Gustavo
Petro en la Asamblea de la ANDI
Luis
Guillermo Vélez Álvarez
Economista,
Docente Universidad EAFIT
El jueves 10 de agosto doce
precandidatos presidenciales expusieron sus propuestas en un foro del Congreso
de la Andi. Allí estuvieron todos, incluidos los precandidatos de la izquierda
totalitaria: Jorge Robledo, Clara López y Gustavo Petro; sólo faltó doña Piedad
Córdoba. El presidente de la ANDI, el señor Mac Master, calificó de ejercicio
democrático su amplísima convocatoria.
Los precandidatos expusieron
las naderías habituales en esta clase de eventos. Se destacó Gustavo Petro
quien, además de repetir su cantinela sobre el modelo agroindustrial y la
economía diversificada que a todo mundo le gustaría tener, expresó sin tapujos
su apoyo al régimen criminal de Nicolás Maduro y sus secuaces. Ojalá que los
empresarios hayan tomado atenta nota de esto para que en lo sucesivo tengan más
tino al elegir los personajes a quienes ofrecen sus escenarios institucionales
para lavar su imagen. Confiando, señor Mac Master, que en su próxima Asamblea
no tenga que anunciar la llegada del señor Presidente de la Republica: Gustavo
Francisco Petro Urrego, permítame recordarle brevemente quién es su invitado.
Gustavo Francisco Petro
Urrego se inició en la vida política como militante del movimiento M-19, un
grupo que trató de tomarse el poder para imponer a los colombianos por la
fuerza de las armas su ideología política. Durante años robaron, asaltaron,
secuestraron y asesinaron. Su máxima “hazaña”, el 6 de noviembre de 1985, fue el
asalto al Palacio de Justicia en el curso del cual murieron los magistrados de
la Corte Suprema y decenas de personas más y cuyas consecuencias sobre el Poder
Judicial aún se sienten en el País. Entre otras “proezas” adicionales están el
secuestro y asesinato de dirigente sindical José Raquel Mercado, a quien
sometieron a un ominoso “juicio popular”, antes de acabar con su vida; el
asalto a la Embajada de República Dominicana, en febrero de 1980, donde
recibieron un rescate de 3 millones de dólares a cambio de la vida de los
diplomáticos secuestrados y, en mayo de 1988, el secuestro del dirigente conservador
Álvaro Gómez Hurtado.
Gustavo Francisco Petro
Urrego, como Alcalde de Bogotá, violó flagrantemente la ley al expedir los
decretos 564 y 570 de 2012 que impusieron un modelo de recolección de basuras
contrario a la libertad de empresa, a la libre competencia, a la regulación
sectorial y a las normas ambientales. Autorizó el uso de volquetas para la
recolección de basuras poniendo a la Ciudad al borde de una grave crisis
ambiental. Por orden suya la EAB, sin experiencia alguna, asumió la prestación del
servicio, perdiendo 240.000 millones en la operación y dilapidando 165.000 más
en la compra de equipos que resultaron inservibles. Amén de esto, la EAB tuvo
que pagar una multa de 75.000 millones impuesta por la SIC. Ignoro si Petro ha
respondido por ese monstruoso detrimento patrimonial.
Gustavo Francisco Petro
Urrego, como Alcalde de Bogotá, burocratizó la administración de la Ciudad,
creando centenas de empleos para su clientela política; despreció el Estatuto
General de Contratación de la Administración Pública, otorgando de forma
directa, es decir, sin licitación alguna, el 90% de los contratos de su
administración y, en lugar de impulsar el empleo productivo de los pobres,
decidió convertirlos en indigentes haciéndolos dependientes de las dádivas del
gobierno.
Gustavo Francisco Petro
Urrego, como gobernante, persiguió con
saña a un sector minoritario de la sociedad, el de los taurinos, violándoles sus
libertades individuales, y, como
político, promovió en su contra manifestaciones que terminaron de forma
violenta.
Gustavo Francisco Petro
Urrego apoya sin restricciones el Socialismo del Siglo XXI que ha llevado a
Venezuela a la más espantosa miseria. A pesar de su carácter anti-democrático,
liberticida y criminal, continúa apoyando el régimen de Nicolás Maduro y sus secuaces
que ha asesinado decenas de jóvenes, puesto en prisión a los opositores y
violado descaradamente la misma constitución chavista.
Gustavo Francisco Petro
Urrego es heredero de la ideología de un grupo totalitario que buscó imponerse
ejerciendo la violencia; como alcalde, pasó por encima de la ley, la libertad
de empresa, la competencia y la regulación ambiental y gobernó de forma
clientelista repartiendo puestos, contratos y dádivas; desconoce los derechos y
persigue con saña a quienes tienen preferencias distintas y, como sus amigos
Chávez y Maduro, desprecia la democracia y quiere valerse de ella para
destruirla.
LGVA
Agosto de 2017
"La mentira es otra de las fuerzas que gobiernan al mundo" (Raymond Aron)
ResponderEliminarEso de hacer una ruta criminal, no se aprende en las universidades; y eso de hacer gloriosa esa ruta criminal es una obra luciferina, apoyada en fuerzas infernales. Hay maldad excesiva en este mundo.