Libertad
educativa
Luis
Guillermo Vélez Álvarez
Economista
La
ignorancia puede ser el principal obstáculo que impide al individuo desarrollar
su potencial, de suerte que proporcione a sí mismo y a todos los demás el
máximo beneficio de su actividad. Cuando se tiene la base mínima de saber
requerida en una sociedad y una época, la competencia es el principal acicate a
la adquisición y aumento de los conocimientos; pero la adquisición de esa base mínima
difícilmente puede darse espontáneamente pues la ignorancia absoluta impide a
quien la sufre entender la importancia de escapar de su servidumbre.
No siendo responsables de sus actos, con los niños, evidentemente, no puede operar el sistema de libertad ilimitada y, en principio, corresponde a padres o tutores ocuparse de su bienestar corporal y mental. Sin embargo, estos no pueden tener un poder omnímodo pues el resto de la sociedad tiene, por razones humanitarias y utilitarias, un indudable interés en el bienestar de los niños. La sociedad, por intermedio del gobierno, debe buscar garantizar a los niños un estándar mínimo de educación y de atención en salud.
La implantación de una instrucción pública obligatoria prevaleciente en el mundo entero, va mucho más allá del rol subsidiario que desde una perspectiva liberal debería tener el gobierno en la educación de la población infantil y joven. Y es más grave aún la preeminencia dada a los establecimientos educativos controlados por el gobierno o las organizaciones sindicales de los maestros y profesores, como ocurre en Colombia.
El predominio de la los establecimientos educativos estatales es aplastante en todos los niveles, desde la guardería y el preescolar hasta la educación superior. Esto no sería un problema si no fuera por la existencia de grandes diferencias de la calidad entre la oferta pública y la privada y por las barreras económicas que las separan, impidiendo el acceso de la población pobre a la oferta privada de mejor calidad.
Solo hay un colegio público entre los 25 mejores de Medellín en las Pruebas Saber 11 de 2024 y 20 entre los 25 peores. El puntaje global promedio de los 10 mejores privados fue 343; el de los 10 mejores públicos 296. El puntaje global promedio de los 119 privados fue 282 y el de los 197 públicos 265. En la Pruebas Saber Pro de 2023, las tres instituciones educativas del Distrito ocuparon modestos lugares en el ranking nacional - ITM el puesto 89, Colegio Mayor el 120 y Pascual Bravo el 129 - mientras que 5 de las 25 mejor clasificadas son privadas de Medellín.
La constitución consagra la libertad de enseñanza, es decir, el derecho de los particulares a crear instituciones de educación; pero la financiación de la educación pública con el subsidio a la oferta y la supuesta gratuidad, les quitan a las familias pobres la libertad de elegir y optar por un colegio o universidad de calidad, como sería el caso de un subsidio a la demanda mediante un bono educativo o mecanismo similar. Sin libertad de elegir para la mayoría de la población, la libertad educativa es un fraude.
LGVA
Marzo de
2025.
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