Ahorrar
41 billones de pesos
Luis
Guillermo Vélez Álvarez
Economista
Desde la aprobación de la Constitución de 1991, ha
sido una práctica recurrente que el Gobierno Nacional presente un presupuesto parcialmente
desfinanciado para forzar luego la aprobación de una reforma tributaria. Duque
lo hizo en dos oportunidades, Santos otras tantas, Uribe y Pastrana no fueron
la excepción. El gobierno de Petro sigue esa tradición inveterada de la
política fiscal colombiana y el Congreso seguirá la también inveterada
tradición de aprobarlo sin chistar para luego aprobar una reforma tributaria,
hipócritamente llamada ley de financiamiento.
El artículo 347 de la Constitución permite la
presentación de un presupuesto desfinanciado y la presentación concomitante del
proyecto de ley para crear nuevos tributos para su financiación.
Adicionalmente, admite la aprobación del presupuesto sin que se hubiere
aprobado la ley de financiación. El artículo 348 cierra el círculo al
establecer la “dictadura fiscal”, facultando al gobierno la adopción por
decreto del presupuesto presentado. La aplicación de estos artículos debía ser
excepcional, para evitar la parálisis del gobierno en una coyuntura especial;
su transformación en práctica corriente es una aberración fiscal y un abuso
contra los ciudadanos sometidos a la pantagruélica voracidad del Gobierno y el
Congreso cómplice.
Sin ilusión de convencer a nadie y solo para dejar
testimonio, se presentan a continuación cuatro propuestas para recortar el
presupuesto de 2025 en cuarenta y un billones de pesos:
1.
Eliminar o reducir
a su mínima expresión 17 entidades burocráticas – Contaduría, Auditoría,
Defensoría del Pueblo, etc. - que no hacen nada más que reprocesar información
de los ministerios o suplantarlos en sus funciones. Ahorro: 2 billones.
2.
Eliminar o reducir
a su mínima expresión el DPS y el Ministerio de la Igualdad que no tiene otra
función que el reparto de dinero para crear una clientela de mantenidos del
Gobierno. Ahorro: 7 billones.
3.
Exceptuados
Hacienda, Defensa, Justicia y DNP, recortar en 15% el presupuesto de todos los
ministerios. Ahorro: 30 billones.
4.
Recortar en 15% el
presupuesto de la Contraloría, la Fiscalía, la Procuraduría, la Presidencia y
el Congreso y eliminar los aportes de la Nación a las CAR. Ahorro: 2 billones.
El recorte propuesto concierne exclusivamente al gasto
burocrático y al gasto puramente asistencialista ejecutado por entidades como
el DPS que no parecen tener otra función que hacer traslados electrónicos o
repartir cheques. No se toca el servicio de la deuda ni las transferencias del
SGP, tampoco el presupuesto del Ministerio de Defensa ni el de la rama
judicial. No se reducen los presupuestos de inversión de los ministerios,
excepto en algunas partidas con las que el gasto de funcionamiento se maquilla
como inversión. No se recortan los presupuestos de ninguna de las superintendencias
ni el del DNP.
Con este recorte sería totalmente innecesaria la nueva
ley de financiamiento, con la que el gobierno pretende recaudar 12 billones, y,
por el contrario, podría reducirse el IVA en unos tres puntos lo cual ayudaría
a la anhelada reactivación económica porque la mejor política fiscal es dejar
dinero en el bolsillo del consumidor.
LGVA
Septiembre
de 2024
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