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jueves, 16 de enero de 2025

Cien años de La Vorágine

 

Cien años de La Vorágine

Luis Guillermo Vélez Álvarez

Economista

Borges aconsejaba leer solamente libros de por lo menos cien años de publicados, libros que hubiesen resistido el paso del tiempo, y no correr el riesgo de desperdiciar el tiempo propio, que se hace escaso con la edad, en novedades literarias de calidad incierta. Aunque no sigo estrictamente ese consejo, con los años me he inclinado por la lectura de grandes obras del pasado, dejadas de lado por diversas razones, y, con desigual fortuna, por la relectura de otras que ya había visitado.

La primera edición de La Vorágine, de las cinco que se publicaron en vida de José Eustasio Rivera, se publicó en Bogotá, el 25 de noviembre de 1924, con el sello de la Editorial Cromos. La Universidad de los Andes celebró el centenario con una espléndida “edición cosmográfica”, bajo el cuidado de las profesoras Margarita Serje y Erna von der Walde. Además del texto mismo de la novela, basado en la versión definitiva de 1928, la edición centenaria incluye diez mapas - cuatro de Rivera y seis de las editoras - y diez y nueve textos, de diversos tiempos y autores, referidos a la región Orinoco-Amazónica, el cosmos de La Vorágine*.



 Antes de la irrupción de Cien años de soledad; con El Alférez Real, de Eustaquio Palacios, y María, de Jorge Isaacs, La Vorágine conformaba el canon de la novelística colombiana en mis años de bachillerato, cuando la leí por primera vez. Volví a leerla hace unos 20 años cuando, como profesor de Historia Económica de Colombia en la Universidad EAFIT, realicé, durante dos o tres semestres, el experimento de hacer que mis alumnos leyesen obras literarias con el encargo de identificar en ellas instituciones, actividades y características económicas de la sociedad el siglo XIX y principios del XX. Algo de eso hicieron, pero el logro mayor fue hacer que muchos de ellos leyesen una novela por primera vez.

En esa oportunidad y ahora que la leo nuevamente, La Vorágine se me reveló especialmente por lo que Rivera, en polémica con un crítico contemporáneo, consideraba como lo mejor de la obra: su “trascendencia sociológica”; la cual hoy sería también una trascendencia histórica, pues los terribles crímenes contra los caucheros y colonos cometidos por La Casa Arana son cosa del pasado.    

Las novelas de los Episodios Nacionales, de Perez Galdós, y las de la Comedia Humana, de Balzac no pretendieron nunca ser novelas históricas, como las que abundan modernamente, pero el paso del tiempo las ha convertido en fuentes ineludibles para los estudiosos de la historia de España y Francia en el siglo XIX. La Vorágine, como fuente histórica, es particularmente significativa pues el relato de Rivera, más que en los personajes, está centrado en describir con la mayor fidelidad posible la geografía, los hechos y circunstancias en los que se inserta el accionar de los atribulados protagonistas. Las narraciones que Clemente Silva hace a sus compañeros en la segunda parte parecen extractos de un informe oficial:

“El personal de trabajadores está compuesto, en su mayor parte, de indígenas y enganchados, quienes, según las leyes de la región, no pueden cambiar de dueño antes de dos años. Cada individuo tiene una cuenta en la que le cargan las baratijas que le avanzan, las herramientas, los alimentos, y se la abona el caucho a un precio irrisorio que el amo señala. Jamás cauchero alguno sabe cuánto le cuesta lo que recibe ni cuánto le abonan por lo que entrega, pues la mira del empresario está en guardar el de ser siempre acreedor. Esta nueva especie de esclavitud vence la vida de los hombres y es trasmisible a sus herederos” (La Vorágine: edición cosmográfica, página 119).

Las atrocidades denunciadas por Rivera eran bien conocidas en la época y estaban plasmados en documentos oficiales, como Denuncia de los crímenes de la Casa Arana por Benjamín Saldaña de 1907 y El paraíso del diablo: un Congo Británico por Sidney Paternoster de 1909, ambos reproducidos en la edición cosmográfica. Además, Rivera ha debido tener conocimiento de relatos de primera mano en sus visitas a la Amazonia en 1922 y 1923 como miembro de la Comisión limítrofe colombo-venezolana.

La Vorágine es una intensa novela de aventuras y Rivera vio el potencial cinematográfico de su obra que buscó sin éxito fuera llevada a la pantalla en su viaje final a Nueva York en 1928. El sueño de Rivera se cumplió en 1949, con la película mexicana La Vorágine: abismos de amor. Maria Cecilia Botero (1975) y Florina Lemaitre (1990) encarnan la Alicia de cada una de las dos versiones de La Vorágine en la televisión colombiana.  A lo mejor NETFLIX, u otra de las empresas de streaming, está preparando una nueva versión. Entre tanto vale la pena leerla en su edición cosmográfica.

NB.

Me sorprendió leer lo siguiente:

 “Pero con los asilados de Venezuela que la infestan como dañina langosta, no se podía vivir. (…) Tantos se le presentaban explotando la condición de desterrados políticos, y eran vulgares delincuentes, prófugos de penitenciarías”. (Página 37).

Los hechos de La Vorágine acontecen a en la última década del siglo XIX y la primera del XX. Los asilados de los que se habla a lo mejor huían de la dictadura de Cipriano Castro.

Pensé en los asilados de la dictadura de Maduro al leer esto:

“La mansedumbre prepara el terreno a la tiranía y la pasividad de los explotados sirve de incentivo a la explotación” (Página 147).  

LGVA

Enero de 2025.



* La Vorágine: una edición cosmográfica/ José Eustasio Rivera; Margarita Serje y Erika von der Walde. (Editoras académicas). Bogotá: Universidad de los Andes. Facultad de Ciencias Sociales, Departamento de Antropología, Ediciones Uniandes, 2023.

jueves, 9 de enero de 2025

Balance del primer año en el Concejo

 

Balance del primer año en el Concejo

Luis Guillermo Vélez Álvarez

Economista

El Concejo es un órgano colectivo, de ahí que todos los miembros seamos responsables de lo que allí se decide. En el Concejo se aprueban acuerdos, se hace control político y se impulsan las iniciativas de cada concejal en comisiones accidentales. El Plan de Desarrollo, que ocupó casi todas las sesiones del primer semestre y el Presupuesto de 2025, que se llevó la casi totalidad del tercer período, fueron los más importantes acuerdos. Se destaca también el que autorizó la enajenación de las participaciones de EPM en Tigo-UNE, del que fui coordinador de ponentes.

Desde el punto de vista liberal, el deber del gobierno es proteger, catalizar y complementar la actividad privada. Esto guio mi gestión en el Concejo, tanto con referencia a las iniciativas de la Administración y demás concejales como a las propias.

En el Plan de Desarrollo busqué orientar el gasto a la educación ambiental y musical niños y jóvenes, logrando incluir la meta de dar instrucción sobre la protección a la vida animal silvestre a 9.000 niños y niñas, en el Programa Expediciones del Parque de la Conservación y de 25 becas de educación musical superior vinculadas a la actividad de Iberacademy.  Destaco también, en comisión accidental, el impulso a la Casa del Silletero, en la que están comprometidas la Gobernación y la Alcaldía.

Adicionalmente, con el concurso de líderes comunales y de las JAL, identificamos, y estamos impulsando en las secretarias concernidas, 45 obras menores en diferentes barrios. Esas obras, modestas en envergadura y costos financieros, tienen un impacto significativo y directo en la calidad de vida de los ciudadanos de sus entornos. Incluye recuperación parques y espacios públicos, pavimentación y mantenimiento de la malla vial, andes y barandales y pequeños puentes, como el de la Quebrada La Hueso en la Comuna 13, ya en servicio.

En el Presupuesto de 2025, con el apoyo de mi bancada, busqué introducir una enmienda que lo recortaba en unos 700.000 millones, para dar un alivio tributario a la clase media y a las empresas. No pude convencer a la Administración ni a los colegas de las otras bancadas, pero seguiré insistiendo, proponiendo enmiendas al estatuto tributario, en el marco de las atribuciones otorgadas al Concejo por la ley 2286 de 2023.

 Durante este año, con mi equipo de trabajo y de algunos amigos voluntarios, trabajamos en ocho proyectos de acuerdo de los cuales alcanzamos a radicar cuatro, que esperamos sean debatidos en las primeras sesiones del próximo, a saber:  

“El rio y sus quebradas”, con el cual buscamos comprometer recursos en el largo plazo para la intervención integral de nuestro sistema hídrico;  “Apadrine un parque”,  propone un esquema de pago de impuestos mediante el mantenimiento y ornato de parques, monumentos y espacios públicos; “Vamos al museo”, da incentivos tributarios a esta actividad y busca integrarla en los circuitos turísticos y “Jornadas de Historia Patria e Instituciones Republicanas”, que busca recuperar el amor por la historia patria y el respeto por nuestra tradición republicana de libertad y orden.

LGVA

Enero de 2025.

martes, 5 de noviembre de 2024

Dos Julios, dos héroes discretos

 

Dos Julios, dos héroes discretos

Luis Guillermo Vélez Álvarez

Economista

No creo que se hubiesen conocido, pero de haber sido así estoy seguro de que se hubieran apreciado y, probablemente, habrían sido amigos. Eran buenas personas, ciudadanos ejemplares y excelentes profesionales en el campo de la administración de negocios. Eran tocayos e hicieron honor al sentido de fuerza, nobleza y conexión divina que tiene el nombre que compartieron. Fallecieron sin conocerse el mismo día, 4 de noviembre. Eran mis amigos. Con ambos compartí tramos de la vida y momentos cuánticos cuyo recuerdo mitiga la tristeza que me causa su partida.

A Julio Jaime Calderón Álvarez lo conocí en el Liceo Antioqueño donde ambos hicimos, de primero a sexto, todo el bachillerato. Las amistades que se forjan en ese período quedan para siempre y, aunque la vida lleve por caminos alejados, los reencuentros, deliberados o fortuitos, causan gran felicidad y en ellos siempre surge de manera natural la antigua complicidad. Esto ocurría invariablemente con Julio Jaime quien propició siempre los encuentros de ex-liceistas. Con Aníbal Galeano organizó el de los 25 años, en el Hotel Dann Carlton en 1996, y, luego el de los 50, en El Club El Rodeo, hace tres años. Fueron encuentros masivos, porque Julio Jaime convocaba por su liderazgo natural y cariñoso, ajeno a cualquier imposición, y por la maravillosa alegría que irradiaba.



Mi amistad con Julio Acosta es una amistad de madurez que, como todo mudo sabe, tiene características muy distintas a las nacidas en la niñez, la juventud o cualquier otro momento de la vida. Esas amistades son más intelectuales, por así decirlo, versan sobre los asuntos de la vida social, pero, especialmente en el caso de Julio, no excluyen la calidez e interés por los asuntos de la vida doméstica. ¿Cómo está la Mona?, preguntaba siempre Julio, refiriéndose a Gloria Cecilia, mi esposa, por cuya intermediación empecé a tener relación con él, cuando se desempañaba como Vicerrector Administrativo en la Universidad Eafit, donde mi esposa y yo fuimos docentes durante varios años. En ese tiempo, casi todos los días, a veces en compañía de mi esposa y de amigos comunes como la geóloga Gloria Toro y el profesor Juan David Escobar, conversábamos sobre economía, política, negocios y educación, que fue su pasión en los últimos años de su vida. Buscar becas para estudiantes de escasos recursos fue su apostolado.    



Acosta se desempeñó en grandes empresas del sector productivo real como EPM, Fabricato y Coltejer; mientras que Calderón lo hizo, con lujo de competencia, en la distribución de productos de consumo masivo, dejando huella en compañías líderes como Cacharrería Mundial, John Restrepo A & Cia, Dissantamaria,  Megadistribuciones y otras más en las que ejerció altos cargos directivos, incluida la gerencia general de varias de ellas.  Después de su exitoso paso por esas compañías, Julio Jaime empezó a ejercer como Asesor y Consultor Empresarial, ofreciendo su herramienta POTÉNTHUM, diseñada para mejorar los resultados de las empresas a través de la potenciación del talento humano.

Ambos se alegraron por mi candidatura y elección al Concejo de Medellín. Julio Acosta me ofreció su colaboración y Julio Calderón me aplicó su herramienta POTÉNTHUM, pero sus quebrantos de salud le impidieron hacer el análisis y darme sus recomendaciones. Con los consejos de ambos tal vez habría sido mejor concejal, en todo caso trataré de serlo para honrar su memoria.

LGVA

Noviembre de 2024.    

 

lunes, 4 de noviembre de 2024

Presupuesto distrital

 

Presupuesto distrital

Luis Guillermo Vélez Álvarez

Economista

El presupuesto del Distrito de Medellín, para 2025, asciende a 10.9 billones de pesos, el más alto de su historia, casi 25% más que el de 2024. Del lado de los ingresos, los tres grandes rubros son las transferencias del SGP, las transferencias de EPM y los tributos locales; que crecen 25%, 11% y 22%, respectivamente.

Todos los tributos – excepto la sobretasa a la gasolina y la tasa de alumbrado público - tienen crecimientos de doble dígito: 17% el predial, 23% las estampillas, 30% industria y comercio y 21% los menores. En 2025, la economía de Medellín crecerá a la misma tasa real que la nacional, un 2%, lo cual, con una inflación de 5%, se traduce en 7% nominal.



El aumento de 11% de las transferencias de EPM, de por sí elevado, resulta inquietante dada las contingencias que pesan sobre la Empresa, empezando por los litigios de Hidroituango, que han llevado a provisionar más de 1,3 billones de pesos, sin tener aún en cuenta el resultado de la demanda por 500 mil millones por el incumplimiento del hito 10, que seguramente será adverso.

Con pérdidas de 30%, recaudo de 60% y la indiferencia culposa o dolosa del Gobierno Nacional, la situación de AFINIA parece fuera de control y no puede descartarse una toma por la Superservicios, que obligaría a castigar las utilidades. Por otra parte, la intervención del mercado eléctrico presiona la caja de EPM al obligarla, para conservar el agua en sus embalses, a atender sus clientes con generación térmica costosa.

La clase media, el comercio y la industria soportan, en los servicios de acueducto, alcantarillado y aseo, una parafiscalidad excesiva, con tasas de contribución que llegan, respectivamente, a 60%, 60% y 100%, para el estrato 6. Para el estrato 5, el comercio y la industria las tasas son menores, pero siempre por encima del 20%, establecido en la ley 142 de 1994, que rige para electricidad y gas.

En los fondos solidaridad y redistribución de ingresos de electricidad y gas, si la suma de subsidios excede las contribuciones, calculadas a la tasa de 20%, la Nación cubre la diferencia, con recursos del presupuesto general. En el caso de los fondos de acueducto, alcantarillado y aseo se autorizó a los municipios a elevar la tarifa de las contribuciones hasta donde fuese necesario para cubrir el déficit resultante de unas tasas de contribución de 20%. Esto premia la ineficiencia de los prestadores y es un abuso de posición dominante frente a consumidores sin salida.   

No está fuera del alcance de la Administración y el Concejo, sin modificar los indicadores físicos del Plan de Desarrollo, acordar una reducción de gastos que permita dar un alivio a la clase media, al comercio y la industria y reducir la presión sobre las finanzas de EPM. A fin de cuentas, como dijo Pantaleoni, cualquiera puede aumentar la tarifa de un impuesto existente o crear uno nuevo, pero el verdadero arte de la fiscalidad consiste en hacer más con los mismos recursos o incluso con menos.

LGVA

Noviembre de 2024.

domingo, 27 de octubre de 2024

El fin del GEA y la historia del GEA de Gloria Valencia

 

El fin del GEA y la historia del GEA de Gloria Valencia

Luis Guillermo Vélez Álvarez

Economista

El sábado 26 de octubre en la primera página de El Colombiano apareció este titular: “El fin del GEA: Sura y Argos acaban 40 años del enroque”. Estaba leyendo justamente leyendo el estupendo libro de Gloria Valencia, “El GEA: historia completa del grupo empresarial antioqueño”, publicado por la Facultad de Ciencias Económicas de la U de A y la Editorial Aguilar[1], hace menos de un mes.



El libro de Gloria está basado en una extensa bibliografía y, lo más significativo, en más de sesenta entrevistas a ejecutivos, hombres de negocios y conocedores de la historia empresarial de Antioquia, lo cual aporta a su relato gran cantidad de datos desconocidos o situaciones conocidas vistas desde otros ángulos.  Gloria despliega su extensa experiencia en periodismo económico, incluida la publicación de varios libros sobre episodios de la vida económica nacional[2],  para hacer en poco más de 300 páginas un entretenido y rico relato que inicia en la fundación de las empresas emblemáticas de Antioquia a principios del siglo pasado y culmina en el cambio de propiedad de Nutresa por las OPAS de los señores Gilinski y las consecuencias de ello sobre la estructura del GEA y su famosísimo enroque.

El enroque, es decir, el cruce accionario entre las empresas principales del GEA con el objetivo de mantener el control, fue vulnerado irremediablemente con las OPAS sucesivas de los Gilinski sobre Nutresa. Escribe Gloria: “Terminó así el histórico enroque de los tres grandes pilares que un día integraron el GEA. Sura y Argos quedaron enlazadas, pero no por mucho tiempo, pronosticaron algunos” (página 330). Según el titular de El Colombiano de ayer, se cumplió el pronóstico de Gloria y sus fuentes: se acaba el enlace de Sura y Argos. El GEA, como cruce accionario, ha dejado de existir.

A mi modo de ver, el “desenroque” abre el paso a una tercera etapa en la historia empresarial de Antioquia, la internacionalización de su estructura de financiación, que no sabemos a dónde nos llevará. La primera, recreada maravillosamente en el libro de Gloria, va desde la creación de las empresas pioneras a principios del Siglo XX hasta la apertura económica decretada por el gobierno de Gaviria. En ese lapso, las empresas se desarrollaron orientadas casi exclusivamente al mercado interno. Noel y la Nacional - con Zenú núcleo de Nutresa - exportaron su primera galleta y su primera chocolatina, respectivamente, cuando eran ya adultas mayores de más de 60 años. La apertura económica marcó el inicio de la segunda etapa, la proyección internacional de las empresas antioqueñas que acicateadas por esa apertura se lanzaron a conquistar el mundo[3]. Las OPAS sobre Nutresa son prueba del éxito de esa internacionalización de la actividad productiva y empresarial que no fue acompañada de una internacionalización de la estructura accionaria a causa del enroque que inadecuadamente se quiso mantener.

Es muy probable que, de haber estado cotizadas en la bolsa de Nueva York, directamente o por medio de un ADR, el precio de las acciones de Nutresa hubiese reflejado mejor los fundamentos de las compañías haciendo imposible o más costosas las OPAS. Entre la primera y la cuarta ronda el precio de oferta se duplicó. Se dice que hoy el valor del grupo Nutresa es tres veces lo pagado por los Gilinski para adquirirlo. ¡Vaya usted a saber!

Termino llamando la atención sobre uno de los asombrosos giros de la historia. A mediados de los 90, el BIC, que era un banquito, lanzó un ADR en la bolsa de NY y se hizo con tal cantidad de recursos que pudo venirse a comprar al Banco de Colombia, el primero del País y entonces controlado por los Gilinski[4], de ahí nació Bancolombia. Casi 30 años después, los Gilinski les dieron al GEA su propia medicina trayendo recursos del mercado internacional de capitales para comprarles sus empresas. ¡Así son las cosas!

LGVA

Octubre de 2024.



[1] Valencia, Gloria. (2024). El GEA: historia completa del grupo empresarial antioqueño. Editorial Aguilar, Bogotá, 2024.

 

[2] Destaco dos de ellos: “Junta directiva de Banco de la República: grandes episodios en 30 años de historia” e “Interbolsa, historia de una élite que se creía demasiado grande para caer”, ambos publicados por Aguilar en 2023 y 2014, respectivamente.    

[3] En mi blog publiqué un artículo titulado “La internacionalización de las empresas antioqueñas: 1994-2014”  sobre la internacionalización del GEA y otras empresas de antioqueñas.

https://luisguillermovelezalvarez.blogspot.com/2024/01/la-internacionalizacion-de-las-empresas.html

 

[4] Gloria Valencia trata este episodio bajo los títulos “El BIC en las grandes ligas” y “El pez chico tras el grande”. En mi artículo citado lo analizo en “Descubriendo el mercado internacional de capitales”  

lunes, 21 de octubre de 2024

Después de Petro: Libertad laboral

 

Después de Petro: Libertad laboral

Luis Guillermo Vélez Álvarez

Economista

Dice Adam Smith:

“La propiedad más sagrada e inviolable es la del propio trabajo, porque es la fuente originaria de todas las demás. El patrimonio del pobre se halla en la fuerza y en la habilidad de sus manos, por lo que impedirle hacer uso de esa fuerza y de esa habilidad de la manera que juzgue más conveniente, y en tanto no perjudique a otra persona, constituye una violación manifiesta de su más sagrada propiedad. Equivale a una usurpación manifiesta de la justa libertad del trabajador y de aquellas personas que pudieran emplearle, pues se le impide al uno trabajar en lo considera más conveniente, y al otro darle ocupación en lo que le plazca”.



Aunque no es imposible concebir el caso de personas cuyo objetivo es ocuparse y que podrían estar dispuestas a hacerlo sin remuneración o, incluso, pagando por ello – piénsese en un aprendiz o un joven artista deseoso de ingresar al taller de un gran maestro- la mayoría de ellas buscan ocuparse a cambio de un salario y si permanecen desocupadas es porque el salario que se les ofrece no satisface sus expectativas. También pueden las personas rechazar un empleo en razón de su ubicación o porque no les gusta un tipo determinado de trabajo que se les ofrece.

Las gentes que rehúsan ocuparse porque no les gusta la ubicación, la naturaleza o la remuneración del trabajo que se les ofrece están, obviamente, voluntariamente desempleadas y bajo su propia responsabilidad. Las resistencias relativas a la ubicación o naturaleza del empleo pueden expresarse siempre en términos monetarios. Por tanto, un desocupado es alguien que no consigue empleo al salario que pretende.

Los salarios, los intereses, los alquileres y, en general, los pagos a los factores productivos que realizan los empresarios proceden de los ingresos que obtienen de la venta de los bienes y servicios que producen con esos factores productivos. Si no hay venta no hay ingresos factoriales.

Específicamente, el salario que puede pagar el empresario no puede superar el valor descontado del producto marginal del trabajo. Aquellos trabajadores cuyas pretensiones salariales lo excedan, quedarán desocupados voluntariamente. 

En una economía de libre mercado más o menos desarrollada las personas aptas siempre encontrarán un trabajo que les permita un salario mayor que el de mera subsistencia, el cual marca el piso salarial en cualquier economía.

La legislación laboral y las políticas públicas “bien intencionadas” provocan desempleo o informalidad porque afectan la conducta de trabajadores y empleadores – sus ofertas y demandas – impidiendo la fijación de salarios que ajusten los mercados de trabajo, manteniendo excesos de oferta persistentes en los mercados regulados o provocando la aparición de mercados paralelos que escapan a la regulación.

La reforma laboral liberal post- Petro debe quitarles a políticos, sindicatos y gremios el manejo del mercado laboral y devolverle a trabajadores y empresarios la libertad de pactar el salario, la jornada, la localización y demás condiciones de la relación laboral. Solo así se reducirán el desempleo estructural y la informalidad.

LGVA

Octubre de 2024

lunes, 14 de octubre de 2024

Después de Petro

 

Después de Petro

Luis Guillermo Vélez Álvarez

Economista

Es cada vez menos probable que Petro y su partido puedan permanecer en el gobierno más allá de 2026: su fuerza electoral y su capacidad de movilización están muy menguadas y no se avizora nada que pueda contrarrestar su declive, todo lo contrario[1]. El santismo, sin cuyo soporte no habría ganado en 2022, buscará la presidencia con su propio candidato, pues la deuda, por el apoyo decisivo del petrismo en la segunda vuelta de 2014[2], ha quedado saldada[3].

Los colombianos tendrán que escoger en 2026 entre dos modelos de desarrollo, a saber:

·         El intervencionismo proteccionista, agrarista y asistencialista que, con diferentes énfasis y pocas excepciones, ha caracterizado la política económica de sucesivos gobiernos, prácticamente desde el primero de López Pumarejo, en los años 30 del siglo pasado.

·         El liberalismo económico radical que vuelque la economía hacia el mercado internacional, atraiga la inversión extranjera masiva y retenga la nacional con bajos impuestos, equilibrio fiscal, moneda sana, libertad cambiaria y financiera, mercado laboral libre y un gobierno austero que garantice seguridad y orden.

Votar por el primer modelo - cuya expresión política será una coalición de santistas de todos los partidos que ya está en construcción[4] – conduce a la perpetuación de una economía mediocre, atrapada en la trampa del ingreso medio por una fiscalidad agobiante y un sistema asistencialista de subsidios masivos, de empleo burocrático y corrupción legalizada, bajo la amenaza continua de perder totalmente la libertad y la democracia.

Está probado que los países con mayor libertad económica son más prósperos, sus habitantes gozan de mayor bienestar económico y social y de un medio ambiente más sano. En menos de tres décadas, Polonia y los países bálticos salieron de las garras del socialismo y saltaron a la liga de los países de ingreso medio-alto, aplicando la misma fórmula que en los años sesenta del siglo pasado siguieron los llamados Tigres Asiáticos (Taiwán, Corea del Sur, Singapur y Hong-Kong), economía volcada a la exportación y abierta a la inversión,  mientras que Colombia, al igual que los demás países de América Latina, optaron por la fórmula agrarista y proteccionista de la CEPAL y la hostilidad a la inversión extranjera.

Es necesario construir una coalición política alrededor de la defensa sin ambages de la libertad económica radical entendida como el derecho fundamental de todos los seres humanos de controlar su propio trabajo y su propiedad; de trabajar, producir, consumir e invertir de la forma que deseen; regidos por una constitución y unas leyes que protegen y amplían las libertades, en consonancia con los avances de la ciencia y la tecnología, y unos gobernante que permiten que el trabajo, el capital y los bienes se muevan libremente.

La libertad es una e indivisible porque en todas sus formas reposa sobre el mismo principio: el dominio de cada ser humano sobre su propia persona. El papel del gobierno es preservarla en todas sus formas y buscar su ampliación. La libertad es el objetivo político supremo y, más que utilitarista, su defensa debe ser rotunda y apasionada.

LGVA

Octubre 14 de 2024.



[1] Dudo de que Petro trate de mantenerse en el gobierno recurriendo a la fuerza o a procedimientos contrarios a la constitución.

En primer lugar, porque carece de la fuerza requerida para lograrlo mediante la movilización masiva con apoyo paramilitar armado.

En segundo lugar, porque le ha sacado gusto a ser una vedette consentida de la izquierda internacional que adora su palabrería y eso no sería posible hacerlo en el futuro si, con una intentona de golpe o cualquier procedimiento abiertamente antidemocrático, se convierte en un paria como Maduro, Ortega o Diaz Canel.    

 

[2] En su autobiografía, Petro escribe:

“…cuando nos metimos en la actividad electoral para ayudar a Santos en la segunda vuelta …”

Más adelante: “El rol que jugamos en la victoria de Santos nos convirtió en un factor determinante para la política colombiana”.

Luego, hablando del plebiscito: “…siempre he creído que la coalición Santos-Petro debió haberse expresado en ese momento”.

El fuerte electoral de Petro en 2014 era Bogotá. En la primera vuelta Zuluaga obtuvo en la capital 542.432 votos y Santos 444.051, para una diferencia de 98.381 a favor de Zuluaga. En la segunda vuelta Santos alcanzó 1.337.249 y Zuluaga 1.075.638, para una diferencia de 261.711, a favor de Santos, equivalente al 28% del total de votos, 992.341, con los que Santos superó a Zuluaga.     

 

[3] Desde el inicio de la campaña presidencial de 2022, Santos materializó su apoyo decidido a Petro poniendo a su disposición a gente de su entraña, Roy y Benedetti, los más especializados en clientelismo electoral. Luego engalanó el gabinete de Petro con varios de sus ex ministros y amigos políticos: Gaviria, Lizcano, Prada, Velasco y Cristo, entre otros. También Fajardo ha tenido importante representación en el gabinete de Petro con Ocampo y Murillo.  

 

[4] Esa es la misión encomendada a Juan Fernando Cristo Burgos. Más que para ayudar a Petro en el trámite de su averiada agenda legislativa, su objetivo en el Ministerio de Gobierno es armar el Pacto Nacional del próximo gobierno, que sueña con encabezar. Se podría estar configurando el Frente Nacional Santo-Petrista, del cual podrían hacer parte los partidos Conservador, Liberal, Cambio Radical, de la U y los Verdes.