Pacto nacional por la juventud: excluyente y nocivo
Luis Guillermo Vélez Álvarez
Economista
“La juventud es bella, aunque no se bañe”
(Fernando González Ochoa)
“La juventud es un defecto que se corrige con el
tiempo”
(Enrique Jardiel Poncela)
La juventud es generosa, la juventud es heroica y también
candorosa. En primera línea de la protesta está la juventud, la juventud
universitaria, para ser precisos. Empeñado en calamar los ánimos, el Gobierno
ha lanzado la propuesta de un “pacto nacional por la juventud”, cuyo componente
fundamental es la matrícula universitaria gratuita para los estudiantes de los
estratos 1, 2 y 3. Aunque bien intencionado, ese pacto es excluyente y nocivo.
En las calles hay centenas de jóvenes policías y de jóvenes
soldados que diariamente son agredidos por los jóvenes universitarios que
protestan airadamente. Esos jóvenes policías y esos jóvenes soldados no hacen
parte del pacto y de ellos se espera que, a riesgo de sus propias vidas, protejan
las de los demás. Si, en cumplimiento de su deber, lesionan a uno de los jóvenes
universitarios que los atacan, son calificados de “abusadores” y “genocidas” y castigados
luego con la pérdida de su trabajo y la prisión.
Tampoco están en el pacto los jóvenes agricultores y
jornaleros agrícolas cuyos productos se están perdiendo en las carreteras
bloqueadas por los jóvenes universitarios que protestan airadamente. Tampoco
están en el pacto los jóvenes albañiles, los jóvenes obreros, los jóvenes empleados,
los jóvenes que prestan servicios a domicilio que no pueden llegar su trabajo o
deben caminar largas horas para hacerlo porque los jóvenes universitarios que
protestan airadamente han destruido los sistemas públicos de transporte.
No hacen parte del pacto los jóvenes que venden tinto
en las calles, los jóvenes quincalleros, los jóvenes recicladores, los jóvenes
que venden alimentos o enseres de todo tipo, los jóvenes que los llevan a
domicilio, los jóvenes floristas, los jóvenes que hacen piruetas en los semáforos
y los que limpian los vidrios a cambio de una moneda, los que venden libros de
segunda, los que reparan bicicletas, los que vende aguacates y bananos, los que
simulan cuidar los carros en una esquina, los jóvenes de la variopinta y
extensa informalidad que vive al día y que en los días de paro no puede salir a
ganarse la vida.
Y con el sacrificio de los que no están en el pacto,
los jóvenes universitarios que protestan airadamente han logrado un regalo
envenado: matrícula gratis en universidades públicas. La matrícula gratis en
las universidades públicas solo favorece a los profesores y administradores de
esas universidades pues consolida el casi-monopolio que tienen garantizándoles
una clientela cautiva. Por eso se opusieron y acabaron con “Ser pilo paga”. Es lo
mismo que ocurre con la educación básica primaria y secundaría donde millones
de niños están sometidos al ominoso monopolio de la FECODE. Los jóvenes
universitarios están dando la lucha equivocada con los aliados equivocados. Deberían
luchar por romper el monopolio con la implantación del voucher educativo a
todos los niveles.
¡Qué paradoja! Los jóvenes universitarios que
protestan airados en las calles se enfrentan con jóvenes policías y soldados,
impiden la movilización y el trabajo de otros jóvenes, todo para renunciar a
parte de su libertad porque nadie les ha explicado que educación pública de
calidad no quiere decir monopolio público de la educación.
LGVA
Mayo de 2022.
Será q si pensamos distinto dejamos de ser colombianos, será q no tenemos derecho a opinar...... la obligación es repetir sin pensar q y porq sucede..... pensar es una materia q requiere el pensum universitario
ResponderEliminarA que horas le van a dadar educacion a tanta gente. Si habra infraestructura.
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