Enajenar
activos y reducir drásticamente el endeudamiento del gobierno
Luis
Guillermo Vélez Álvarez
Economista
A marzo de 2021 la deuda
total del Gobierno Nacional asciende a 645 billones de pesos o a 173 mil
millones de dólares. El 61% es deuda interna, el 39% externa. Con
relación a diciembre de 2019, el nivel alcanzado en marzo de 2021 supone un
aumento de 144 billones de pesos o 20 mil millones de dólares. Pero no todo ese aumento es atribuible al mayor gasto provocado por la pandemia.
Entre 2010 y 2019, periodo
pre-pandemia, la deuda se multiplicó por 2,5, lo que supone una tasa de
crecimiento anual compuesta de 10,5%. A falta de una hipótesis diferente, que
tiene que sustentar el Ministerio de Hacienda, suponer que la deuda, en un
escenario sin Covid, habría aumentado a esa misma tasa, parece razonable; con lo
que la deuda a marzo habría sido de 595 billones, en lugar de 645. Esto significa
que el Covid explica 50 billones del endeudamiento de la Nación.
Las finanzas públicas han
recibido un choque exógeno puntual que hay que evitar se convierta en un
problema permanente. La única forma de hacerlo
es actuar sobre las cuentas del balance, es decir, realizar activos y pagar
deuda.
Los activos de la Nación en el
sector energético valen 97 billones de pesos o 27 mil millones de dólares. ECOPETROL e ISA representan, respectivamente, el 84% y 12,5 % de ese monto; siete
empresas del sector eléctrico, el 2,5 % restante, aproximadamente. Todos esos
activos son muy atractivos para el sector privado y en un proceso competitivo podrían
alcanzar un mayor precio.
Los activos del sector
energético permiten cubrir holgadamente el pasivo generado por la pandemia y
sobraría para reducir el endeudamiento total. Los rendimientos de esos activos
que ayudan a la financiación del gobierno son del orden de 6-7 billones, que
pueden ser compensados con una reducción concomitante del gasto público.
Así las cosas, no habría
necesidad de ninguna reforma tributaria. No es ocioso recordar que hace un año
hice una propuesta similar[1]. Entonces no fui escuchado,
no abrigo esperanzas de serlo ahora. Dixi et salvavi animam meam.
LGVA
Abril de 2021
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