El
mito de la educación superior universal y gratuita
Luis
Guillermo Vélez Álvarez
Economista,
Docente Universidad EAFIT
Los candidatos
presidenciales están enfrascados en una fuerte disputa por el voto de los universitarios
y los bachilleres próximos a graduarse. Se pasean por las universidades
lanzando sobre los jóvenes cajonados de frases y promesas de todo tipo.
Humberto de la Calle sostiene que nuestra sociedad será más equitativa cuando
todo colombiano tenga un título universitario y promete que al cabo de sus
cuatro años de gobierno el 100% de los jóvenes logrará entrar a la universidad,
ello sin pagar un solo peso. Gustavo Petro anuncia la eliminación del ICETEX
pues ya no será necesario el crédito educativo dado que su gobierno garantizará
el derecho a la educación superior universal, pública y gratuita. Menos ambiciosos,
Fajardo y Vargas Lleras prometen llegar, al cabo de sus mandatos, a coberturas
en educación superior de 65% y 63%, respectivamente. Iván Duque habla de
condonar créditos, de crear un vehículo financiero para fortalecer la
universidad pública, de mejorar el SENA y de elevar la calidad y la pertinencia
en concordancia con la “economía naranja”.
Escuchando a los candidatos
termina uno por creer que los países ricos, prósperos y equitativos que tanto envidiamos lo son por la sencilla
razón de que en todos ellos todo mundo o casi todo mundo tiene un título
universitario y que, en consecuencia, la educación superior para “todos y todas”
es el camino, ¡cómo no nos habíamos dado cuenta antes! Pero una simple mirada a
las estadísticas de la UNESCO, al parecer poco frecuentadas por los asesores de
los candidatos, acaba con esa ilusión.
Entre las muchas cifras que recopila
el UIS (el instituto de estadísticas de la UNESCO) hay una de especial interés
para el tema que nos ocupa. Se trata de la tabla que recoge el nivel de
educación alcanzado por la población mayor de 25 años de cada uno de los países
miembros de la Organización. Se encuentra uno con la sorpresa de que no “todos
y todas los ciudadanos y ciudadanas” de esos países ricos, incluidos los
idílicos países escandinavos, tienen
educación superior y que “muchos y muchas” apenas terminaron la primaria o la
secundaria. Acorde con el propósito de esta nota, en la gráfica se muestra para
un grupo de países seleccionados el porcentaje de la población mayor de 25 años que alcanzó educación superior, la cual, de acuerdo con la clasificación de UNESCO
incluye tecnológica, profesional, maestría y doctorado. El lector curioso puede
encontrar más información en el vínculo puesto debajo de la gráfica 1.
Gráfica
1
Hay varias cosas notables:
·
En Israel y Estados Unidos que tienen la
mayor cobertura, la educación superior no es precisamente gratuita para los
estudiantes; sus familias y los propios
educandos asumen parte importante de los costos.
·
Los niveles de cobertura alcanzados por la
mayoría de los países desarrollados están alrededor de 34%, cifra que en
algunos casos se alcanzó hace ya muchos años sin que se observe un crecimiento
significativo en épocas más recientes.
·
Llaman la atención los casos de Austria y
Alemania con coberturas por debajo de 30% sin que esos países, hasta donde se sabe, se
estén involucionando hacia el subdesarrollo o tornándose más inequitativos.
·
Finalmente, con su 20%, Colombia no luce mal
en el contexto latinoamericano. Está por encima de México y Brasil y a un nivel
comparable al de Chile y Perú.
La idea de que una educación
superior universal y gratuita es la condición de un “desarrollo con equidad” no parece
tener apoyo en los datos. Más bien puede ser lo contrario: el desarrollo
económico permite una mayor cobertura de la educación superior.
Tal vez es más preocupante
lo referente a los otros niveles de educación alcanzada por la población,
especialmente, lo que tiene que ver con la educación primaria. En cifras de
2015, el nivel educativo de casi el 50% de los colombianos mayores de 25 años es
igual o inferior a la primaria. Un 7% no tiene educación formal alguna y el 17% únicamente
primaria incompleta. Eso suma 6,3 millones de personas y los que solo tiene
primaria son 7,3 millones. La gráfica 2
muestra el vergonzoso lugar que ocupamos en el ámbito internacional.
Gráfica
2
La situación de esos 14
millones de colombianos sin ninguna educación, con primaria incompleta o
solamente primaria no es irremediable, pero ninguno de los
candidatos está hablando de este asunto ni ha propuesto cosa alguna. Tampoco están hablando de las tasas
de cobertura que deben alcanzarse para evitar que unas cifras tan vergonzosas
se perpetúen en el futuro. Pero tienen razón en ignorar este problema. A fin de
cuentas los niños de primaria y secundaria no votan y los adultos mayores de 25
años carentes de educación son una mayoría atomizada y sin vínculos corporativos o gremiales que puedan
invocarse en una campaña electoral.
LGVA
Abril de 2018
Todo lo que sea gratis es de pésima calidad, como los médicos cubanos que internacionalmente son comparados con enfermeros......
ResponderEliminarPara aclararle con conocimiento de causa: Enfermería al igual que medicina son ambas carreras profesionales. Ambas complementarias en el mundo de la salud, ninguna de las dos es más importante que la otra. Mientras la medicina se encarga de atender al paciente en cuanto a prescripciones, la enfermería se encarga de su cuidado y monitoreo. Ese es el enfoque de cada una. Ahora bien, lo de Cuba es otro caso aparte, en el que por falta de intercambio con el resto del mundo, la mayoría de los médicos y enfermeros que manda el régimen cubano por el mundo está mal capacitado. Saludos.
EliminarHuy mujer no sea ignorante, los profesionales de Uis donde me gradué son muy buenos y calificados, no haga el oso con esos comentarios.
ResponderEliminarMujer no demuestre ignorancia, la Nacional, la UIS que son públicas tienen los mejores y capacitados profesionales no haga el oso
ResponderEliminartiene razón, los mèdicos cubanos solo impresionan en paises tercer mundistas; en el primer mundo dejan mucho que desear
ResponderEliminarBuenas columnas
ResponderEliminarExcelente reflexión!!
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