Cuatro falacias sobre la desigualdad
Luis Guillermo Vélez Álvarez
Economista
En su incontinente cuenta de
twitter, el 11 de junio de 2023, Gustavo Francisco Petro Urrego, escribió:
“Somos el país más desigual de
la OCDE, así no encontraremos ni la paz ni una verdadera democracia. El programa de gobierno y sus reformas y políticas
públicas tiene un principal objetivo: reducir la desigualdad”
Esta es una frase retórica en
la que anidan cuatro falacias que conviene refutar:
1. No es
cierto que un alto GINI de ingreso impida la paz y la democracia.
2. La
distribución del ingreso de un país depende de múltiples variables, su nivel de
desarrollo, entre ellas, no de la buena o mala voluntad de sus gobernantes.
3. Colombia
tiene un GINI de ingreso elevado, pero eso no significa que sea un país
desigual pues su GINI de consumo, el que realmente importa, es bajo.
4. La
desigualdad no se reduce aumentando el tamaño del estado y su control sobre la
economía sino con mayor libertad económica.
I
No es cierto que la
desigualdad impida la paz y la democracia. Países como Sudáfrica, Namibia y
Brasil, que tienen coeficientes de GINI ingreso superiores a Colombia, no están
en guerra ni padecen los niveles de violencia política y criminalidad que
sufrimos los colombianos. También ostentan indicadores de democracia y libertad
económica bastante elevados.
La tabla 1 presenta el
coeficiente de GINI del ingreso, el Índice de libertad
Económica (ILE)
y el Índice de Democracia (ID) para un grupo de países de
ingreso medio, de acuerdo con la clasificación del Banco Mundial, y cuyo GINI está por
encima de 40, nivel considerado alto.
Ninguno de esos países cae
dentro de la categoría de “Régimen Autoritario” empleada por The Economist y
nueve de ellos, incluido Colombia, están en la categoría “Democracia
deficiente”. Los demás son “Regímenes Híbridos”.
En cuanto al ILE, diez de
ellos, incluido Colombia, están por encima de 60/100, lo cual los hace
moderadamente libres, los demás, cuyo ILE están encima de 50/100 y debajo de
60/100, son menos libres. Ninguno carece por completo de libertad económica.
Tabla
1
En síntesis: el conjunto de
países de ingreso medio con coeficientes de GINI de ingreso elevados tiene
niveles de libertad económica y democracia bastante aceptables en el contexto
internacional y ninguno de ellos, excepción hecha de Colombia, presenta problemas
de violencia política y elevada criminalidad.
II
La igualdad jurídica y la
igualdad política dependen de la voluntad de los ciudadanos y pueden ser
decretadas constitucional y legalmente y garantizadas por el poder del
gobierno. La igualdad económica no puede ser decretada a voluntad ni impuesta
coercitivamente, no puede ser absoluta y su mayor o menor grado depende de un
conjunto de fuerzas que obran en las diferentes fases del desarrollo
económico.
Angus Deaton, nobel de
economía en 2015, señala que “el crecimiento económico es el motor de escape de
la pobreza y de la carencia material”, no obstante, lo cual, “la desigualdad
es, frecuentemente, una consecuencia del progreso”. Y ello es así porque siendo
el crecimiento resultado principalmente de las nuevas invenciones o
innovaciones, cuando éstas surgen “alguien tiene que ser el primero en
beneficiarse”. Añade, Deaton, que “las desigualdades asociadas a la espera por
un tiempo son un precio razonable que hay que pagar”.
También el marxista Piketty
señala que el crecimiento económico mismo, a causa de las innovaciones que lo
impulsan, es la mayor fuente de desigualdad, más importante que los patrimonios
heredados:
“El crecimiento puede dar origen a nuevas formas de
desigualdad – por ejemplo, se pueden amasar fortunas muy rápidamente en los
nuevos sectores de actividad – y al mismo tiempo provoca que la desigualdad de
los patrimonios originados en el pasado sea menos importante y que las
herencias sean menos determinantes”
Esta esa vinculación entre
crecimiento y desigual distribución del ingreso fue bien comprendida por los grandes
estudiosos del desarrollo económico, como los también nobeles de economía
Arthur Lewis y Simon Kuznets.
Señala Lewis:
“El desarrollo económico exige
recompensas diferenciales a la pericia, el trabajo arduo, la instrucción, los
riesgos y la disposición a asumir responsabilidades”
Y añade:
“…el crecimiento económico
puede deplorarse en la medida en que dependa de la desigualdad del ingreso. No
puede negarse que esa dependencia existe, puesto que el crecimiento económico sería
muy pequeño o negativo, si no existieran recompensas diferenciales para el
trabajo arduo, para el trabajo concienzudo, para las pericias, para la
responsabilidad y para la iniciativa”
Por su parte, Kuznets planteó
que las fases iniciales del proceso de crecimiento económico, la desigualdad
tiene a aumentar, se estabiliza luego y más tarde tiende a disminuir. Así, la relación entre
crecimiento y desigualdad tendría la forma de una U invertida, la
que se conoce como la Curva de Kuznets. Señaló que la desigualdad tendía a ser
mayor en los países en vía de desarrollo que en los más avanzados.Kuznets reconoce en su
momento que se trata de una conjetura pues carecía de información necesaria
para verificarla. Hoy disponemos de esa información.
La gráfica 1 muestra el GINI de
ingreso promedio de un conjunto de países agrupados según el ingreso por
habitante. La barra de la izquierda, 37.5, reúne 15 países con PIB/H inferior a
US$ 1.000 anuales. A continuación, con 40.6, hay otros quince con PIB/H entre
mil y dos mil dólares. El GINI promedio más alto es el de 50 países con PIB/H
entre dos mil y diez mil dólares. Las dos barras siguientes, cada una de 25
países, muestran coeficientes de GINI inferiores. La hipótesis de Kuznets tiene
todo el sentido.
Gráfica
1
Resumamos: la desigualdad en
la distribución del ingreso no es el resultado de políticas económicas inadecuadas
y supuestamente se eliminaría si se aplicaran las correctas. La desigualdad es
el resultado de un complejo conjunto de fuerzas que operan de forma diferente
en las distintas fases del desarrollo económico.
III
Los estudiosos del desarrollo han mostrado que en
Colombia la relación entre el crecimiento y la desigualdad en la distribución
del ingreso ha seguido el patrón de la Curva de Kuznets:
“…el proceso de crecimiento económico (desde finales
de los años treinta y hasta finales de los ochenta) estuvo estrechamente ligado
a una característica sobresaliente del desarrollo colombiano: un giro intenso
del grado de desigualdad de la distribución del ingreso. La famosa hipótesis de
Kuznets, una trayectoria del grado de concentración del ingreso en forma de U
invertida de manera simultánea con el avance del ingreso per cápita, se
comprobó en Colombia y de manera intensa. Así, el ingreso se concentró rápidamente
hasta la primera mitad de los años sesenta y, posteriormente, ha venido
desconcentrándose”
Esa tendencia a la desconcentración es notoria también
en los años 90, como se muestra en la Gráfica 2.
Gráfica 2
Frecuentemente se señala que en Colombia la política
pública no impacta o impacta poco valor del coeficiente de GINI del ingreso
como al parecer ocurre en otros países. Probablemente exista un problema de
medición o, más importante aún, uno asociado a la naturaleza de la política
pública en Colombia que ha estado más orientada a facilitar el acceso gratuito
o a muy bajo costo a la educación, la salud, la vivienda y los servicios
públicos domiciliarios. Por tanto, el efecto de esa política se observa en la
distribución del gasto monetario y no en la del ingreso monetario.
La gráfica 3 las curvas de Lorenz de ingreso y gasto
monetarios obtenidas de la última Encuesta Nacional de Presupuestos de los
Hogares del DANE.
Se observa, claramente, que el área comprendida entre la línea de igualdad y la
curva de Lorenz de gasto es inferior al área entre aquella y la curva de Lorenz
de ingreso. O, dicho de otra forma, el Gini del gasto monetario 35,8 es
notablemente inferior al del de ingreso monetario 51,6.
Gráfica 3
Hay una razón elemental para esperar que el Gini de
gasto asociado a un Gini de ingreso dado sea mucho menor: la gente ahorra y a
medida que su ingreso es mayor la gente ahorra más. Pero la gente también se
endeuda, lo que le permite un mayor consumo, especialmente en bienes durables,
que el que puede obtener con su ingreso corriente. También está el efecto de
las trasferencias y donaciones recibidas por los más pobres que elevan su gasto
por encima de lo que permite el ingreso propio. Y, lo más importante, el acceso
gratuito o ampliamente subsidiado de amplios sectores de la población a los
servicios de educación, salud y servicios públicos domiciliarios.
A diferencia del Gini del ingreso, que aparece hasta
en la sopa, el Gini del consumo es más inusual. Importantes organismos
multilaterales no lo calculan, aunque podrían hacerlo; tampoco lo hacen el DANE
ni el DNP en Colombia. No obstante, en la tabla se reúnen los de algunos países
representativos.
Tabla 2
Con sus Gini de consumo de 2017, Colombia no luce mal
frente a los países de nuestra pequeña muestra. Nos comparamos bien con Chile,
y mucho mejor con Costa Rica, y no desmerecemos frente a los países
desarrollados incluidos.
El Gini del gasto o del consumo es sustancialmente
menor que el Gini del ingreso y ambos se han reducido en los últimos 10 años,
mucho más el primero que el segundo. Los Gini del sector rural son menores que
los de los cascos urbanos.
En conclusión, contrariamente a lo que se afirma, con
un Gini de gasto de 36, Colombia es un país muy igualitario en el consumo, que
es lo que en verdad importa.
IV
Nada más contrario a la verdad
que la pretensión de Petro según la cual el aumento del tamaño del gobierno y
su control sobre la vida económica reduce la desigualdad. Todo lo contrario,
los países con mayor libertad económica son más igualitarios que los países con
menos libertad.
Gráfica
4
La gráfica 4 presenta el
coeficiente GINI de ingreso promedio de tres clases de países agrupados según
su ILE. Notoriamente los más libres son menos desiguales y la desigualdad
aumenta con la menor libertad económica.
Quedan así refutadas las cuatro
falacias sobre la desigualdad.
LGVA
Junio de 2023.