Sergio, no te equivoques otra vez
Luis Guillermo Vélez Álvarez
Economista
“Uno rara vez se equivoca al atribuir acciones
extremas a la vanidad, acciones ordinarias al hábito y acciones malas al miedo”
(Friedrich Nietzsche)
Estimado Sergio:
En nuestro reciente encuentro, el 14 de marzo en la
sede de El Colombiano, después de saludarme amablemente, le dijiste a la
doctora María Ángela Holguín, quien te acompañaba al debate de candidatos
presidenciales: “este es Luis Guillermo Vélez, que me regaña en los artículos
que escribe, pero lo sigo queriendo”. Un reproche similar, también en tono
amable, me habías hecho en nuestro anterior encuentro en el atrio de la iglesia
de El Poblado, en donde, con otros amigos, nos dimos cita con ocasión de las
exequias de Juan Felipe Gaviria. Eso significa que lees lo que escribo y que,
al parecer, no me guardas rencor por mis duras críticas a tu accionar político.
Al igual que muchos amigos comunes del ámbito académico,
apoyé tu candidatura a la alcaldía de Medellín y contribuí con documentos a la
formulación de tu programa de gobierno a cuya implementación ayudé también.
Hiciste una buena gestión, especialmente en lo relacionado con EPM, a la que
sacaste de la crisis en la que la había sumido el alcalde anterior, Luis Pérez
Gutiérrez, con la descarada violación a su autonomía. Lograste la adopción de
un Código de Buen Gobierno que, durante quince años y tres alcaldías, permitió
un buen manejo de la Empresa con relativa autonomía administrativa frente al
Municipio, hasta la llegada de Quintero Calle.
No te acompañé en las presidenciales de 2010 ni en la
elección de gobernador de Antioquia en 2012. Ya en esas campañas empezaste a
mostrar una acusada inclinación antisistema, algo sorprendente en un vástago de
la burguesía antioqueña que había llegado a la alcaldía con el apoyo del
establecimiento empresarial paisa. Pero tus más graves equivocaciones políticas
llegaron más tarde.
Me resultó completamente incomprensible tu aparente conversión
al socialismo del siglo XXI en las elecciones presidenciales de 2018, en las
que fuiste el candidato de los partidos Alianza Verde y Polo Democrático,
miembros del Foro de Sao Paulo, organización creada por Fidel Castro y Lula da
Silva en 1990 con el objetivo de transformar las relaciones de
producción capitalistas, acabar con la propiedad privada, implantar la
propiedad estatal e imponer desde el estado la ideología y los valores socialistas.
Aún hoy no entiendo si ignorabas
las orientaciones ideológicas de tus socios políticos, si no las ignorabas y no
te importó con tal de conseguir los votos que te hicieran elegir o si las
compartías plenamente. Mayor perplejidad me causó tu decisión de irte a
observar ballenas cuando saliste derrotado en la primera vuelta al tiempo que
tus aliados políticos del Foro de Sao Paulo – Mockus, López, etc. - le daban a
Petro el apoyo que tú aparentabas negarle. En cualquier caso, tu proceso de
polarización hacia la extrema izquierda continuó durante todo el mandato de
Iván Duque y alcanzó su clímax cuando apoyaste la toma armada de las
principales capitales del país por las fuerzas de choque de los partidos y
movimientos del Foro de Sao Paulo.
Tampoco son para enorgullecerse
algunas de tus amistadas en la Coalición de la Esperanza. Allí está Jorge
Enrique Robledo, un marxista-leninista-maoísta confeso, y en política no se
puede ser nada peor que seguidor de Mao, culpable del asesinato de millones
chinos y quien propuso a Stalin lanzar un ataque nuclear masivo sobre Occidente
para acabar el capitalismo. Para ti, que te has declarado el acérrimo enemigo
de los corruptos, no es muy enaltecedora la compañía del señor Juan Fernando
Cristo de cuyas andanzas, al lado de un personaje conocido como El Magnate,
has debido informarte en Cúcuta y Norte de Santander.
Una nueva equivocación es tu
estrategia para disputarle a Federico Gutiérrez el paso a la segunda vuelta. Lo
has convertido en el candidato del Gobierno y “el de Uribe”. Tus ataques al presidente
Duque son infames pues tu bien sabes que no puede responsabilizarse a su
gobierno de la pobreza, el desempleo o la inflación y que, por el contrario,
hizo un gran manejo médico y social de la pandemia, adelantó un exitoso
programa de vacunación e impulsó de manera exitosa la recuperación de la
economía.
También es epidérmico tu
antiurbismo pues sabes muy bien que los dos gobiernos de Uribe fueron la
aplicación a escala nacional de la visión y las acciones adelantadas durante su
gestión como Gobernador de Antioquía, que tu reconociste y alabaste
públicamente. El gobierno de Uribe frenó en seco a las Farc en su avance hacia
el poder, permitió la recuperación de la inversión y el crecimiento económico,
protegió exitosamente a los líderes de la oposición legal que hoy son sus
peores enemigos y desmovilizó a los paramilitares, sin hacerles las vergonzosas
concesiones que Santos le hizo a las Farc, y los extraditó cuando siguieron
delinquiendo desde la prisión.
Iba de decirte que me
sorprende que tu inteligencia de matemático no te permita entender lo nefasto
que puede ser un gobierno socialista, pero recordé que Bertrand Russell expresó
simpatía por los bolcheviques, después de visitar a Rusia a los pocos meses de
la Revolución de octubre de 1917, y durante muchos años mantuvo sus ilusiones
socialistas. Pero Russell tiene a su favor una escusa de la que tu careces: no
supo de los millones de muertos en las hambrunas provocada por la
colectivización de la agricultura de Stalin y el Gran salto hacia delante de
Mao, ni de los campos de concentración del Gulag soviético, ni los campos de
reeducación de China durante la Revolución Cultural, ni de los fusilamientos
del Che Guevara en la Cuba de los Castro o, para no ir muy lejos, ni de la
hambruna, los desplazamientos masivos y los asesinatos provocados por el
régimen chavista de Venezuela.
Porque resulta muy preocupante
que tus aliados Galán de la Coalición de la Esperanza estén anunciando desde ya
su intención de votar por Gustavo Petro, en el caso de que sea Federico Gutiérrez
y no tú quien lo enfrente en segunda vuelta. Sorprende que hayas guardado
silencio frente a esto, como sorprende también la dureza con la que tratas a
Fico y la actitud indulgente que exhibes frente a Petro, porta estandarte
máximo de las propuestas del socialismo del siglo XXI.
Lo inquietante con Gustavo
Petro no son las propuestas delirantes con las que distrae la atención de los
medios y alimenta las ilusiones de sus ignorantes votantes, sino las propuestas
totalmente serias que ha formulado en su autobiografía. Allí plantea la
supresión del capital, la reducción del consumo a lo que él llama lo necesario
y la sustitución de la economía de mercado por la economía de los derechos. Eso
es comunismo puro y duro tal como está planteado en el folleto de Marx Crítica
del programa de Gotha, que Petro, como marxista acucioso, conoce bien.
Si no lo has hecho, deberías
leer esa autobiografía, en especial el epílogo, donde Petro enuncia sin ambages
su proyecto político que se aplica a cabalidad en Cuba y Venezuela donde ya se
suprimió el capital, la economía de mercado está casi desaparecida y el consumo
está reducido a menos de lo necesario.
Otra vez te estás equivocando
en grande, Sergio. El problema es que con tu bancarrota política pones al País
en riesgo de ver destruida su economía y su democracia como ocurrió en
Venezuela, al entregarlo al delirio comunista de Gustavo Petro y a la voracidad
de la banda de corruptos que lo acompañan.
LGVA
Marzo de 2022.