Lección
V
La
fisiocracia
Luis
Guillermo Vélez Álvarez
Economista,
Docente Universidad EAFIT
I
La fisiocracia es la
primera escuela de pensamiento económico que puede definirse como tal. Estaba
conformada por un grupo más o menos amplio de intelectuales que formularon y
difundieron una teoría sobre el funcionamiento de la sociedad económica y
extrajeron de ésta conclusiones de política pública que trataron de aplicar. Se
llamaron a sí mismos “economistas”, sus críticos los denominaron “la secta” y
los estudiosos posteriores del pensamiento económico les dieron el nombre de
“fisiócratas”.
La escuela fisiocrática
aparece en Francia a mediados del siglo XVIII, bajo el reinado de Luis XV (1715
– 1774)[1].
Su principal expositor fue Francois Quesnay (1694-1774)[2] a
quien debemos lo esencial de la teoría. Entre sus discípulos pueden mencionarse
a Pierre Samuel Dupont de Nemours (1739-1817), Pierre Paul Merciere de la
Riviere (1720 – 1793) y, sobre todo, Victor Riquetti Marqués de Mirabeau
(1715-1789)[3]. También se mencionan como pensadores cercanos
a la fisiocracia a Vincent de Gurnay (1712-1759) y Anne Robert Jacques Turgot
(1727-1781). Este último sería ministro de hacienda de Luis XVI.
II
Fisiocracia quiere
decir gobierno de la naturaleza. La idea de que la sociedad, en general, y la
sociedad económica, en particular, están regidas por leyes naturales objetivas
independientes de la voluntad de los hombres, discernibles por la razón y que se imponen a todos los actores es el elemento
central de la teoría fisiocrática y uno de sus aportes más significativos al
desarrollo de la economía como ciencia. El objeto de la economía es el
descubrimiento de dichas leyes y su aplicación al gobierno de las sociedades. Quesnay
hablaba de orden natural:
“…experimentamos
que los objetos que llamamos cuerpo o
materia están ellos mismos dentro del orden
natural, son las causas físicas de todas las ideas representativas
diferentes, de los diversos efectos, de la felicidad, de la desgracias, de las
voluntades, de las pasiones, de las determinaciones de nuestro ser sensitivo; y
que esos objetos nos instruyen y nos afectan según leyes ciertas y constantes. Estos mismos objetos, sean cuales
fueren, y estas leyes están, entonces, dentro del orden natural de las causas necesarias de nuestros sentimientos, de
nuestros conocimientos y de nuestras voluntades”[4]
El concepto de que la
sociedad, al igual que la naturaleza, está regida por un orden natural es de gran importancia epistemológica pues es el hace
posible el estudio de la sociedad sobre la base de un modelo análogo al de las
ciencias naturales con pretensiones de cientificidad. Así lo
expresa Dupont de Nemours:
“La
ciencia económica, por no ser más que la aplicación del orden natural en el
gobierno de las sociedades, es tan constante en sus principios y tan
susceptible de demonstración como las ciencias físicas más ciertas”[5]
Las leyes positivas, es
decir, las leyes promulgadas por las autoridades humanas, pueden diferir, por
ignorancia, de las leyes que rigen el orden natural de las sociedades. Cuando
esto ocurre la sociedad padece crisis o entra en decadencia. De ahí que, para
los fisiócratas, no solamente sea importante descubrir las leyes del orden
natural sino también buscar instituirlas en la legislación positiva para
mejorar así el funcionamiento de la sociedad.
“…el
derecho natural de los hombres – escribe Quesnay - difiere del derecho legítimo
o del derecho otorgado por las leyes humanas en que es reconocido con evidencia
por las luces de la razón, y que por esta sola evidencia es obligatorio
independientemente de cualquier limitación; en cambio, el derecho legítimo
limitado por una ley positiva es obligatorio en razón de la pena ligada a la
transgresión por la sanción de esta ley…”[6]
Ahora bien, Quesnay es
materialista, es decir, para él las sociedades están determinadas en sus
estructuras y funcionamiento por la producción material: “La forma de las sociedades dependen del mayor o del menor monto de
bienes que cada uno posee o puede poseer y cuya conservación y propiedad se
quiere asegurar”[7]
Más precisamente:
“El
fundamento de la sociedad es la subsistencia de los hombres y las riquezas
necesarias a la fuerza que debe defenderlos, así sólo sería la ignorancia la
que pudiera, por ejemplo, favorecer la introducción de leyes positivas
contrarias al orden de la reproducción y de la distribución regular y anual de
las riquezas del territorio de un reino”[8]
Lo expuesto hasta ahora
puede resumirse en los siguientes puntos:
·
Al igual que la naturaleza la sociedad
está regida por leyes objetivas – leyes naturales – independientes de la
voluntad de los hombres. Dichas leyes son discernibles por la razón.
·
Las leyes que rigen la sociedad, su
estructura y funcionamiento están determinadas por la producción material.
·
Las leyes positivas o leyes humanas
pueden apartarse de las leyes naturales ocasionando la crisis y decadencia de
la sociedad.
·
El objeto de la ciencia económica es el
descubrimiento de las leyes naturales y la búsqueda de su aplicación al
gobierno de la sociedad para garantizar la reproducción del orden social.
III
Corresponde también a
los fisiócratas el mérito de haber construido una representación simplificada
de la sociedad económica, es decir, de haber elaborado un modelo económico. El Tableau
Economique es la representación condensada de su sistema de economía
política. Por ello el estudio del Tableau
es fundamental para la comprensión del pensamiento fisiocrático. Pero antes de proceder a su estudio es
conveniente dilucidar ciertas categorías importantes.
Está en primer lugar la
noción de riqueza. La riqueza, para Quesnay, es riqueza venal o
comercializable, es decir, riqueza que se puede cambiar por riqueza pecuniaria,
es decir, por dinero. No todos los bienes son riqueza venal: no lo son los
bienes superabundantes o comunes a todos los hombres. Para Quesnay - y para la economía política - sólo
son riqueza los bienes útiles y limitados en cantidad. Sólo estos son
apropiables y pueden tener valor de cambio o valor venal. Las siguientes citas
expresan con claridad esos conceptos que definen al mismo tiempo el ámbito de
conocimiento de la economía política:
“Los
bienes más buscados por los hombres, los que les atraen a un país, los que les
fijan el él, son las riquezas comercializables, los precios y las riquezas
pecuniarias. Las riquezas comercializables son las que se cambian por riquezas
pecuniarias de acuerdo con un precio, que constituye su valor de venta. Las
riquezas son venales o comercializables en la medida en que sus poseedores
pueden venderlas y en la medida en que son buscadas por los compradores. Por
tanto, no todos los bienes son riquezas venales: el aire que respiramos o el
agua que sacamos de un río, es decir, todos los bienes o riquezas
superabundantes o comunes a todos los hombres, no son comercializables: son
bienes, no riqueza”[9].
“El
precio es el valor de venta de las riquezas comerciables. No debe confundirse
el precio de las riquezas con su valor de uso, ya que a menudo ambos valores no
tienen nada en común. El valor de uso es siempre el mismo, siempre más o menos
interesante para los hombres, de acuerdo con la relación que el bien tenga con
sus necesidades o con sus deseos de disfrutar de él; por el contrario, el
precio varía y depende de diferentes causas, tan inconstantes como
independientes de la voluntad de los hombres, de tal forma que no guarda
relación con las necesidades humanas ni posees un valor arbitrario o de
convención entre los comerciantes”[10].
La riqueza de que se
ocupa la economía política es la que tiene valor de cambio, o simplemente
valor. Ahora bien, Quesnay distingue entre valor
o precio venal y valor o precio
fundamental.
“El
precio fundamental – precio de coste – de las mercancías se establece por los
gastos que han de hacerse por sus producciones o por sus preparaciones. Si las
mercancías se venden a un precio menor del que han costado, se sufren pérdidas;
si se venden lo bastante caras como para procurar una ganancia suficiente que
incite a mantener o a aumentar la producción, se venden a buen precio”[11]
De las nociones de
valor venal y de valor fundamental se deriva la categoría central del sistema
fisiocrático: el producto neto (PN). ¿Qué es el producto neto?. La diferencia
entre el valor venal (VN) y el valor fundamental (VF):
PN
= VV – VF
Como diferencia entre
dos valores, el producto neto es un valor que se expresa como una suma de
dinero. Esto nos lleva al problema del origen del producto neto y al de la
productividad exclusiva de la agricultura. En Granos, artículo escrito para la Enciclopedia, Quesnay señala lo
siguiente:
“No
hay multiplicación de riquezas en la producción de obras de la industria, ya
que el valor de esas obras no aumenta más que del precio del sustento que los
obreros consumen”[12]
Y aún más:
“El
producto del trabajo del artesano no vale más que los que consume; si costara
más habría pérdida. El producto del trabajo del cultivador sobrepasa su propio
consumo; cuanto más lo sobrepasa, más es ventajoso y más aumenta la opulencia
de la nación”[13]
En esas citas está
enunciada la tesis fisiocrática de la productividad exclusiva de la
agricultura. La agricultura es productiva porque produce producto neto, es
decir, porque en esa actividad el valor venal excede al valor fundamental. No
ocurre así en la industria o en la artesanía. El producto neto supone la existencia de un
excedente físico, es decir, que las cantidades de bienes producidas por la
economía exceden consumidas en la producción. Y su apropiación por los
propietarios bajo la forma de renta es expresión de la supremacía social de
esta clase.
IV
Para describir el
Tableau, es conveniente partir de la presentación que hace el propio Quesnay[14]:
“La
nación está compuesta por tres clases de ciudadanos: la clase productiva, la
clase de los propietarios y la clase estéril.
La
clase productiva es la que hace renacer por el cultivo del territorio las
riquezas anuales de la nación, la que hace los avances de los gastos de los
trabajos de la agricultura y la que paga anualmente los ingresos de los
propietarios de la tierra. De esta clase dependen todos los trabajos y todos
los gastos que se hacen hasta la venta de sus productos finales; es por esa
venta final que se conoce el valor de la reproducción anual de las riquezas de
la nación.
La
clase de los propietarios incluye al soberano, los propietarios de las tierras
y los que viven del diezmo. Esta clase subsiste por el ingreso o producto neto de la agricultura, que le paga anualmente la
clase productiva, después de que ésta ha tomado, de la producción anual, lo
necesario para reembolsar los avances anuales y para el mantenimiento de los
medios de explotación.
La
clase estéril está formada por todos los ciudadanos que se ocupan de otros
servicios y otros trabajos diferentes la agricultura y cuyos gastos son pagados
por la clase productiva y por la clase de los propietarios, que obtienen sus
propios ingresos de la clase productiva.
Para
seguir y calcular claramente las relaciones entre esas diferentes clases, es
necesario fijar un caso cualquiera; porque no se puede establecer un cálculo
positivo sobre simples abstracciones.
Supongamos
por tanto un gran reino cuyo territorio en el más alto grado de su agricultura
produzca todos los años un reproducción por un valor de 5 mil millones; y donde
el estado permanente de esa valor haya sido establecido por los precios
constantes que se fijan entre naciones comerciantes en condiciones de libre
concurrencia y de una entera seguridad de la propiedad de las riquezas que se
explotan en la agricultura”[15]
Figura
1
Al principio del
período los propietarios tienes su ingreso o producto neto de 2M, la clase
estéril y la clase productiva tienen 1M y 2M que constituyen los “avances”. Los
“avances” o “adelantos” son adquirir las materias primas, los bienes de consumo
de los trabajadores de cada sector y los que reponen el capital duradero. El
sistema se reproduce si permite la reposición de los avances y de producto
neto.
Los propietarios gastan
la mitad de su ingreso en bienes agrícolas (1M) y otro tanto en productos de la
clase estéril (1M). Ésta compra con las avances (1M) materias primas agrícolas
y con los que recibe de los propietarios (1M) compra bienes de subsistencia
agrícolas que consumirá en el período. La clase productiva consagra lo que
recibe de los propietarios (1M) a la compra de productos de la clase estéril. Con
ésta suma la clase estéril reconstituye los avances. La clase productiva con el
producto de sus ventas a la clase estéril (2M)
paga la renta a los propietarios. Los avances de la clase productiva dan
lugar a intercambios a su interior. Al final del período la clase productiva y
la clase estéril han reproducido sus avances y los propietarios tienen sus
rentas. El ciclo económico puede continuar.
Figura
2
“La
marcha de ese comercio entre las diferentes clases y sus condiciones esenciales
no son hipotéticas. Quien reflexione en ello verá que están fielmente copiadas
de la naturaleza; pero los datos de los que nos hemos servido sólo son
aplicables al caso del que se trata aquí. Los diversos estados de prosperidad o
de retroceso de una nación agrícola ofrecen una multitud de otros casos y
consecuencia otros datos; de los cuales cada uno es el fundamento de un cálculo
particular que le es propio rigurosamente”[16]
Que el sistema genere
las proporciones adecuadas en los intercambios depende de dos circunstancias:
“…suponen
que la libertad de comercio permita la venta de los productos a un buen precio
(…) y que el cultivador no tenga que pagar directa o indirectamente otras
cargas diferentes a la renta de los propietarios…”[17]
Si el agricultor
tuviera que pagar además de la renta un impuesto, este tendría que salir de la
parte dedicada a los avances, con lo cual en el siguiente período la escala de
la producción se vería disminuida y la producción entraría en decadencia. Lo mismo
ocurría si el impuesto cayera sobre la clase estéril que se vería obligada a
trasladarlo a la clase productiva o vería reducidos sus avances y con ello el
nivel de producción. De estas consideraciones surge la doctrina del impuesto
único:
“Los
propietarios, el soberano y toda la nación tienen todo el interés de que el
impuesto sea establecido totalmente sobre el ingreso de los propietarios;
porque toda otra forma de impuesto sería contraria al orden natural, porque
sería perjudicial a la reproducción y al impuesto…”[18]
En efecto, si el
impuesto cae sobre el producto neto no se alteran los intercambios entre las
clases, sino que se presenta una distribución diferente de éste entre los
miembros de la clase de los propietarios.
V
El criterio de la
política económica fisiocrática es el aumento del producto neto: es bueno todo
lo que permita incrementarlo y nefasto todo lo que lo reduzca. La política
económica fisiocrática puede resumirse en los siguientes puntos:
1.
Libertad de comercio y libre circulación
de las mercancías pues de esta forma se garantiza que los precios que se forman
cubran los costos, permitan la recuperación de los avances y las rentas. Así
escribe Dupont de Nemours:
“Hace
falta la libertad, pero hace falta que sea entera, completa, general, despojada
de restricciones, de limitaciones, de inspecciones. ¿Por qué?. Porque es la
primera fuente de todas las producciones y de todas las riquezas”[19].
2.
Seguridad en la propiedad pues de otra
forma no habrá incentivos a la producción. Así escribe Mirabeau:
“La
seguridad en la propiedad es el fundamento esencial del orden económico de la
sociedad (…) ya que es la seguridad de la posesión permanente la que provoca el
trabajo y el uso de las riquezas para la mejora y cultivo de las tierras y para
las empresas del comercio y de la industria”[20]
3.
Impuesto único sobre el producto neto o
renta de los propietarios. Así escribe Quesnay:
“Uno
de los objetos más temibles en los gobiernos sujetos a la autoridad absoluta
del Príncipe es la contribución impuesta a los súbditos arbitrariamente y que
parece no tener reglas prescritas por las leyes naturales. No obstante, el
autor de la naturaleza fijó el orden de manera decisiva (…) la contribución
anual necesaria para el Estado sólo puede ser una porción de del producto anual
del territorio cuya propiedad pertenece a los poseedores entre los cuales está
repartido el territorio, y que de esta manera la contribución sólo puede ser
una porción de del producto de la tierra perteneciente a los poseedores; del producto, digo, que
excede los gastos del trabajo del cultivo y los gasto de los demás adelantos
necesarios para la explotación de ese cultivo[21].
Bibliografía
Cartelier, J. Excedente y Reproducción. La formación de
la economía política clásica. FCE, México 1981.
Meek, R. La fisiocracia. Ariel, Barcelona, 1975.
Quesnay, F. El Tableau Economique y otros escritos
fisiocráticos. Editorial Fontamara, Barcelona, Sin fecha de publicación.
Quesnay, F. Tableau Economique des Physiocrates. Calmann-Levy, Paris 1969.
[1] Ronald Meek sitúa el nacimiento
de la escuela fisiocrática en julio de 1757, cuando se produce el encuentro
entre Francios Quesnay y el Marqués de Mirabeau.
[2] Quesnay nació en Méré en 1694.
Hijo de una familia de agricultores acomodados, estudia medicina y cirugía en
París. También de manera autodidacta estudia filosofía en las obras de
Descartes y Malebranche. Como médico y cirujano alcanza gran notoriedad
llegando a ser médico de la Marquesa de Pompadour y del mismo rey, Luis XV. En
una edad relativamente avanzada, hacia 1750, empieza interesarse en la
filosofía y en la economía. Colabora con varios artículos (Evidencia, Función
del alma, Agricultores, Cereales, Hombres, Impuestos e Interés del dinero) a la
Enciclopedia de Diderot. En 1758 presenta la primera versión del Tableau Economique, que dará lugar a
numerosos desarrollos y estudios que constituyen el núcleo de la literatura
fisiocrática. Quesnay muere en 1774 a la edad de 80 años.
[3] No debe ser confundido con su
hijo, Honoré Gabriel Riquetti Conde de Mirabeau (1749 -1791), quien tuvo gran
protagonismo en la Revolución Francesa.
[4] Citado por Cartelier
(1976,1986). Página 66.
[5] Ídem, Página 65.
[6] Ídem, Página 69.
[7] Ídem, Página 70.
[8] Ídem, Página 70
[9] Quesnay, F. El Tableau Economique y otros escritos
fisiocráticos. Editorial Fontamara, Barcelona, Sin fecha de publicación. Página
211-212.
[10] Ídem, página 213.
[11] Ídem, página 217.
[12] Ídem, página 158.
[13] Citado por Cartelier (1976,1986).
Página 76.
[14]
Quesnay hizo diversas
presentaciones del Tableau. La más sistemática y en la que mejor se expresan
las hipótesis del modelo es la contenida en el texto: “Analyse de la formule arithmétique
du tableau economique de la distribution des dépenses annuelles d´une nation
agricole”.
[15] Quesnay, F. Tableau Economique des Physiocrates. Calmann-Levy, Paris 1969. Páginas 45-47.
[16] Ídem, páginas 49-50.
[17] Ídem, página 50.
[18] Ídem, página 51.
[19] Cartelier (1976). Página 108.
[20] Cartelier (1976). Página 107.
[21] Cartelier (1976). Página 106.
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