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martes, 29 de mayo de 2018

Desvirtuando a Petro II: la pobreza y la desigualdad


Desvirtuando a Petro II: la pobreza y la desigualdad

Luis Guillermo Vélez Álvarez
Economista

Petro ha hecho su campaña haciéndoles creer a los votantes, especialmente a los jóvenes, que el nuestro es un país lleno de pobreza y desigualdad y que estas no dejan de aumentar. Nada más alejado de la verdad.

Lo primero que hay que entender es que alcanzar el crecimiento económico sostenido, lo único que permite la reducción de la pobreza y la desigualdad de forma consistente, es un proceso arduo y difícil que depende de múltiples variables una de las cuales, no siempre la principal, es contar con unos gobernantes que no sean excesivamente malos y que permitan la libre acción de empresarios y trabajadores, que son los verdaderos creadores de la riqueza. Existe una clara relación positiva entre la libertad económica y la riqueza de los países.

De los 226 países del mundo, 76 pueden ser considerados como países ricos o de ingresos altos; hay 56, entre los cuales está Colombia, de ingreso medio; los 94 restantes son de ingresos bajos, en algunos casos extremadamente bajos. La pobreza está vinculada al grado de desarrollo de cada país. No puede esperarse tengamos la tasa de pobreza de Liechtenstein o Qatar, los más ricos, ni la de Burundi o República Centroafricana, los más pobres. Colombia tiene una tasa de pobreza acorde con su nivel de desarrollo y ésta se ha vendido reduciendo sustancialmente en los últimos años, como se muestra en el gráfico 1. 

 Gráfico 1



El de la desigualdad es un asunto más complejo y algo paradójico. Los países de ingreso bajos suelen ser muy igualitarios: todos sus habitantes son igualmente pobres. La desigualdad también suele ser baja en los países más ricos, aunque no necesariamente. Esto llevó a economista llamado Simon Kuznets a plantear la hipótesis según la cual, al relacionar un indicador de desigualdad, como el famoso coeficiente de GINI, con el nivel de ingreso, la gráfica resultante tendría la forma de una U invertida, es decir, que en el proceso de desarrollo la desigualdad aumenta inicialmente a medida que sube el ingreso, alcanza un valor máximo y luego comienza a descender. Esta hipótesis es muy discutida, como muchas otras en economía. En todo caso, la desigualdad, medida por el coeficiente de Gini, también se ha reducido en los últimos años, como se ilustra en el gráfico 2.   

                                                        Gráfico 2


Muchas personas, incluso economistas, suelen darle demasiada importancia a la desigualdad en la distribución del ingreso o a la concentración de la riqueza, como gustan decir para que sea más impactante. Organizaciones como OXFAM o economistas reputados como el nobel de economía Stiglitz, hacen frecuentemente pequeños escándalos hablando del ingreso del 1% más rico como si eso fuera la causa de la pobreza de los más pobres. Un razonamiento simple basta para mostrar que tras esas posiciones se esconde un desconocimiento craso de los principios más elementales de la economía.

Tomemos el caso del señor Jeff Bezos, reputando como el hombre más rico del mundo, con sus más de 133.000 millones de dólares. Ese capital puede darle un ingreso anual de 6650 millones, es decir, poco más de 18 millones diarios o, si se prefiere, para que resulte bien escandaloso como le gusta a OXFAM, casi 760.000 dólares por hora, más 12.000 por minuto o 200 por segundo.

¿Qué puede hacer el señor Bezos con esa renta? ¿Comérsela en hamburguesas y papas fritas? En Estados Unidos le alcanzaría para 3.695.574 Big Mac diarias, privando de su almuerzo a otras tantas personas. En ese caso y solo en ese, la riqueza del glotón señor Bezos, sería perjudicial para otras personas. Pero, ni el señor Bezos ni los ricos en general gastan su ingreso en hamburguesas y papas fritas. La mayor parte lo invierten negocios que dan empleo a millones de personas que con el ingreso recibido pueden comprar sus propias hamburguesas o lo que a bien tengan.

Las empresas producen renta para millones de personas en la forma de dividendos, intereses y salarios y pueden ser vistas como unas máquinas de hacer dinero. Eso es importante para los financieros y contadores y es lo único que parecen ver los economistas mediocres y los envidiosos. Para la sociedad lo realmente importante es lo que llevamos del supermercado a la casa. El salario, los dividendos o los intereses solo se convierten en renta propiamente hablando cuando comemos los alimentos, nos ponemos la ropa o usamos aparatos de la tecnología. 

El objeto de la producción es el consumo. Cuando invertimos en equipos, instalaciones e instrumentos que hacen nuestro trabajo más productivo, lo hacemos porque tenemos la expectativa de que el consumo de hoy al que renunciamos será recompensado por un consumo mayor en algún momento del futuro. Por eso, el Gini que en definitiva importa no es el de la distribución del ingreso sino el de la distribución del consumo.

Con base en la encuesta de ingresos y gastos de 2006-2007, el economista Jorge Eliecer Giraldo hizo el interesante ejercicio de estimar los coeficientes de Gini del ingreso y el gasto monetarios. Los resultados se muestran en la tabla. De un Gini de ingresos de 54,5 se pasa a un Gini de gasto de 45,9 por el efecto de las transferencias que reciben los deciles 1 a 6 de la distribución. Esto también refleja el hecho de que las familias de los deciles 7 a 10 ahorran parte de su ingreso.



 En síntesis, Colombia tiene una tasa de pobreza más o menos acorde con su nivel de desarrollo y ha venido reduciéndose en los últimos años. Si la economía recupera su ritmo crecimiento continuará reduciéndose en el futuro. Si bien el indicador de desigualdad del ingreso es relativamente alto, también ha venido reduciéndose. Adicionalmente, cuando se mira la variable verdaderamente relevante cual es el Gini del gasto, la desigualdad es sustancialmente menor. La reducción de la pobreza y la desigualdad es un asunto arduo que no puede lograse sin crecimiento económico y que no depende, como quiere hacer creer Petro, de la benevolencia y voluntad del gobernante de turno. 

LGVA
Mayo de 2018.   


3 comentarios:

  1. Claro, entonces la ONU y demas medios fiables estan equivocado y Colombia no es el 3 pais mas desigual del MUNDO. Aca todos viven bien, existe algo de pobreza pero es un poquito, con 200 mil pesos todo podemos vivir muy bien. Si claro como no. Petardo. Ha y claro se que vas a borrar el comentario. Porque no te conviene que llegue gente que te cuestione la paripleta.

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  2. Muy buen artículo, hay que tener en claro que un sistema justo es donde tenemos igualdad de oportunidades, mas no así igualdad de destinos, donde los socialistas nos digan que debemos comprar, que debemos comer, o como debemos vestir.

    El capitalismo es el único sistema donde deja que la gente elija que quiere ser, si un emprendedor que derrepente consigue un gran negocio y se vuelve millonario, o alguien que está contento con su empleo y quiere una vida tranquila sin tantos riesgos, o quienes aman la pobreza, porque sí, existe gente así. En cambio en el socialismo, se hace una ingeniería social donde todos somos iguales, pero igual de pobres, sin oportunidad de superación en manera alguna.

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