacional. Así pues, con la intervención de la SIC, el estado está tratando
de contrarrestar las imperfecciones del mercado creadas por las intervenciones del
propio estado. Sin el FEPA y con un arancel moderado no habría sido necesaria
la intervención de la SIC.
Ahora bien, ante un
problema creado por el propio estado se trata de encontrar la forma más
adecuada de resolverlo. Lo que está en juego es algo muy importante: el
desarrollo y la consolidación de una institucionalidad económica independiente
de los políticos y las presiones gremiales. No en vano el fortalecimiento del
SIC y la aplicación de una política de competencia seria, técnica y rigurosa es
una de las condiciones impuestas al País para su ingreso a la OCDE.
Las intervenciones de los
ministros y voceros del gobierno en contra de la SIC son deplorables. Lo son
igualmente las de los congresistas. Los ministros no son o no deberían ser los
representantes oficiosos de los gremios en el ejecutivo ni los congresistas en
el legislativo. Se supone que unos y otros representan el interés general y no
el interés particular de un gremio de la producción. Sería lamentable que en
este caso ocurriera lo mismo que ocurrió en 2001 cuando el gobierno – cediendo
a las presiones de un grupo económico - despidió al superintendente de entonces
por oponerse a la fusión de ACES y Avianca. La SIC quedó convertida en un rey
de burlas hasta su renacimiento reciente motivado por las exigencias de la
OCDE.
Ni los empresarios del
azúcar ni de los demás sectores dedicarán sus esfuerzos y energías a hacerse
más competitivos mientras encuentren que
es más rentable el lobby y el cortejo ante el gobierno y los políticos para
obtener medidas de protección que en definitiva van en contra del consumidor.
Esto será lo que continuará ocurriendo si el gobierno cede ante las presiones y
deja que la SIC se convierta nuevamente en un tigre de papel.
LGVA
Octubre de 2015.