El
porvenir de la industria manufacturera y la política industrial
Luis
Guillermo Vélez Álvarez
Economista,
Docente Universidad EAFIT
En la septuagésima
asamblea de la ANDI, celebrada en Medellín el 14 y 15 de agosto pasados,
nuevamente se presentó el catálogo de factores que están afectando
negativamente el desempeño de la industria manufacturera: revaluación,
contrabando, costos de transporte, precio de la energía, etc. La preocupación expresada
no carece de fundamento. En los dos últimos años la industria presentó
crecimientos negativos al tiempo que las variaciones positivas registradas en
2010 y 2011 apenas lograron compensar el retroceso del sector en 2009, año en
el cual el valor agregado manufacturero cayó en 4,1%. Entre 2001 y 2007, la industria creció a tasas
iguales o superiores a las del PIB (Gráfico 1).
Gráfico
1
El gobierno nacional no
ha desatendido los clamores de los industriales; como tampoco los desatendieron
los gobiernos anteriores. En los últimos años se han adoptado un gran número de
medidas de política pública para apoyar la industria plasmadas en no menos de
10 documentos CONPES. Ahora se habla de crear un ministerio de industria que
adelante una política industrial. Se argumenta que la Ministerio de comercio
exterior, industria y turismo (MCEIT) favorece la agenda comercial en
detrimento de la industrial. Aunque la idea del nuevo ministerio no parece
haber prosperado, el gobierno nacional se comprometió a darle al MCEIT
funciones de ministerio de industria. Esto debe significar que la política
industrial será su prioridad. Todo esto es plausible, pero conviene examinar la
situación de la industria en perspectiva distinguiendo entre los factores
coyunturales que afectan su desempeño y las tendencias de largo plazo que
llevan a la reducción y al estancamiento de su participación en el PIB.
La reducción y el
estancamiento de la participación del valor agregado manufacturero en el PIB
hacen parte del proceso de cambio estructural que enfrentan las economías a
medida que aumenta el ingreso por habitante. Al inicio del proceso de
industrialización y durante un período más o menos prolongado, la industria
aumenta su participación en el valor agregado al tiempo que declina la
participación de las actividades primarias. En algún momento el crecimiento de
la industria se desacelera, alcanza su máxima participación y empieza a ceder
frente al desarrollo del sector de los servicios. Según estudio reciente de la
Organización de las Naciones Unidades para el Desarrollo Industrial (ONUDI), el
patrón internacional indica que esto ocurre cuando la industria representa
aproximadamente un 20% del valor agregado y el ingreso por habitante es US$
14.000[1]. La gráfica 2, tomada de estudio citado,
ilustra el patrón general del cambio de la estructura productiva.
Gráfica
2
El despegue de la industria
colombiana, que se sitúa hacia los años 30, fue más bien tardío no solo con
relación a los países desarrollados sino también a países de América Latina
como México, Brasil, Chile y Argentina que iniciaron su desarrollo industrial
cuarenta años antes[2].
A partir de los años 30, la industria
creció a tasas superiores a las del PIB. Según el estudio de Echavarría y
Villamizar, la tasa de crecimiento anual promedio de la industria fue de 7,5%
frente a 4,7% del PIB, entre 1929 y 1973. A partir de este último año, cuando el
valor agregado manufacturero alcanza su máxima participación en el PIB (23,5%),
se inicia un proceso gradual de reducción que lleva a que el valor agregado
industrial se situé en 18% del PIB hacia 1998-1999. El choque externo de la
llamada crisis de fin del siglo contrae abruptamente la industria que en un
solo año pierde 3,4 puntos porcentuales de participación en el valor agregado
total. Entre 2001 y 2007, la industria crece a una tasa media anual de 5,2%
frente a 4,5% del PIB, recuperando levemente su participación en el PIB que
llega a 15% en 2007. En 2008, un nuevo
choque externo – la crisis hipotecaria y la recesión que provocó de la que aún no
se recupera totalmente el mundo – afecta el desempeño de la industria que en
2008 crece sólo 0,6% y en 2009 cae en 4,1%.
El resto es la historia reciente de la que se hace eco en las reuniones
gremiales.
Gráfico
3
La política industrial
de la que se habla debe tener en cuenta las circunstancias descritas. El estancamiento y la declinación de la
participación de la industria manufacturera hacen parte del proceso de cambio
estructural por el que atraviesan todas las economías. Es posible, como sostienen algunos analistas,
que el proceso de desindustrialización colombiano, entendido como la reducción
y el estancamiento de la participación de la producción industrial en el PIB, sea
relativamente prematuro con relación al patrón internacional. Sin embargo, es
claro que sucesivos choques externos lo han acelerado.
La llamada política industrial
debe orientarse, en primer lugar, a permitir que la industria supere el efecto
de las circunstancias coyunturales que la han afectado y a ayudar prepararla
contra las que seguramente se presentarán en el futuro. Aquí lo fundamental es
la preservación de los equilibrios macroeconómicos que es lo único que permite
la política económica contra-cíclica en presencia de choques externos. Se debe también buscar que todas las medidas de
apoyo directo o indirecto que se adopten sean lo más neutrales que sea posible
desde el punto de vista de la rentabilidad de las demás actividades económicas
y desde el punto de vista del consumidor. Más concretamente, hay que beneficiar
a las actividades industriales con potencial de crecimiento en el mercado
mundial, no a las actividades declinantes que sólo pueden subsistir bajo
esquema proteccionistas en el mercado local. No es posible volver a los esquemas
proteccionistas del pasado que permitieron el desarrollo de industrias débiles
incapaces de resistir la más mínima reducción del arancel o la más mínima
apreciación de la tasa de cambio.
LGVA
Agosto de 2014.
[1] ONUDI (2013). Informe sobre el desarrollo industrial
2013. La creación sostenida de empleo: el rol de la industria manufacturera y
el cambio estructural. http://www.unido.org/fileadmin/user_media/Research_and_Statistics/UNIDO_IDR13_Spanish_overview_1118_for_web.pdf
[2] Echavarría J.J. y Villamizar M.
(2007) El proceso colombiano de
desindustrialización. http://www.banrep.gov.co/docum/ftp/borra361.pdf
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