Crisis de la policía o crisis de seguridad ciudadana: más
allá de la comunidad del anillo
Luis Guillermo Vélez Álvarez
Economista, Docente Universidad EAFIT
La
policía nacional presta un mal servicio, cada vez peor con el correr de los
años y ello a pesar de los ingentes recursos presupuestales que recibe. Entre
2004 y 2014, la población colombiana creció un 12%, al tiempo que el número de
delitos de toda índole, reportados en las estadísticas oficiales de la policía,
lo hizo en 122%. Entre ambas fechas, el número de delitos por cada 100.000
habitantes pasó de 714 a 1408.
Gráfico 1
Pero
las cosas son aún peores. Según la Encuesta DANE de Convivencia y Seguridad Ciudadana
de 2015, realizada entre abril y junio en 28 ciudades a 17.491 personas de 15 o
más años, el 17,3% de ellas sufrieron al menos un delito durante 2014. Si
asumimos que la muestra es representativa de la población, en ese año habría
sido víctima de por lo menos un delito la friolera de 6.018.531 de personas, es
decir, se habrían perpetrado 12.628 delitos por cada 100.000 habitantes. Ahora
bien, según esa misma encuesta, el porcentaje de denuncia es el 23,9% de los delitos.
Aplicando esa cifra a los 671.243 delitos reportados en las estadísticas de la policía
se tiene que, en 2014, se habrían cometido 2.808.548 delitos, es decir 5.893
por cada cien mil habitantes. ¡Háganme el favor! Por cualquier lado que se mire
la situación de seguridad en el País es catastrófica.
En
la Revista Criminalidad se presentan una serie de estadísticas sobre la
actividad operativa de la policía. Se mencionan indicadores como mercancía
incautada, vehículos recuperados, artefactos desactivados, droga incautada, hectáreas
asperjadas, etc. Pero finalmente los delitos son cometidos por personas razón por
la cual el indicador más adecuado de la actividad operativa de la policía es el
número de personas capturadas con relación al número de delitos. En 2004, la policía
reporta la captura de 323.199 personas frente a 320.697 delitos, es decir, 107
capturados por 100 delitos. En 2014, por los 671.243 delitos conocidos por la policía
se capturaron 272.835 presuntos delincuentes, es decir, 41 capturados por cada
100 delitos.
Gráfico 2
Entre
2004 y 2014 el presupuesto de defensa y policía pasó de 11 a 27 billones de
pesos, lo que supone un crecimiento de 142% en pesos corrientes y de 64% en términos
reales. Para que se tenga una mejor idea del significado de las cifras, en la gráfica
3 los datos se presentan en pesos de diciembre de 2015.
Gráfico 3
En
2014, el de la policía representó aproximadamente el 30% del presupuesto total de defensa y policía.
Como las estadísticas de la Dirección de Presupuesto del MHCP no desagregan, se
asume este porcentaje para estimar el presupuesto correspondiente a la policía en todo el período considerado. Tomando las cifras de población
del DANE puede calcularse el gasto público en seguridad policial por habitante
en pesos de diciembre de 2015. Esto se presenta en el gráfico 4. Entre 2004 y
2014 dicho gasto creció 47% real.
Gráfico 4
La
Policía Nacional de Colombia (PNC) es una empresa del estado encargada de
prestar el servicio de seguridad en todo el territorio nacional. A pesar, o quizás
a causa de ello, de gozar de privilegios legales y de una financiación garantizada
y creciente del presupuesto público, la PNC ha perdido mercado frente a las
empresas de seguridad privada, legales e ilegales. De las primeras, es decir,
de las vigiladas por la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada, existen
740 que emplearon 240.103 personas – la PNC tiene unos 160.000 uniformados - y facturaron 7.5 billones de pesos en 2014,
cifra casi igual al presupuesto de la PNC en ese mismo año. De las segundas no
se tienen cifras precisas, pero se sabe de su existencia en las principales
ciudades del País.
Gráfico 5
El
crecimiento de la seguridad privada – legal e ilegal – es también prueba palmaria
del fracaso de la PNC en el desempeño de sus funciones. La naturaleza detesta
el vacío, decía Aristóteles. Las
empresas legales de seguridad privada y las bandas ilegales al parecer surgen
para suplir una demanda de seguridad que la PNC es incapaz de satisfacer. Los
que pueden pagarse su seguridad privada debidamente legalizada lo hacen; los
que no, es decir los más pobres, quedan sometidos a la extorsión de las bandas –
o ¿será mejor decir empresas? – ilegales que imponen la compra de sus servicios
en los territorios bajo su control. En Medellín
se les denomina “combos”. Se sabe que son 239, con presencia en 15 de las 16
comunas de la Ciudad. Se conocen sus nombres – los mondongueros, los bananeros,
los lecheros, los edificios, los del hueco de María y un largo etcétera - y su localización territorial. Sin embargo, la
PNC hace poco o nada para combatirlos. ¿Por qué razón no los combate?
La
gente vive en una ciudad, en un barrio, en una casa. Decir que se vive en
Antioquia o Colombia es una abstracción. El ciudadano es asaltado en las calles
de su ciudad, en las esquinas su barrio o en su propia casa o negocio. La
seguridad de la vida y las propiedades es un asunto local. La Constitución
parece reconocer este hecho al proclamar, en el artículo 315, que “el alcalde es
la primera autoridad de policía del municipio”. Y añade que: “La policía cumplirá
con prontitud y diligencia las órdenes que le imparta el alcalde por conducto
del respectivo comandante”. Aquí está el quid de la cuestión.
La
PNC es una entidad nacional y eso lo saben todos los policías, desde el más humilde
dragoneante hasta el más encumbrado general. Saben que nombramientos, remuneración,
ascensos, traslados no dependen en nada de la “primera autoridad de policía del
municipio” y muy poco de su desempeño efectivo en la localidad a la que están asignados.
Cuando las empresas de seguridad privada, legales e ilegales, suplen las
demandas de seguridad, los miembros de la PNC no pierden nada, no pierden
mercado y en poco o nada se afectan su remuneración ni sus condiciones
laborales. La oficialidad sabe también que su permanencia y ascensos dependen
del poder presidencial y del congreso y en consecuencia se dedican a
cortejarlos.
En
Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y la mayor parte de los países de la Unión Europea
existen varios niveles del servicio público de policía, incluida, por supuesto,
una policía municipal. En distintos períodos de la historia colombiana
existieron policías departamentales y municipales a órdenes de gobernadores y alcaldes. Esto es más coherente con el principio de subsidiaridad de la acción
estatal y con la tradición y los valores genuinamente liberales. Una
policía municipal dependiendo del alcalde permitiría una mejor alineación de
los incentivos y generaría entre los municipios una competencia en la oferta de
seguridad. Las empresas y las personas podrían votar con los pies instalándose
en aquellos municipios que tengan las policías públicas y privadas más
eficientes y menos corruptas.
En
síntesis: el número de delitos de toda índole padecidos por la población
colombiana ha crecido en los últimos años, al tiempo que eficiencia operativa
de la policía, medida por el número de capturas en relación a los delitos, ha
disminuido; ello a pesar del incremento en el gasto público por habitante en
seguridad ciudadana. Pero el crecimiento del gasto de los ciudadanos en seguridad es aún mayor como
quiera que el vacío dejado por la PNC ha sido llenado por agencias privadas de
seguridad legales e ilegales. La crisis de seguridad del País, como se ha
puesto en evidencia, es profunda y afecta especialmente a la gente más pobre.
Es necesario sacar la discusión del terreno deplorable en el que está y pensar
en una solución radical que puede pasar por la disolución de la PNC y la adopción
de un modelo de policía civil, descentralizada y municipal y la posibilidad de que los municipios contraten servicios de seguridad con empresas privadas.
LGVA
Febrero
de 2016.
Flaco, yo creí que eras un economista decente, pero eres un economista docente
ResponderEliminarRecomiendo leer el artículo, da nuevas pistas sobre la situación que vive la policía nacional de Colombia a su interior.
ResponderEliminarEstamos buscando la fiebre en las cobijas. Cómo si privatizar todo fuera la solución a una sociedad sin ética, ni en el Estado, ni en el sector privado.
ResponderEliminarCuando una sociedad le da importancia al bienestar social, la policía puede empezar a sobrar y nos evitamos parte de la corrupción.También puede ser que contratemos el congreso con la empresa privada, el presidente puede ser un tipo eficiente como Pablo Escbar(paradigma de los empresarios triunfadores en Colombia), la justicia la pueden implementar la Bacrim.
Flaco, con razón en el lomo de los libros que aparecen en tu blog, no se ve que tengan siquiera título. Son libros hueros y vacíos como los leíste para cambiarte a la economía que defiendes, una economía que solo adora el capital privado, la explotación y sus beneficios, tan corrupto e ineficiente, o más, que el capital público. Recuerda las comunidades de los carteles de los pañales, el papel higiénico, el cemento, el azúcar, las eps, las petroleras, las electrificadoras, Etc. Etc. El anillo de los policías es una nimiedad al lado de ese enorme aro de los particulares.
ResponderEliminarCuando en Roma gobernó Nerva se impuso la moderación, cuando gobernó Trajano llegó la justicia, cuando gobernó Adriano imperó la tolerancia, cuando subió Antonino Pio gobernó la bondad y con Marco Aurelio gobernó la sabiduría, de modo que así como se habían sucedido los vicios, durante un siglo se sucedieron las virtudes en el trono de Roma. Tal vez era en aquellos tiempos, al parecer, el poder del ejemplo, el peso pedagógico de la política sobre la sociedad. (Ver William Ospina. Preguntas para una nueva educación).
ResponderEliminarEn Colombia también cunden los ejemplos:
1. la corrupción: "¿cómo voy yo ahí?"
2. la brabuconada: "SI TE VEO TE DOY EN LA CARA MARICA"
3. regalar los bienes públicos (Gaviria, Pastrana, Uribe, Santos) y gobernar bien mal
4. Alta corrupción en la "eficiente" empresa privada (no somos Cundinamarca, sino Dinamarca, gracias al eficiente capitalismo colombiano)
5. Seguir enseñando mala economía, como la neoclásica, llena de fallas epistemológiicas y carencia para entender la realidad.
Ymi e mail es rrestreu@unal.edu.co
ResponderEliminarDefinitivamente Flaco, no solo eres flaco de carnitas y huesitos, sino también ahora de ideas.
ResponderEliminarQué tal si le entregas la operación de la policía a Eafit. Aprovechando que eres docente de Eafit, Tu mismo podrías ser el Alto Comisario Policial, para que logres la eficiencia neoclásica, junto con Hugo López, que podría ser el Director de Recursos Humanos, para que cree desempleo –su muletilla preferida- despidiendo a los policías corruptos, reemplazándolos, por ejemplo, por docentes de Eafit, parecidos a ti, desde luego. Pero también le entregas a la policía la producción de cemento, azúcar, pañales, petróleo, servicios de salud, Etc. para eliminar la corrupción privada que se da en estos sectores. Te suena?
Para esto, puedes volver al lobby del Congreso a tratar de introducir de contrabando un articulito en una ley, como el que pretendiste la otra vez para que pudieran privatizar a EPM. Recuerdas que casi te da resultado?