Vargas Lleras y EPM: entre la
ignorancia y la perfidia
Luis Guillermo Vélez Álvarez
Economista
Después de su derrota en las elecciones de 2018, de
las que se creía el seguro vencedor, Germán Vargas Lleras quedó a la deriva,
sin nada que ofrecerles a los miembros de su partidito de clientelistas sin
principios, que solo se mueven por cargos y tajadas de presupuesto. En un esfuerzo
desesperado por no caer en el olvido, buscó refugio en las páginas de El
Tiempo, donde semanalmente opina sobre cosas de las que unas veces no sabe nada
y otras tampoco.
Su última columna, “Orden en la casa”, del 16 de
agosto, es un ejemplo conspicuo de su inútil ejercicio hebdomadario por posar
de estadista informado. Sin beneficio de inventario, recoge el cuentazo del
alcalde Quintero que quiere hacer ver al Grupo Empresarial Antioqueño (GEA) como
una banda de trúhanes dedicados durante años a exprimir a Empresas Públicas de
Medellín (EPM).
Para “evidenciar” lo que denomina “profundas e
intrincadas” relaciones entre el GEA y EPM, menciona que ex – gerentes como
Juan Felipe Gaviria, Federico Restrepo y Juan Esteban Calle han sido también
destacados dirigentes de empresas del sector privado, como lo han sido muchos
otros ex - gerentes. Para un dirigente político serio, el hecho de que a la
cabeza de EPM lleguen empresarios de prestigio en lugar de pequeños
politiqueros, debería ser motivo de elogio. Pero no, Vargas Lleras, emulando a
Petro, lo convierte en algo sospechoso y turbio, enlodando de paso el buen nombre
de honorables personas.
Honorables personas son también los miembros de la
Junta Directiva que renunciaron dignamente antes de someterse a los vejámenes
de Quintero, que provocaron igualmente la renuncia de la Junta de Ruta-N. ¿De
cuando acá, como insinúa Vargas Lleras, ser empresario y conocedor de los
servicios públicos, tener buena reputación y excelentes relaciones
profesionales y de amistad en el mundo de los negocios se ha convertido en un
delito y motivo de escarnio? El ladrón juzga por su condición, dice la
sabiduría popular. Bajo, bajo, ha caído el ex – candidato.
A la manera de Petro, despliega Vargas Lleras una
serie de insinuaciones sobre las relaciones de EPM con las empresas de
ingeniería antioqueñas y el sector financiero. Para alguien que no tenga una
mente enferma de anti-capitalismo, no hay nada de extraño en el hecho de que
EPM tenga relaciones comerciales con esas y muchas otras empresas de Colombia y
de otros países. También han sido contratistas de EPM empresas de ingeniería de
Bogotá, de otras partes del País y de otros países, cuando en buena ley se han
ganado las licitaciones.
En la única parte donde pasa de las pérfidas insinuaciones
a los hechos, Vargas Lleras miente descaradamente. Queriendo justificar las
erráticas decisiones del alcalde Quintero, ensaya una analogía con lo acontecido
en Porce III, donde supuestamente se habrían presentado gigantescos sobrecostos
sin que EPM hubiese demandado a los responsables.
El presupuesto inicial de Porce III fue de US$ 948
millones. Los 550 millones de los que habla Vargas Lleras, por ignorancia o
perfidia, corresponden a un estimativo de 2002, cuando no había siquiera un estudio
de factibilidad. El costo final fue de US$ 1300 millones, lo que implica un
sobrecosto US$ 352 millones, es decir, 37%.
Alguien que se pretende presidenciable, debería saber
que entre 2005, año en el que se adjudicaron los contratos de Porce III, y
2010, año de su entrada en operación comercial, la tasa de cambio pasó $/US$ 2.300 a $/US$ 1900, promedio anual. Esto
significa que el 24% del sobrecosto fue causado por la revaluación de la tasa
de cambio. En pesos, el sobrecosto de Porce III fue 13%.
La mayor parte de ese sobrecosto se explica por obra
adicional, situación frecuente en esta clase de proyectos, como debería saber
Vargas Lleras. Porce III se entregó cuatro meses antes de la fecha prevista y
recibió por la calidad de su ingeniería el premio de la Comisión Internacional
de Grandes Presas. Así pues, señor
Vargas Lleras, en Porce III no hubo demanda porque no había nada que demandar. El
ejemplo del que se vale para darle sustancia a su argumento se viene al suelo y
solo quedan las insinuaciones y las maledicencias del mejor estilo petrista.
No voy a ocuparme del tema de la demanda de
Hidroituango que he tratado en otras partes. Basta con decir que en esto Vargas
Lleras muestra una inmensa ignorancia solo comparable con su inmenso deseo de
resultarle grato al alcalde Quintero. Para el largo ayuno burocrático al que ha
estado sometido, uno o dos puestecitos en esa junta y un par de subsecretarías
en la alcaldía es algo que no se puede desdeñar.
LGVA
Agosto de 2020.
Atisbo procesión de ignorancias cuando en Bogotá chismorrean sobre el GEA.
ResponderEliminarProfesor buenas tardes, podría decirme cual es su posición frente al GEA. Saludos.
ResponderEliminarEs un conjunto de empresas de las que soy cliente y que me parece hacen bien su trabajo de crear riqueza real. No encuentro nada de sospechoso en sus relaciones con EPM.
EliminarUsted puede pontificar desde su púlpito, pero la realidad evidente es que la junta de EPM iba a pasar de agache frente a las protuberantes irregularidades de HidroItuango. Algunos aplaudimos al alcalde y no comulgamos con la idea que dice "entre bomberos no nos pisamos las mangueras". No puede ser que el Paganini sea el pueblo colombiano.
ResponderEliminarIndignado
EliminarEstas muy demalas pa entender Toma fosforo pa activar ese ceebroy
Indignado, no se insigne mejor piense!
ResponderEliminarIndignado, no pase por tonto como el alcalde, persiguiendo brujas donde no hay
ResponderEliminarPude tener los títulos quiera, pero no puede tapar el sol con las manos
ResponderEliminarQue respondan los que tienen que responder, las pérdidas y los herrores de la junta y las administraciones pasadas no se las pueden cobrar a los usuarios de epm