Las mentiras de Petro sobre las
guerras civiles en Colombia
Luis Guillermo Vélez Álvarez
Economista
Durante toda la campaña, Gustavo Petro ha recurrido a
la mentira para ganarse el favor de los electores. Ha buscado hacerles creer
que la economía colombiana es un fracaso total y que toda nuestra historia está
marcada por la violencia. En el debate presidencial del jueves su falseamiento
de la historia llegó a la apoteosis cuando afirmó, sin ruborizarse y sin que
ninguno de los otros candidatos lo contradijera, que en Colombia habían ocurrido
60 guerras civiles en sus 200 años de vida republicana. Nada más alejado de la
verdad.
Durante el siglo XIX hubo, en efecto, 8 guerras
civiles generales, de las cuales las más largas y catastróficas fueron la
llamada guerra de los Supremos, entre 1839 y 1842, y la guerra de los Mil días,
entre 1899 y 1902. Este fenómeno de enfrentamientos político-militares, durante
el proceso de constitución de los estados nacionales posterior a la
independencia política, se presentó en todos los países de América Latina. La
historia de Chile registra por lo menos cinco guerras civiles, Argentina
padeció 10 y México por lo menos 12. Prácticamente ningún país de América
Latina, con excepción de Brasil, estuvo libre de guerras civiles durante el
siglo XIX. Estados Unidos tuvo también la suya y Europa, donde proliferan los
intelectuales que dan lecciones de civilidad, fue durante el siglo XIX
escenario de enfrentamientos militares que se prologaron hasta el siglo XX en
las llamadas guerras mundiales que los historiadores del futuro seguramente
verán como las dos grandes guerras civiles de la Unión Europea.
Estrictamente hablando no puede hablarse de guerras
civiles en Colombia en el siglo XX. Después de terminada la guerra de los Mil
días en 1902, el País vivió un largo período de paz política – que fue también
un período de progreso económico- que se extendió hasta 1948, año del asesinato
de Jorge Eliecer Gaitán, como consecuencia del cual se inició el período
conocido como la Violencia. El gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla – y eso
hay que reconocérselo - puso término a esa violencia con diálogo y política
social. Durante el Frente Nacional, entre 1958 y 1970, se consolidó la paz
política.
En los años 60 y 70, en el contexto de la Guerra Fría
y bajo el aliento del gobierno dictatorial de Cuba, surgieron en Colombia, y en
casi todos los países de América Latina, movimientos guerrilleros de
orientación comunista – FARC, ELN, EPL, M-19, etc.- que ejercieron la más
despiadada violencia contra las instituciones democráticas y el pueblo
colombiano. Con el derrumbe de la Unión Soviética y la caída del maoísmo en
China, esas guerrillas, faltas de financiación, languidecieron hasta
extinguirse en todos países de América Latina, con la triste excepción de
Colombia donde encontraron en el narcotráfico una poderosa fuente de
financiación que terminó por convertirlas vulgares organizaciones criminales
desprovistas de todo ideal político. Eso aconteció con las FARC, el ELN y, por
supuesto, el M-19, que se puso al servicio de Pablo Escobar y su cartel de
Medellín. Esa es la verdad monda y lironda.
Miente pues Gustavo Petro cuando habla de las 60
guerras civiles y miente también cuando acusa a la “oligarquía colombiana” de ser
la causante de la violencia de las últimas décadas. Desde los años 70 hasta ahora, los generadores
de violencia han sido los grupos criminales narcotraficantes como las FARC y el
ELN o aliados del narcotráfico como el M-19, cuya bandera tuvo el descaro de exhibir
Gustavo Petro en su cierre de campaña en la Plaza de Bolívar mostrando de esa
forma que su inclinación por la acción directa como forma de hacer política
todavía está vigente.
LGVA
Mayo de 2018.
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