El show de Petro en La Guajira
Luis Guillermo Vélez Álvarez
Economista
En 2008, Paul Collier publicó un provocador libro
titulado “El club de la miseria”, en el cual, sin miramientos por la corrección
política, explica por qué los países con membresía en tan indeseable cofradía
se mantienen atrapados en unas condiciones de vida y de muerte similares a las
de la Edad Media.
Rasgo característico de esos países es darse gobiernos
ineficientes y corruptos y el estar convencidos de que todas sus tribulaciones
son causadas por agentes externos, como los antiguos colonialistas y los nuevos
imperialistas, que han robado y roban sus riquezas. Internacionalmente, son limosneros con garrote que exigen y obtienen una ayuda
externa – donaciones y créditos blandos condonables – que no ha dejado de
crecer a lo largo de los años, pero que siempre resulta insuficiente.
Colombia tiene su propio club de la miseria conformado
por Chocó, Cauca, Nariño y La Guajira. Comparten las características del club
de Collier: dirigentes políticos mediocres y corruptos, por los que sus
habitantes votan una y otra vez, y la convicción profundamente arraigada de que
todos los males que padecen son causados por el “abandono del estado” y, a la
postre, por los habitantes de otros departamentos más prósperos de quienes
reclaman el pago de una supuesta deuda histórica que se remonta al pasado precolonial.
Tienen casi el 10% de la población y aportan menos del
5% del PIB; por ello, su producto por habitante es muy inferior a la media nacional.
Si fueran países soberanos, registrarían cuantiosos déficits comerciales y de
cuenta corriente y estarían endeudados hasta el cogote. La financiación de sus déficits se produce
por la vía de las transferencias fiscales, es decir, de los impuestos pagados
por los “opresores” que habitan en los demás departamentos. Están atrapados en
formas de producción arcaicas, como los resguardos y las tierras comunales. En
las presidenciales votaron masivamente por Petro.
La Guajira, miembro conspicuo del club, es campeón de inestabilidad
administrativa y corrupción. En lo corrido del siglo ha tenido 15 gobernadores,
ocho de los cuales fueron destituidos o condenados por hechos de corrupción, al
tiempo que nueve de los quince alcaldes elegidos en 2019 afrontan procesos por
corrupción administrativa. Un 65% de los ingresos de La Guajira proviene de transferencias
nacionales, en Riohacha la dependencia es del 85%.
Obviamente el show montado por Petro no resolverá los
problemas de La Guajira que se remontan al origen mismo de la República. El
Congreso de Cúcuta de 1821, con el propósito de “fomentar la miserable
provincia de Riohacha”, les concedió a sus habitantes la gracia de no pagar
ningún tributo durante 10 años.
El show tiene el propósito de desviar la atención de
los escándalos de financiación ilegal de la campaña electoral, de la corrupción
que cunde en todo el gobierno, de la ineptitud de sus funcionarios y del
comportamiento indecoroso del presidente. También sirve, por supuesto, para
reavivar un entusiasmo de los votantes del club de la miseria que se traduzca
en una mejora en las encuestas.
LGVA
Julio de 2023
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