De
nuevo sobre EPM: respuesta a Guillermo Maya
Luis
Guillermo Vélez Álvarez
Economista,
Docente Universidad EAFIT
El profesor Guillermo Maya
me ha hecho el honor de dedicar su muy sesuda y leída columna de El Mundo a un
modesto artículo que, a propósito de recientes discusiones sobre la situación
financiera de EPM, publiqué en mi casi clandestino blog personal. Quería, antes
que nada, dejar en claro que no hay ningún nubarrón que amenace la situación
financiera de la Empresa y que más que de los tropiezos, reales o supuestos, de
su proceso de internacionalización, si alguna amenaza sobre las finanzas de EPM
llegara a surgir ésta provendría de la marcada tendencia de los gobiernos
municipales a financiar, de forma directa o subrepticia, con cargo a sus
utilidades lo que los políticos gustan llamar “gasto público social”. Indiqué
que eso era preocupante tanto para el municipio como para la empresa y traje a
colación el caso de Ecopetrol y el gobierno nacional, cuya crisis fiscal
proviene de haberse habituado a financiar gastos permanentes con recursos inciertos
y variables como lo son, por su propia naturaleza, los ingresos de empresas que
están sometidas a los riesgos del mercado. Con ánimo provocador añadí el
párrafo que habla de las acciones y Wall Street y titulé el artículo como lo
titulé. Y Maya se dejó provocar, lo cual me resulta extremamente placentero.
Maya hace un recuento de mis
intervenciones en diversos momentos de la historia de EPM al cual no tengo nada
que objetar, salvo por el aire de conspiración que tiene el relato para dar a
entender que mis actuaciones y el articulillo de marras obedecen a los oscuros intereses
del neo-liberalismo agazapado. Nada de
eso, no soy más que un pequeño minarquista afecto a marchar contra la
corriente. No me molesta el calificativo de neo-liberal, pero me siento más
cómodo siendo un economista liberal de viejo cuño, es decir, uno cuyas
preferencias están más de lado del orden espontáneo que produce el mercado que
del desorden deliberado que causa la intervención del gobierno en la economía y
la vida de las personas.
La propiedad pública siempre
me ha parecido una ficción jurídica. Decir que negocios estatizados por Chávez
y Maduro en Venezuela o las empresas de Corea del Norte o Cuba son de todo el
pueblo no pasa de ser un chiste cruel. En los países de “economía mixta” los
más acérrimos defensores de las empresas públicas son los sindicatos y los
dirigentes políticos que se nutren de sus rentas. Fueron ellos los que
defendieron la propiedad pública de TELECOM hasta convertirla un cascarón exhausto
y vacío que se le entregó a TELEFONICA a cambio de hacerse cargo del pasivo
laboral. Pero debo reconocer que el caso
de EPM, es decir, lo que ésta significa para los ciudadanos de Medellín, es
completamente excepcional y solo encuentro comparación en lo que es
Electricidad de Francia para los franceses. Debo decir que respeto y valoro el
sentido de propiedad que los medellinenses tienen por su Empresa.
Pero Guillermo Maya me da la
razón cuando expresa su insatisfacción con las decisiones sobre EPM y UNE tomadas
durante la administración de Sergio Fajardo. Él, un pequeñísimo propietario, no
tuvo la oportunidad de decir ni pío en ese momento, como tampoco otros miles de
ciudadanos que podían estar en desacuerdo. Pero, ¿qué se podía hacer? ¿Convocar
una asamblea de todos los ciudadanos? ¿Hacer un referendo o plebiscito? ¿Se
debe hacer una consulta popular cada vez que haya que tomar una decisión de
invertir o desinvertir? A mí, también pequeño propietario, no preguntaron nada
cuando decidieron sacarle el 55% de las utilidades, hacerla socia de Parques
del Rio y ponerla a construir UVAS o invertir los recursos de la venta de las
acciones de ISAGEN en la construcción de un tranvía.
Las llamadas empresas
públicas como EPM tienen un terrible problema de agencia que es prácticamente
imposible de resolver. Entregar un bloque patrimonial de esa magnitud al libre
arbitrio de unos cuantos políticos itinerantes me ha parecido siempre desmesurado.
La expresión del capital de EPM en acciones y, ¡cómo no!, su venta a múltiples
propietarios introduce elementos de control y vigilancia de los que carece en
la actualidad. Los pequeños accionistas de ECOPETROL al menos tuvieron la
oportunidad de salirse de lo que se estaba convirtiendo en un mal negocio. La
depresión de precio de la acción es un castigo a los administradores y al
gobierno nacional que como socio mayoritario ha actuado de forma abusiva.
Para desprestigiar mi
planteamiento, Maya concluye su artículo
con algunas naderías - de esas que gustan al gran público- sobre la crisis bursátil de 2008, la especulación
financiera, el desastre de los derivados y las fantasías libertarias de mi
admirada Ayn Rand. Especuladores y avivatos siempre habrá y en el futuro se
volverán a presentar otras crisis bursátiles. Pero decir que las bolsas de
valores son pura especulación y que no canalizan fondos de largo plazo es una
enorme descachada. ¿De dónde salieron los recursos que han financiado a
Google, Apple, Facebook, etc.? ¿De alguna caja social y popular de ahorro solidario?
La anterior gran crisis bursátil ocurrió por allá en 1929, es decir, casi 80
años antes de la de 2008. Durante esos años las grandes bolsas de valores movilizaron
los ahorros que financiaron la más vigorosa expansión del capitalismo mundial
que sacó de la pobreza a millones y millones de personas en el mundo entero.
Con ese resultado, una crisis bursátil cada 50 años es algo que se puede
soportar.
Como medellinense raizal y,
por tanto, pequeño propietario de EPM, manifiesto que me encantaría ver el
capital de mi empresa expresado en acciones y que estás sean colocadas en la
bolsa de Nueva York en la forma de un ADR de nivel 3, que no tiene las complicaciones
con las que quiere asustarnos Guillermo Maya. Electricidad de Francia se
transformó en sociedad por acciones y colocó el 20% entre inversionistas
privados. La empresa ha crecido nacional e internacionalmente creando nuevos
empleos, las plantas de generación están donde han estado siempre y en Francia
no se ha ido la luz.
LGVA
Julio de 2016.
Genial, como siempre, pero además valiente al expresar esa posición desde el corazón de Medellín!
ResponderEliminarGenial!
ResponderEliminarDos comentarios para nutrir el debate.
ResponderEliminarPrimero es mas de forma, salir a hacer una comparación con la sinrazón y estupidez de lo que son Maduro y Chavez y su "modelo economico" no aporta al debate publico-privado.
Soy defensor de lo publico, pero estoy de acuerdo con tus palabras cuando mencionas que "Las llamadas empresas públicas como EPM tienen un terrible problema de agencia que es prácticamente imposible de resolver", considero que si se puede resolver con un buen diseño de gobierno corporativo donde la toma de decisiones sea mas equilibrada y no completamente sesgada a los caprichos del alcalde de turno que tiene todo el poder.