Presupuesto distrital
Luis Guillermo Vélez Álvarez
Economista
El
presupuesto del Distrito de Medellín, para 2025, asciende a 10.9 billones de pesos, el más
alto de su historia, casi 25% más que el de 2024. Del lado de los ingresos, los
tres grandes rubros son las transferencias del SGP, las transferencias de EPM y
los tributos locales; que crecen 25%, 11% y 22%, respectivamente.
Todos
los tributos – excepto la sobretasa a la gasolina y la tasa de alumbrado
público - tienen crecimientos de doble dígito: 17% el predial, 23% las
estampillas, 30% industria y comercio y 21% los menores. En 2025, la economía
de Medellín crecerá a la misma tasa real que la nacional, un 2%, lo cual, con
una inflación de 5%, se traduce en 7% nominal.
El
aumento de 11% de las transferencias de EPM, de por sí elevado, resulta inquietante
dada las contingencias que pesan sobre la Empresa, empezando por los litigios
de Hidroituango, que han llevado a provisionar más de 1,3 billones de pesos,
sin tener aún en cuenta el resultado de la demanda por 500 mil millones por el
incumplimiento del hito 10, que seguramente será adverso.
Con
pérdidas de 30%, recaudo de 60% y la indiferencia culposa o dolosa del Gobierno
Nacional, la situación de AFINIA parece fuera de control y no puede descartarse
una toma por la Superservicios, que obligaría a castigar las utilidades. Por
otra parte, la intervención del mercado eléctrico presiona la caja de EPM al
obligarla, para conservar el agua en sus embalses, a atender sus clientes con
generación térmica costosa.
La
clase media, el comercio y la industria soportan, en los servicios de
acueducto, alcantarillado y aseo, una parafiscalidad excesiva, con tasas de
contribución que llegan, respectivamente, a 60%, 60% y 100%, para el estrato 6.
Para el estrato 5, el comercio y la industria las tasas son menores, pero
siempre por encima del 20%, establecido en la ley 142 de 1994, que rige para
electricidad y gas.
En
los fondos solidaridad y redistribución de ingresos de electricidad y gas, si
la suma de subsidios excede las contribuciones, calculadas a la tasa de 20%, la
Nación cubre la diferencia, con recursos del presupuesto general. En el caso de
los fondos de acueducto, alcantarillado y aseo se autorizó a los municipios a
elevar la tarifa de las contribuciones hasta donde fuese necesario para cubrir
el déficit resultante de unas tasas de contribución de 20%. Esto premia la
ineficiencia de los prestadores y es un abuso de posición dominante frente a
consumidores sin salida.
No
está fuera del alcance de la Administración y el Concejo, sin modificar los
indicadores físicos del Plan de Desarrollo, acordar una reducción de gastos que
permita dar un alivio a la clase media, al comercio y la industria y reducir la
presión sobre las finanzas de EPM. A fin de cuentas, como dijo Pantaleoni,
cualquiera puede aumentar la tarifa de un impuesto existente o crear uno nuevo,
pero el verdadero arte de la fiscalidad consiste en hacer más con los mismos
recursos o incluso con menos.
LGVA
Noviembre
de 2024.
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