Nota
sobre el salario mínimo
Luis
Guillermo Vélez Álvarez
Economista,
Docente Universidad EAFIT
Como es habitual en el
mes de diciembre asistimos a la principal discusión económica de fin de año: la
fijación del salario mínimo legal. Entre los economistas y responsables de la
política económica no hay unanimidad sobre la conveniencia de esta intervención
del gobierno en el mercado laboral. Sus partidarios lo ven como un mecanismo
para aumentar el ingreso de los pobres y contrarrestar las imperfecciones del
mercado laboral. Los que se oponen argumentan que el salario mínimo contribuye
al desempleo, alienta la informalidad y que hay otras formas de ayudar a los
pobres. En cualquier caso, la legislación
sobre salario mínimo está extremadamente extendida. Los países que carecen de
ella – entre los que se encuentran Austria, Dinamarca, Finlandia, Suiza, Italia,
Noruega y Suecia – son más bien la excepción. Todos los países de América
Latina tienen legislación sobre salario mínimo, pero su cumplimiento efectivo,
como puso de manifiesto un reciente estudio de la Organización Internacional
del Trabajo, deja mucho que desear[1].
Figura
1
Según el procedimiento
establecido en Colombia, el incremento anual del salario mínimo debe ser
acordado unánimemente por el Consejo Nacional Laboral, en el que participan
representantes de empleadores y trabajadores. En caso de no existir acuerdo, el
Gobierno Nacional lo fija por decreto ejecutivo. En esa negociación o mediante
ese decreto se determina el salario mínimo nominal para el siguiente año. Lo
que ocurra con el salario mínimo real o la capacidad la adquisitiva de ese salario nominal, que es lo que es lo que importa en
definitiva, dependerá de la inflación. En la figura 1 se compara la evolución de
la tasa anual de incremento del salario mínimo con la tasa anual de inflación
del Índice de Precios al Consumidor. Ostensiblemente, en el período
considerado, el incremento nominal del salario mínimo excedió la inflación
anual del IPC, lo cual se tradujo en un importante crecimiento del salario
mínimo real, como se muestra en la figura 2.
Figura
2
La figura 2 muestra el
Índice de Salario Mínimo Real. En la década de los 90 permanece casi estancado.
El mayor crecimiento del salario mínimo real se produce a partir del año 2000,
coincidiendo – lo que no es sorprendente - con un período de buen crecimiento
económico, reducción del desempleo y baja inflación. Probablemente la legislación
ayude, pero la mejora en el salario mínimo real y de las condiciones de vida de
los trabajadores dependen del buen desempeño de la economía.
Finalmente, hay que
referirse a la discusión siempre presente sobre el nivel del salario mínimo. ¿Qué
tan alto o qué tan bajo es el salario mínimo y con relación a qué?
Un referente obvio es
la línea de pobreza. A precios de 2014, las líneas de pobreza urbana y rural por
habitante están en $ 230.633 y $ 137.792, respectivamente[2]. El
salario mínimo mensual vigente en 2014 de $ 688.000, incluido el auxilio de
transporte, equivale aproximadamente a tres líneas de pobreza urbana y a cinco
de pobreza rural. Dicho de otra forma,
una familia urbana de 3 miembros y una rural de 5 deben tener para estar en la
línea de pobreza 1 activo devengando el salario mínimo.
Figura
3
Otra comparación
interesante es la del salario mínimo con el PIB per-cápita que se muestra en la
figura 4 para Colombia y otros países de América Latina.
Figura
4
En resumen: en los
últimos 25 años el salario mínimo nominal se ha incrementado mucho más que la
inflación; por ello el salario mínimo real creció un 43% en el período. El
salario mínimo legal vigente en 2014 equivale a 3 líneas de pobreza urbana y a
cinco de pobreza rural. El salario mínimo equivale aproximadamente a un 50% del
PIB per-cápita.
LGVA
Diciembre de 2014.
[1] Marinakis, Andrés.
Editor (2014) Incumplimiento con el
salario mínimo en América Latina: el peso de los factores económicos e
institucionales. Organización Internacional del Trabajo. Santiago de Chile,
septiembre de 2014.
[2]
DANE (2012). Misión para el empalme de
las series de empleo, pobreza y desigualdad. Pobreza monetaria en Colombia:
nueva metodología y cifras 2002 – 2010.
No hay comentarios:
Publicar un comentario