A votar por Duque, a votar por la libertad y la
democracia.
Luis Guillermo Vélez Álvarez
Economista
No hay que dejarse engañar por falsos dilemas: todo
mundo quiere la paz y nadie respalda la corrupción. En las elecciones
presidenciales del 17 de junio están en juego tanto la economía de mercado y
propiedad privada, como las libertades civiles y el sistema
democrático. Ni más ni menos. Todas las fuerzas políticas[1] que apoyan la candidatura
de Gustavo Petro hacen parte del Foro de Sao Paulo, organización de partidos de
izquierda de América Latina, fundada en 1990 por el Partido Comunista de Cuba, que
tiene como objetivo acabar con el capitalismo e implantar el socialismo, como
lo expresa la declaración del XXII encuentro realizado en El Salvador en julio
de 2016[2].
Acabar el capitalismo significa acabar con la
propiedad privada, o imponerle fuertes restricciones, y controlar los mercados,
fijando precios, cuotas, etc. Donde quiera que han llegado al poder, los
partidos del Foro han procedido de esta forma y, ante la reacción de la
sociedad, han impuesto limitaciones a la libertad de prensa, han roto
equilibrio de los poderes públicos y han falseado los procesos electorales. La
supresión de las libertades económicas lleva inexorablemente a la supresión de
las libertades políticas y, ante la reacción de la sociedad, a la más brutal
represión como en Venezuela y Nicaragua. Durante años, Gustavo Petro ha apoyado
los regímenes dictatoriales de esos países.
Con Gustavo Petro están en riesgo las libertades económicas
y las libertades civiles. Ha expresado sin tapujos su intensión de expropiar
todo lo que esté a su alcance y de concentrar los recursos productivos en manos
del gobierno que se supone los empleará en beneficio de toda la sociedad.
Anunció impuestos confiscatorios a la propiedad rural para obligar a sus
propietarios a venderla al gobierno. Quiere apropiarse de los ahorros
pensionales de todos los colombianos para nutrir una banca gubernamental
manejada por políticos. Esa es la vieja fórmula colectivista que ha fracasado
donde quiera que se ha aplicado dejando a los pueblos que la han padecido en la
miseria y la opresión. Gustavo Petro es heredero de la ideología de un grupo
totalitario que buscó imponerse ejerciendo la violencia y cuyos símbolos
ominosos han reaparecido, amenazantes, en manifestaciones y actos proselitistas.
Como alcalde, gobernó de forma clientelista repartiendo puestos, contratos y
dádivas; pasó por encima de la ley, la libertad de empresa, la competencia y la
regulación ambiental.
Iván Duque ha puesto en el centro de su proyecto
político la restauración del principio de legalidad, lo cual significa que los
gobernantes que administran de forma temporal los recursos y medios de acción
del estado están obligados a ejercer el poder conforme a determinadas normas
conocidas por todos y aprobadas por procedimientos constitucionales. También ha
entendido que el principio de legalidad supone un estado fuerte – que no es lo
mismo que un estado grande – que controle la totalidad del territorio y someta
a los delincuentes. Entiende que el progreso económico es el resultado de la
acción empresarios y trabajadores y que el gobierno está para alentarlos y
protegerlos y para ayudar solidariamente a los más débiles, con una tributación
justa y unos subsidios bien focalizados. Jamás ha puesto en cuestión la propiedad
individual ni las libertades económicas y civiles.
Además de la preservación de las libertades fundamentales,
claramente amenazadas por Petro y sus aliados, la presidencia de Duque
permitirá una renovación generacional e ideológica de la política colombiana. Hoy,
en Colombia, hay una lucha que se viene dando en el mundo desde hace varias
décadas. Es la lucha entre los partidarios del estado asistencialista y que se
entromete en todo y los defensores de mayor libertad de mercado, menos
intervención y menos impuestos. Duque representa todo esto y su gobierno
conducirá a una gran renovación de las políticas públicas, hoy anquilosadas por
el asistencialismo. A votar por Duque, por la defensa de la libertad y la
democracia.
LGVA
Junio de 2018.
[1] Los movimientos políticos
colombianos miembros del Foro de Sao Paulo son: Marcha Patriótica, Movimiento
Progresista, Partido Alianza Verde, Partido Comunista Colombiano, Polo
Democrático Alternativo, Presentes por el Socialismo, Unión Patriótica y Movimiento
Poder Ciudadano. http://forodesaopaulo.org/partidos/
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