Don
Conrado o la política como bondad
Luis
Guillermo Vélez Álvarez
Economista
Sus padres, Elías y Ana Antonia,
querían que se llamara Conrado y eso dijeron a los padrinos cuando les
encargaron llevarlo a la pila bautismal. Quizás porque no les pareció que ese fuera
un nombre de santoral, sus muy cristianos padrinos decidieron encomendarlo a la
Santísima Virgen y a su Hijo y lo hicieron bautizar Jesús María. Nadie sabe cómo fue la conversación entre
padrinos y padres sobre ese desaguisado, pero Elías y Ana Antonia insistieron
en que su hijo se llamara como ellos querían que se llamara, Conrado, y así, desde niño, lo
conoció todo mundo en San Cristóbal durante la larga y meritoria vida, ciento
un años, que Jesús y María decidieron darle.
El historiador de San
Cristóbal, Horacio Moreno, su amigo por años, hizo recientemente de Jesús María
(Conrado) Álvarez Correa esta semblanza:
“Si a mí me preguntan cómo
entiendo la obra y vida de este gran hombre, la resumo como una persona muy
cercana a la iglesia, un gran luchador y defensor de los campesinos y la
ruralidad, un hombre emprendedor en sus actividades comerciales, un gran
patriota y un gran demócrata que siempre ha luchado para que nuestro país no
transite a un abismo del cual será difícil salir. Don Conrado es un antioqueño de hacha y
machete, líder de líderes, solidario, vertical, perseverante como lo han sido
otros de los grandes de nuestro departamento, cuando de grandes proyectos nos
hemos tenido que asociar para emprender lo que el gobierno centralista nos
niega. Por esta razón quiero hacer un homenaje, en vida al líder, recordando
unas pocas de las tantas obras a las que él les dedicó tiempo, recursos como la
Casa Campesina y la traída de las Carmelitas a San Cristóbal”.
Recientemente, en tertulia con
amigos, quizás anticipando su próximo fin, manifestó: “…estoy triste, pero
estoy feliz porque he vivido una vida con sentido. Si mis pies no estuvieran
tan hinchados, recorrería otra vez las veredas de San Cristóbal”. Era un andariego, dijo Gustavo Bustamante
Morato, su compañero de lides políticas en el conservatismo valderramista.
Formó una familia ejemplar al
lado de doña María Rosmira, compañera leal en sus luchas comunales y políticas.
De su unión nacieron 10 hijos —6 mujeres y 4 hombres— quienes lo rodearon de
afecto y perpetúan hoy sus valores. Entre ellos, la queridísima Cecilia,
destacada edil del Centro Democrático, quien continúa con su legado de servicio
público.
Fue amigo personal de líderes
de talla nacional como Belisario Betancur, Jota Emilio Valderrama y Álvaro
Uribe Vélez, a cuyo partido, el Centro Democrático, dedicó los últimos años de
su actividad proselitista.
Traspasar la puerta de su casa
de paredes altas – llena de cuadros, plantas, portarretratos, mesas, carpetas
bordadas, aperos de labranza y toda clase objetos de otros tiempos - era como
entrar en el alma de la Antioquia tradicional, campesina, sencilla,
trabajadora. Allí lo encontrábamos en compañía de sus hijas y de la también
longeva Bartola, la gallina mocha de 14 años, y el alegre loro Joaco, quien
rezaba el rosario con él. Paz en su tumba.
LGVA
Mayo de 2025.
Un gran ser humano. Don Conrado, siempre te recordaremos.
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