La
concepción del empresario en el pensamiento económico III
El
empresario en Marx
Luis
Guillermo Vélez Álvarez
Economista
La plusvalía es la categoría
central en la teoría de Marx y, con excepción del salario, todas las
modalidades de ingreso – intereses, rentas, alquileres, ganancias, etc. –
derivan de ella. En Marx, como en todos los clásicos, los agentes económicos se
definen por el tipo de ingreso del que son titulares. Es ahí, por tanto, donde
hay que buscar la figura del empresario.
El punto de partida es pues la
plusvalía o la ganancia bruta, en términos de Mill, de la cual el interés es
una parte:
“…el
interés no es más que una parte de la ganancia”[1]
La existencia del interés
resulta de la división de los capitalistas en dos grupos: capitalistas de dinero y capitalistas
industriales, como los denomina Marx:
“…es
la separación de los capitalistas en capitalistas de dinero y capitalistas
industriales lo que convierte una parte de la ganancia en interés y crea en
general la categoría del interés, y el tipo de interés nace, pura y
exclusivamente, de la competencia entre estas dos clases de capitalistas”[2]
La plusvalía o la ganancia es
regulada por lo que Marx llama las “leyes internas de la producción capitalista
independientemente de la competencia”, expresión esta con la que se refiere a
su teoría de la explotación[3]. No ocurre así con el
interés cuyo nivel está determinado por la competencia entre los capitalistas:
“… en cuanto al división de la ganancia en
interés y ganancia en sentido estricto se halla regulada por la oferta y la
demanda, es decir, por la competencia, exactamente lo mismo que los precios
comerciales de las mercancías. (…) no existe ley alguna que regule la división
fuera de la impuesta por la competencia (…) Cuando se habla de cuota natural
del tipo de interés, se alude más bien a la cuota establecida por la libre
competencia. No existen límites “naturales” para la cuota del tipo de interés.”[4]
Y concluye:
“El
reparto que se establezca entre dos personas con títulos para compartir esta
ganancia es de por sí una cuestión tan puramente empírica, perteneciente al
reino de lo fortuito, como el reparto de los porcentajes de las ganancias
comunes de una compañía entre los diversos copartícipes”[5]
Así pues, para Marx, “el interés es la plusvalía nacida de la
simple propiedad del capital, la plusvalía que el capital por sí arroja, aunque
su propietario se mantenga al margen del proceso de reproducción”[6].
Desde la perspectiva de Marx,
sería una necedad creer que, por el hecho de que la propiedad de capital dinero
confiera un derecho a reclamar parte de la plusvalía bajo la forma de interés,
este pueda obtenerse sin que dicho capital funcione como capital productivo. Y
aquí es donde interviene el capitalista industrial o el empresario que es el
que pone en movimiento el capital y dirige el proceso productivo.
“La
explotación del trabajo – dice Marx – cuesta un esfuerzo, lo mismo si corre
directamente a cargo del capitalista que si se efectúa por otro a su nombre”[7].
Y este esfuerzo debe ser
remunerado. Lo es con la porción de la ganancia o plusvalía que resta después
del interés debido al capitalista de dinero.
Pero lo es también con una
porción de los salarios, con el salario que remunera “el trabajo de alta
vigilancia y dirección”:
“La
idea de la ganancia del empresario como un salario de vigilancia percibido por
el trabajo, idea que nace de su contraposición con el interés, encuentra otro
apoyo en el hecho de que, en la realidad, una parte de la ganancia puede
desglosarse y se desglosa realmente como salario o, mejor dicho, de que una
parte del salario aparece, dentro del régimen de producción capitalista, como
parte integrante de la ganancia”[8]
En Marx la figura del
empresario se confunde con la del capitalista industrial que toma capital
prestado del capitalista de dinero y por tanto asume riesgo.
Cuando el capitalista
industrial y el capitalista de dinero son la misma persona, que emplea sus
propios recursos y está a cargo de su propia empresa, fenoménicamente, como diría
Marx, la plusvalía aparece descompuesta en tres partes: interés del capital,
ganancia de empresario y salario de vigilancia y dirección.
Cuando el capitalista
industrial emplea capital ajeno, por el que paga interés, obtiene para si la ganancia
de empresario y el salario de vigilancia y dirección, que son componentes de la
plusvalía.
Hay un tercer caso, cuando la
dirección de la empresa está a cargo de asalariados de alto rango, sin
participación alguna en la propiedad y sin asumir riesgo por el manejo del
capital de otro. Aquí, la remuneración de los directivos es un salario que solo
se diferencia del de cualquier obrero por su magnitud.
LGVA
Marzo de 2021.
[1] Marx, C. (1894, 1971). El capital. Tomo III. Fondo de Cultura
Económica, México, 1971, Cuarta reimpresión.
Página:
344.
[2] Marx, C. (1894, 1971). Página 355.
[3] En
artículo publicado en este blog expongo la teoría de la plusvalía o de la
explotación de Marx. https://luisguillermovelezalvarez.blogspot.com/2020/06/la-plusvalia-no-existe.html
[4] Marx, C. (1894, 1971). Página 342.
[5] Marx, C. (1894, 1971). Páginas 349.
[6] Marx, C. (1894, 1971). Páginas 361.
[7] Marx, C. (1894, 1971). Páginas 364.
[8] Marx, C. (1894, 1971). Páginas 366.
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