Medellín,
Capital del Tango
Luis
Guillermo Vélez Álvarez
Economista,
Universidad EAFIT
Con la celebración del XI
Festival Internacional de Tango, de espléndida programación e impecable
organización, Medellín ha reiterado su
bien ganada reputación de Ciudad Tangera.
Fueron seis días
maravillosos, del 20 al 25 de junio, durante los cuales los amantes del tango
pudieron escuchar las más entrañables letras, interpretadas por jóvenes y
viejos cantores; extasiarse con la danza exquisita de grupos profesionales y los
numerosos aficionados que participaron en el campeonato de baile; disfrutar de variadas
ejecuciones orquestales y escuchar sesudas conferencias en las cuales se revelaban los más diversos matices
culturales de la Canción Ciudadana.
También, para los iniciados
en la ejecución y la danza, se realizaron clases maestras y talleres y todos los
que quisieron hacerlo, pudieron bailar en alegres Milongas. Los coleccionistas
y los conocedores, que en la Ciudad son muchos, tuvieron espacios de encuentro,
intercambio y conversación.
Una centena de artistas
nacionales y más de 40 artistas extranjeros se entregaron plenamente ante el
público conocedor, fervoroso y agradecido que abarrotó los escenarios donde se
desarrolló la más variada y amplia programación en toda la historia del
Festitango de Medellín. Julio César
Sierra Cárdenas, director del evento, y todo su equipo pusieron un punto muy
alto. Se lucieron, muchachos, felicitaciones.
El Festitango 2017 rindió
homenaje a La Cumparsita, el tango emblemático por excelencia, que según se
dice se estrenó hace 100 años, en el festival de la Federación de Estudiantes
de Uruguay, de la cual era miembro su compositor Gerardo Hernán Matos
Rodriguez. Y escuchamos La Cumparsita,
en varias interpretaciones bastante encantadoras al igual que otros entrañables
tangos del repertorio clásico. Personalmente, lo que más al alma me llegó, fue
la interpretación a capela de Lejana Tierra Mía que nos regalara Inés Cuello el
24 de junio en la Plaza Gardel.
Inés Cuello
Para mi gusto, en este
festival predominaron las intérpretes femeninas entre las que se destacaron,
además de Inés Cuello, Alicia Vignola y
Lucila Juárez, hija del célebre bandoneonista Rubén Juárez, quien rindió a su
padre un hermoso homenaje, interpretando algunas de sus composiciones. Además
de la danza, donde siempre es tan placentera, la presencia femenina se destacó también
en la ejecución de los más variados instrumentos – teclado, violines,
bandoneones – donde decenas de damas engalanaron las orquestas con su talento y
su belleza. Allí estuvo nuestra Alejandra Montoya con su siempre portentosa
ejecución del bandoneón.
Lucila Juárez
Con la Orquesta Victoria, integrada
por jóvenes intérpretes, estuvo el cantor Osvaldo Peredo quien, a sus 87 años,
bien puede considerarse hoy como el abuelo vivo del tango, según el decir de
una señora del público asistente. Con la interpretación siempre bienvenida de Cambalache
y, sobre todo, con la de Mala Suerte, Peredo dejó en claro que en la ejecución
del tango importa sobre todo el sentimiento y que cuando este es acendrado se
impone a las eventuales flaquezas de una voz todavía poderosa.
Osvaldo Peredo
Impresionó ver, al lado de
los grandes veteranos como Peredo y Lavallén, decenas de jóvenes músicos, compositores,
cantores y bailarines. Y entre el público, multitud de jóvenes disfrutando del
canto, del baile y deseosos de aprender más del tango, vislumbrando que su
música y sus letras encierran un amplio y variado universo, del que ha venido
dando cuenta el maestro Asdrúbal Valencia en su enciclopédica obra El Universo
del Tango.
Mención especial ameritan
esas mezclas coreográficas de danza, canción y drama que se presentaron en
varios escenarios. Pude ver la que se ejecutó el 25 de junio en el escenario de
la Plaza Gardel titulada Un tango por un
poema: homenaje a Evaristo Carriego, con una danza de impecable técnicamente
y llena de gracia y donosura. La Orquesta de Tango de la Red de Escuelas brilló en todas sus presentaciones y en nada desmereció a los músicos invitados
que la acompañaron, los bandoneonistas Pablo Estigarribia y Víctor Lavallén.
En todas las oportunidades
que tuvieron, de todas las formas y en todos los tonos los músicos extranjeros
manifestaron su complacencia por estar en el festival y su gratitud con la acogida
que les dispensó el público de Medellín. Todos reconocieron la categoría e importancia
de nuestro festival. Me impresionó especialmente la declaración de un señor,
que se levantó en medio del público de
la Plaza Gardel, quien con voz recia dijo: “Soy argentino. Quiero darle gracias
a Medellín por conservar el tango, por quererlo tanto como nosotros a Carlos
Gardel”.
LGVA
Junio de 2017.
Como me hubiera gustado estar alli. El tango.. lo único que actualmente,me hace sentir casi literalmente la presencia de mi amado esposo k falleció hace 15 meses!! Y con el K se fue mi alma y una gran parte de mi vida!!
ResponderEliminarComo me hubiera gustado estar alli. El tango.. lo único que actualmente,me hace sentir casi literalmente la presencia de mi amado esposo k falleció hace 15 meses!! Y con el K se fue mi alma y una gran parte de mi vida!!
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