Powered By Blogger

lunes, 30 de septiembre de 2024

El mito de la propiedad pública y la destrucción de Ecopetrol

 

El mito de la propiedad pública y la destrucción de Ecopetrol

Luis Guillermo Vélez Álvarez

Economista

El desastroso manejo que los agentes del gobierno Petro han dado a Ecopetrol ha puesto de presente con claridad palmaria el mito de la propiedad gubernamental como propiedad pública o, como creen algunos ilusos, propiedad de todos.



Para afirmar que algo es propiedad de alguien, se deben contestar positivamente dos preguntas:

1.       ¿Puede venderlo?

2.       ¿Puede decidir sobre su uso?

El gobierno nacional es propietario del 88,49% de las acciones de Ecopetrol y el restante 11,51% es propiedad de unos 250.000 accionistas, entre personas naturales y jurídicas. Estos accionistas pueden vender sus acciones cuando así lo deseen y pueden votar en la Asamblea General sobre asuntos de competencia de ese órgano y participar en el nombramiento de la junta directiva de acuerdo con su participación accionaria. Ellos son propietarios.

Es diferente el caso los demás colombianos que se supone son dueños del 88,49%, pero que evidentemente no pueden vender ni una de esas acciones y tampoco decidir sobre nada de la empresa pues no asisten a la Asamblea General ni participan en el nombramiento de su Junta Directiva.  Ningún colombiano de a pie es dueño de Ecopetrol.

El titular de las acciones del gobierno es el Ministerio de Hacienda y, en un momento dado, el ministro en ejercicio es quien nombra, con la muy segura anuencia del presidente, a la mayoría los miembros de la junta directiva que actuarán siguiendo las orientaciones del gobierno de turno.   

La propiedad de un activo o de una empresa da a su titular el derecho al flujo de ingreso que produce el activo o la empresa en cuestión y, al mismo tiempo, le impone la obligación de preservar e incrementar el valor del activo y de asumir los riesgos inherentes a la actividad productiva. Cuando el derecho y la obligación recaen sobre la misma persona, las consecuencias nefastas de la explotación desmedida del primero y el incumplimiento extralimitado de la segunda, recaen exclusivamente sobre ella. Por supuesto, también cosecha los frutos de la moderación en el uso y el cuidado prudente del activo.

La propiedad gubernamental es problemática porque permite escindir, con notable grado de impunidad para quien lo hace, el derecho y la obligación. Un gobernante corrupto o, incluso, uno que no lo es, puede buscar maximizar la renta en su período de control del activo siendo negligente con las obligaciones de preservación, en especial si los daños emergentes se manifiestan más allá de la próxima fecha electoral.

Las reglas de gobierno corporativo para empresas estatales buscan impedir, mediante normas imperativas y prohibiciones expresas, que se produzca el desacople entre el interés de corto plazo de maximización de la renta, el del político, y el interés de largo plazo de preservación e incremento del activo, que se supone es el de la sociedad.   

Cuando los partidos que se alternan en el poder respetan la propiedad privada, la economía de mercado y la alternancia democrática; los malos manejos de las empresas estatales e, incluso, la corrupción, son inconvenientes temporales que, aún si son graves, pueden remediarse con el cambio de los administradores por otros más competentes y honrados.

Cuando llegan al poder enemigos de la propiedad privada, la economía de mercado y la alternancia democrática; la existencia de un amplio sector empresarial de propiedad estatal se convierte en un grave riesgo para la libertad pues su control por el gobierno facilita el avance hacia la mayor estatización de la economía y el totalitarismo político. El sector estatal empresarial en Colombia no es muy grande por número de empresas, pero si es significativo por el tamaño de las mismas y la importancia estratégica de las actividades en que está presente. Por eso no está exento de riesgo.

Dentro de las cien empresas más grandes del país del sector real hay solo 11 estatales – 6 del orden nacional y 5 territoriales – que representan el 33% de los ingresos y el 51% de los activos, en 2023. Solo Ecopetrol y sus filiales – REFICAR, CENIT y Oleoducto Central – son el 25% de las ventas y el 33% de los activos. Las empresas de orden local son EPM, Grupo Energía de Bogotá, Acueducto de Bogotá, EMCALI y Savia. También el gobierno tiene, por intermedio de Ecopetrol, la mayoría accionaria en ISA, cuya filial XM se encarga de la operación del sistema interconectado y de la administración del mercado eléctrico.  El gobierno nacional, en el sector eléctrico, es dueño, además de GECELCA, Urrá y las electrificadoras departamentales de Meta, Caquetá, Huila, Nariño, Tolima, Chocó y San Andrés y Providencia. También son del gobierno nacional Nueva EPS, COLPENSIONES, SATENA y FINDETER.

El inmenso daño que le gobierno le ha hecho al sector energético y a la economía en general habría sido, sino imposible, más difícil y mucho menor, si ECOPETROL fuese una empresa privada pues no habría tenido forma de apoderarse de su alta dirección.  A pesar de los desafueros del gobierno, es muy probable que la propuesta de privatizar ECOPETROL encuentre resistencia en todos los partidos y amplios sectores de la población. Esa resistencia se basa en el mito de que la importancia estratégica del sector hace necesaria la presencia, sino el control, de una empresa de propiedad del gobierno.

Las empresas estatales corporatizadas deben comportarse como lo hacen las privadas lo cual significa que los consumidores nacionales no tendrán ningún privilegio en términos de precios o garantía de abastecimiento.  Esta es la situación de Ecopetrol cuando abastece el mercado nacional al precio de paridad de exportación.

Las empresas estatales de petróleo son usuales en países autocráticos (Arabia Saudita, Rusia, China, Irán, Kuwait y Abu Dhabi) o contaminados de nacionalismo antimperialista (México y Venezuela).   Los países capitalistas avanzados, donde operan las grandes multinacionales petroleras (ExxonMobil, Chevron, Royal Dutch Shell, British Petroleum, Total Energie) se encuentran siempre bien abastecidos, aunque no libres, como ningún otro, de las coyunturas de precios altos que pueden presentarse en el mercado. Otros países europeos – Italia, Grecia, Suecia y Noruega- tienen empresas mixtas.

En el mundo de las empresas petroleras coexisten todas las modalidades de propiedad, pero en países como Brasil, México, Venezuela y Colombia, expuestos todavía al canto de sirenas de socialismo, la más adecuada es la empresa totalmente privada, de preferencia de capital extranjero, porque es la que salvaguarda más de la corrupción, la incompetencia y los delirios ideológicos de los gobiernos de izquierda.

LGVA

Septiembre de 2024.

Israel

 

Israel

Luis Guillermo Vélez Álvarez

Economista

En discurso ante Asamblea General, el embajador de Israel en la ONU, Danny Danon, puso al desnudo la hipocresía de esa organización que ha renunciado a sus valores fundacionales para terminar convertida en cómplice del terrorismo de Hamas y Hezbollah. Nosotros no iniciamos esta guerra, dijo el embajador, como no han iniciado ninguna de las que ha debido enfrentar Israel desde su creación en 1948.     

El 15 de mayo de 1948, un día después de su declaración de independencia, Israel fue invadido por Egipto, Siria, Jordania, Irak y Líbano. Tras diez meses de lucha, con un ejército mal armado y en inferioridad numérica, Israel expulsó a los invasores y conquistó territorios, expandiendo sus fronteras.

En 1956, cuando nacionalizó el Canal de Suez, Egipto bloqueó el estrecho de Tirán, que separa las penínsulas Arábiga y del Sinaí, impidiendo la salida de Israel al Mar Rojo. En respuesta, el ejercito de Israel lanzó una ofensiva sobre el Sinaí, derrotando a los egipcios y obligando a la apertura del estrecho. 

Luego vino, en 1967, la épica Guerra de los seis días, desatada por un nuevo bloqueo del estrecho de Tirán y la movilización simultánea de tropas egipcias, sirias y jordanas. En solo seis días, Israel derrotó abrumadoramente a sus enemigos, tomando posesión de Cisjordania, Jerusalén Este, la Franja de Gaza, los Altos del Golán y la península del Sinaí.

En 1973, Israel enfrentó otra prueba existencial con la Guerra del Yom Kipur, que lideró como primera ministra la gran Golda Meir. Egipto y Siria lanzaron un ataque sorpresa durante el Yom Kipur, el día más sagrado del calendario judío, con el objetivo de recuperar los territorios perdidos en 1967. A pesar del éxito inicial de los agresores, Israel logró repelerlos y asegurar sus fronteras. La película Golda, protagonizada por Helen Mirren, muestra esa guerra. 

En 1982, Israel devolvió el Sinaí a Egipto, por el tratado de Camp David, y, en los Acuerdos de Oslo, reconoció a la Autoridad Nacional Palestina y le permitió establecer un autogobierno en Cisjordania y Gaza. En 2005, en lo que ahora parece un imperdonable error, Israel se retiró unilateralmente de la Franja, desmantelando sus asentamientos y bases militares.

A la gente han querido hacerle creer que Gaza es una especie de prisión al aire libre: nada más lejos de la verdad. La Franja mide 365 km², casi tanto como Medellín, en cuyos 382 km², vivimos, estudiamos, trabajamos y prosperamos 2,5 millones de medellinenses. Los gazatíes son menos de dos.  Hamas asumió el control de Gaza desde 2006, pero en vez de desarrollarla dedicó los miles de millones de dólares de ayuda internacional recibida desde entonces a preparar la agresión a Israel.

La comunidad internacional calla frente a esa agresión, como calla frente a los ataques de Hezbollah que han provocado el desplazamiento de 100.000 israelís que habitaban el norte del país en la frontera con el Líbano. 

Ignoro si Israel es o no el pueblo elegido, pero no me cabe la menor duda de que merece serlo.

LGVA

Septiembre de 2024.

sábado, 28 de septiembre de 2024

Por la libertad de Venezuela

 

Por la libertad de Venezuela*

Luis Guillermo Vélez Álvarez

Economista

Agradezco a los organizadores por invitarme a decir unas palabras.

El 10 de enero voy a estar en Caracas asistiendo a la posesión del doctor Edmundo González Urrutia como presidente de Venezuela y agradeciéndole a él y a la infatigable luchadora de la libertad, María Corina Machado, por estar marcando, con la liberación de Venezuela de la ominosa dictadura de Maduro, el camino a seguir por Colombia y toda América Latina para escapar del proyecto totalitario del socialismo del siglo XXI.

Al igual que hace doscientos años, cuando nuestros antepasados buscaban la independencia de España, nuestro proyecto libertario tiene una dimensión continental y se nutre con los aportes en las ideas y la acción política de los grandes defensores de la propiedad y la libertad de todos nuestros países:  Javier Milei en Argentina, Jair Bolsonaro en Brasil, José Antonio Kast en Chile, Luis Lacalle Pou en Uruguay, Guillermo Lasso en Ecuador, Hernando de Soto en Perú, Ricardo Anaya en México, Álvaro Uribe en Colombia y, la más valerosa, Maria Corina Machado, porque ha enfrentado a la dictadura más brutal por momentos casi sola. Hubo una época en que parecía que los únicos opositores a Chávez eran Maria Corina y el valiente Franklin Brito.



Tenemos que juntarnos, asociarnos, organizarnos, apoyarnos en una gran alianza multinacional y pluripartidista alrededor de nuestros valores fundamentales – el individuo con su libertad y su responsabilidad, con sus propiedades legitimas, con el mercado para colaborar en lo económico y la democracia para la asociación política – como lo está promoviendo el Foro de Madrid.  Porque la izquierda ha tenido vocación internacionalista desde siempre. El Foro de Sao Paulo – fundado por Lula y Castro – es la internacional comunista de América creada en respuesta el derrumbe del socialismo en Rusia y Europa Oriental.

Tenemos que entender por qué nos pasó los que nos pasó para que no vuelva a pasarnos.  Por qué los cubanos celebraron a Castro y sus guerrilleros en su entrada triunfal en La Habana el 8 de enero de 1959, cuando tenían el ingreso más alto y eran los más alfabetizados y sanos de América Latina; por qué los venezolanos plebiscitaron a Chávez, a pesar de tener un ingreso elevado y bajos niveles de pobreza; por qué los chilenos votaron por Allende, primero,  y por Boric, después,  rechazando una y otra vez la economía de mercado que les trajo progreso y estabilidad;  por qué los uruguayos eligieron un guerrillero tupamaro responsable de múltiples crímenes, en la época dorada en que su país era reconocido como la Suiza de Latinoamérica;  por qué los colombianos elegimos un desaforado demagogo de indecible patanería cuando la economía avanzaba y mejoraba la condición de los pobres; y, la más notable, por qué los argentinos llevaban décadas votando por gobernantes empeñados en acabar con los logros del capitalismo liberal que llevó a su país a ser uno de los más ricos del mundo a principios del siglo XX.  

Tenemos que entender qué pasó para que la democracia vuelva a ser el método idóneo para deshacernos de los malos gobernantes sin derramamiento de sangre y no la maquinaria tortuosa mediante la cual esos malos gobernantes buscan legitimar su permanencia espuria en el poder. 

Nuestros amigos venezolanos nos agradecen nuestra presencia, pero somos nosotros quienes debemos estar más agradecidos. Nos han enseñado con su sufrimiento a valorar la libertad y hoy nos enseñan, con Edmundo y Maria Corina, a luchar por ella de forma inteligente y apasionada.

Muchas gracias Maria Corina y Edmundo, muchas gracias amigos venezolanos por vuestra lucha pues si Maduro y compinches caen en 2024, Petro y los suyos caerán en 2026.

Viva la libertad de Venezuela, Viva la libertad de Colombia, viva la libertad de América Latina.

LGVA

Septiembre de 2024.



* Texto de la intervención leída en mi nombre en el Plantón por la libertad de Venezuela del 28 de septiembre de 2024 en Medellín, al que no pude asistir por problemas de salud.

domingo, 22 de septiembre de 2024

¿La letra con sangre entra?

 

¿La letra con sangre entra?                    

Luis Guillermo Vélez Álvarez

Economista

En 1982, Gerardo Molina, el candidato presidencial de la izquierda, refinado intelectual y hombre educado, obtuvo 82.858 votos, 1% del total. Cuarenta años más tarde, en 2022, Gustavo Petro, desaforado demagogo de indecible patanería, triunfó en la primera vuelta con 40,34% y se hizo a la presidencia en la segunda con 50,44%. La estrechez del margen y la muy probable incidencia del fraude en el resultado final no pueden ocultar el formidable crecimiento de la fuerza electoral de la izquierda, que ha persistido a pesar se sus fracasos reiterados en el gobierno de Bogotá, su principal bastión.  



 

Ese crecimiento no está asociado a la miseria creciente de una población que se levanta contra la injusticia social; por el contrario, se produce un período de gran crecimiento económico y mejoras sustanciales en el bienestar: el PIB per cápita se multiplica por 2,5 y la pobreza se reduce sustancialmente; se masifica el acceso a la educación, la salud y los servicios públicos domiciliarios; la esperanza de vida aumenta en 10 años y la mortalidad infantil cae drásticamente.

Teóricos del desarrollo – Arthur Lewis, W.W Rostow, etc.  – han señado el siguiente fenómeno: en una economía en expansión, las expectativas de bienestar crecen más rápidamente que la capacidad de satisfacerlas, razón por la cual, en muchas personas, surge un sentimiento de envidia y frustración frente a la condición de aquellos que aprovechan mejor las oportunidades del mercado. Esto tiene un gran impacto sobre la situación política pues esos sentimientos son el caldo de cultivo del discurso del demagogo. Esto entraña grandes riesgos si las economías son incapaces de escapar a la trampa del ingreso medio que pone en aprietos todo el régimen político.  

En efecto, la democracia, en especial la de sufragio universal, es un sistema extremadamente riesgoso porque la gente poco ilustrada puede ser fácilmente seducida por las fantasías de los demagogos. Desde Aristóteles, pasando por Stuart Mill y culminando con el gran Ortega y Gasset, ese riesgo ha sido advertido por todos los filósofos políticos. América Latina ilustra dramáticamente esos riesgos con múltiples experiencias

La de los chilenos que, en 1970, eligieron a Allende, cuando tenían un PIB per cápita entre los más altos del continente y que triplicaba el de los colombianos de la época. La de los cubanos, que celebraron a Castro y sus guerrilleros en su entrada triunfal en La Habana el 8 de enero de 1959, cuando tenían el ingreso más alto y eran los más alfabetizados y sanos de América Latina. Similar situación la de los venezolanos que plebiscitaron a Chávez, cuando la caída del precio del petróleo hizo inviable el inmenso aparato asistencialista; la de los chilenos que votaron por Boric, rechazando un marco constitucional que las trajo progreso y estabilidad;  la de los uruguayos que eligieron un guerrillero tupamaro responsable de múltiples crímenes, en la época dorada en que su país era reconocido como la Suiza de Latinoamérica y, la más notable, la de los argentinos que llevan décadas votando por gobernantes empeñados en acabar con los logros del capitalismo liberal que llevó a su país a ser uno de los más ricos del mundo a principios del siglo XX.

El capitalismo es un sistema tan maravilloso que funciona, aunque incluso muchos de quienes debieran – empresarios, economistas, políticos, etc. - no comprendan cómo lo hace y muchos de los que se benefician de sus frutos se obstinen en destruirlo. En América Latina, el capitalismo liberal es una especie del árbol silvestre sometido a violentas sacudidas, a lluvias de pedradas y a incesantes golpes de varas por parte de quienes quieren hacer caer sus frutos, creyendo que fructifica a causa de las sacudidas y no a pesar de ellas.

Petro y su Pacto sintetizan de forma exacerbada las ideas de los sacudidores del árbol: la teoría de la dependencia, el proteccionismo cepalino, el agrarismo, el indigenismo, el imperialismo y la leyenda negra. Esto es lo que se encuentra sintetizado en Las venas abiertas de América Latina, el ensayo sociológico más influyente del continente el siglo pasado. Pero también está en la obra y la acción Raúl Prébisch, Henrique Cardoso y, por supuesto, Carlos Lleras.

El árbol se sacude con la acción de un estado fuertemente intervencionista con elevados impuestos, tributación progresiva, propiedad gubernamental, reformismo agrario, asistencialismo, proteccionismo y regulación de la actividad económica. Aunque desde los años treinta estas son prácticas corrientes en Colombia, con Petro afloran de manera superlativa los resultados inevitables a los que conducen: clientelismo, burocratización y corrupción desaforadas y, sobre todo, autoritarismo y supresión de la libertad. ¿Aprenderemos?  

LGVA

Septiembre 2024


miércoles, 18 de septiembre de 2024

El fraude del FEPC

 

El fraude del FEPC

Luis Guillermo Vélez Álvarez

Economista

La política de regulación de precios de combustibles líquidos para uso automotor, vigente desde hace 17 años, ha sido un rotundo fracaso por las siguientes razones:

i)                   No incentivó la participación del sector privado en la oferta con la importación y mucho menos con la inversión en refinación. Por el contrario, reforzó el monopolio de Ecopetrol en el mercado mayorista de combustibles líquidos tanto en importación como en refinación.

ii)                 Aumentó la dependencia fiscal del Gobierno Nacional de los ingresos de Ecopetrol y el uso del precio de paridad de exportación (PPE) para determinar los ingresos de Ecopetrol se convirtió en un mecanismo de extracción de rentas cuasi tributarias en detrimento de la competitividad de la economía y el bienestar de la población. 

En efecto, la política tenía el propósito de incentivar la participación privada en la oferta de combustibles líquidos, con la fijación del precio de paridad de exportación como costo de oportunidad en el mercado interno, y estabilizar su precio en el mercado interno por medio del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, en el que era obligatoria la participación de todos los agentes.

Probablemente por desconfianza frente al gobierno, ninguna de las grandes empresas petroleras presentes en el País se aventuró a importar combustibles y, menos aún, a invertir en refinación para producirlos internamente. Ninguna quiso asumir el riego de participar en el Fondo que suponía mantener el control del precio de abastecimiento el mercado interno.

 La Figura I permite explicar el funcionamiento teórico de un fondo de estabilización de precios y los riesgos que entraña para una empresa privada participar en él. Veamos:

En el momento T1, cuando el precio paridad de exportación es P1, la empresa X, digamos PRIMAX, vende una cantidad Q1 de gasolina o diesel a un distribuidor mayorista al precio regulado IP. Si la vendiera en el mercado internacional tendría un ingreso monetario P1Q1, al venderla en el mercado colombiano su ingreso en IPQ1, menor que P1Q1, dado que IP es menor que P1. La diferencia D1 = P1Q1 – IPQ1 se registra en la contabilidad de PRIMAX como una cuenta por cobrar el FEPC y en éste como una cuenta por pagar a PRIMAX.

En un momento futuro T2, cuando el precio paridad de exportación es P2, PRIMAX vende la cantidad Q2 al precio regulado IP. Si la vendiera al mercado internacional tendría un ingreso monetario P2Q2, al venderla en el mercado colombiano su ingreso es IPQ2, mayor que P2Q2, dado que IP es mayor que P2. La diferencia D2 = P2Q2 – IPQ2, negativa, se registra en la contabilidad de PRIMAX como una cuenta por pagar al FEPC y en éste se registra una cuenta por cobrar a PRIMAX. Si en aras de la simplicidad suponemos que Q2 = Q1 y que P1 – IP = IP – P2, las sumas D1 y D2 se anulan tanto en la contabilidad del PRIMAX como en la del Fondo.

FIGURA 1



 

Asi es como se esperaba que funcionara el FEPC que tenía que ser neutro fiscalmente. ¿Qué pasó entonces?

Ningún agente privado se metió a jugar el juego porque el ciclo de alzas y bajas del PPE está lejos de ser perfectamente regular y previsible y de presentarse un período extremadamente largo de elevados precios internacionales podrían acumularse considerables montos de ingresos por cobrar el FEPC y pocos creían que el gobierno honrara los compromisos del Fondo. Por ello, ECOPETROL resultó siendo pues el único abastecedor del mercado interno de combustibles líquidos y, por tanto, el único acreedor o deudor del Fondo. Ahondemos en esto.

La Figura 2, en el lado izquierdo, muestra, en billones de pesos, el saldo de la cuenta por cobrar de ECOPETROL al FEPC por concepto de la diferencia entre el PPE y el IP. El último dato, 18,1 billones, corresponde al balance general a marzo de 2024.  En el lado izquierdo se presenta la contabilidad de ECOPETROL, cuenta por cobrar,  y el FEPC, cuenta por pagar. ¿Qué hacer con ese saldo?

Si nos atuvieramos al supuesto deber ser del FEPC, ECOPETROL tendría simplemente que esperar que el ciclo de precios entre en su fase descendente,  vender al IP y obtener la diferencia entre éste y el PPE, que estaría por debajo.

De acuerdo con lo explicado anteriormente, hoy estaríamos en el momento T1 , el FEPC le debe 18,1 billones a ECOPETROL, pasaríamos al momento T2 , en el que se registra en la diferencia 18,1 billones como una cuenta por cobrar del FEPC a ECOPETROL y, por supuesto, una cuenta por pagar  de ECOPETROL al FEPC, con lo que el saldo queda en ceros.  

FIGURA 2



 

¿De dónde resulta pues que es necesario aumentar el precio de los combustibles para cerrar el déficit del Fondo?

El Fondo fue creado por el artículo 69 de la ley 1151 de 2007, ley del Plan Nacional de Desarrollo 2006-2010[1]. Se admitía la financiación del déficit con recursos presupuestales.  

La ley 1450 de 2011, ley del plan 2010-2014, le dio continuidad, para “atenuar en el mercado interno las fluctuaciones del precio internacional”, pero, al mismo tiempo, dispuso que los ingresos y pagos con cargo al FEPC que hiciera la dirección General Crédito Público y Tesoro, en su calidad de administrador, “no generarán operación presupuestal alguna, toda vez que son recursos de terceros y no hacen parte del presupuesto General de la Nación”.  Se admitió la financiación con créditos extraordinarios del Tesoro Público.

En 2013, la Corte Constitucional, mediante sentencia C-621/13, declaró inconstitucional el numeral 3 del Artículo 101 de la ley 1450 señalando que “las diferencias negativas”, entre el Precio de Paridad Internacional y el Precio de Referencia establecido por el MME” con las que debía financiarse el Fondo eran un tributo, un recurso parafiscal, más precisamente, y que la ley en cuestión no establecía la base gravable ni los sujetos activo y pasivo y que debía haberse reglamentado por ley, no por acto administrativo; con lo que se violaba el principio de legalidad tributaria consagrado en el artículo 338 de la Constitución.

Para remediar esa situación de inconstitucionalidad, la ley 1739 de 2014, la tercera reforma tributaria de Santos, dispuso que el “diferencial” era contribución parafiscal (artículo 69) y definió su base gravable, tarifa y sujeto pasivo (artículo 70). Se desnaturalizó el FEPC que dejó de ser un fondo de estabilización en el que se gestionaban recursos de terceros e inició su transformación en un componente del PGN que impactaría el déficit fiscal.

En efecto, las leyes 1955 de 2019 y 2294 de 2023, correspondientes a los planes de desarrollo de los gobiernos de Duque y Petro, respectivamente, incorporaron explícitamente el FEPC al presupuesto PGN y le impusieron al Ministerio de Hacienda y Crédito Público la obligación de garantizar su cierre financiero y hacer “las compensaciones a los productores y a los importadores de combustibles cuando el precio de venta en el mercado interno sea inferior al costo de importación…”

La fresa del pastel es el artículo 115 de la ley 2294 de 2023 que a la letra dice:

"El Gobierno Nacional evaluará y ajustará de manera gradual la estructura de precios de los combustibles, con el fin de garantizar la sostenibilidad del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) a mediano y largo plazo. Las medidas adoptadas deberán considerar los impactos en los consumidores y en la competitividad económica del país, evitando efectos negativos significativos. El ajuste en la estructura de precios deberá ser progresivo y deberá contar con una estrategia de comunicación clara para informar a los ciudadanos."

Toda la política de aumento de precios de los combustibles líquidos para uso automotor está basada en este artículo. Su propósito es cerrar el déficit del Fondo, pero se trata en realidad de un recurso fiscal pues, como se explicó, el déficit es una creación artificial que busca aumentar las utilidades de ECOPETROL y de esta forma las transferencias que recibe la Nación.

La política de regulación de precios de los combustibles líquidos es un fracaso y el Fondo de Estabilización de Precios un fraude fiscal. Para salir de este impase, se debe proceder de la siguiente forma:

1.      Saldar contra las utilidades que ECOPETROL transfiere a la Nación el déficit actual del Fondo.

2.      Liberar completamente la importación de combustibles líquidos sin imponerle a los agentes la obligación de participar en fondo de estabilización alguno.

3.      Sacar del Ministerio la regulación de precios y entregarla en su totalidad a la Comisión de Regulación de Energía y Gas.   

LGVA

Septiembre de 2024.



[1] Como la mayoría de cosas que funcionan mal en el País, el Fondo fue creado por una ley del plan de desarrollo que se ha convertido en el receptáculo de todas las improvisaciones y ligerezas que el gobierno de turno quiere hacer pasar sin mucha discusión por el Congreso. Como se verá, todas las modificaciones del Fondo han sido improvisaciones incorporadas a la ligera en sucesivos planes de desarrollo.

sábado, 14 de septiembre de 2024

Ahorrar 41 billones de pesos

 

Ahorrar 41 billones de pesos

Luis Guillermo Vélez Álvarez

Economista

Desde la aprobación de la Constitución de 1991, ha sido una práctica recurrente que el Gobierno Nacional presente un presupuesto parcialmente desfinanciado para forzar luego la aprobación de una reforma tributaria. Duque lo hizo en dos oportunidades, Santos otras tantas, Uribe y Pastrana no fueron la excepción. El gobierno de Petro sigue esa tradición inveterada de la política fiscal colombiana y el Congreso seguirá la también inveterada tradición de aprobarlo sin chistar para luego aprobar una reforma tributaria, hipócritamente llamada ley de financiamiento.



El artículo 347 de la Constitución permite la presentación de un presupuesto desfinanciado y la presentación concomitante del proyecto de ley para crear nuevos tributos para su financiación. Adicionalmente, admite la aprobación del presupuesto sin que se hubiere aprobado la ley de financiación. El artículo 348 cierra el círculo al establecer la “dictadura fiscal”, facultando al gobierno la adopción por decreto del presupuesto presentado. La aplicación de estos artículos debía ser excepcional, para evitar la parálisis del gobierno en una coyuntura especial; su transformación en práctica corriente es una aberración fiscal y un abuso contra los ciudadanos sometidos a la pantagruélica voracidad del Gobierno y el Congreso cómplice.

Sin ilusión de convencer a nadie y solo para dejar testimonio, se presentan a continuación cuatro propuestas para recortar el presupuesto de 2025 en cuarenta y un billones de pesos:  

1.       Eliminar o reducir a su mínima expresión 17 entidades burocráticas – Contaduría, Auditoría, Defensoría del Pueblo, etc. - que no hacen nada más que reprocesar información de los ministerios o suplantarlos en sus funciones. Ahorro: 2 billones.

2.       Eliminar o reducir a su mínima expresión el DPS y el Ministerio de la Igualdad que no tiene otra función que el reparto de dinero para crear una clientela de mantenidos del Gobierno. Ahorro: 7 billones.

3.       Exceptuados Hacienda, Defensa, Justicia y DNP, recortar en 15% el presupuesto de todos los ministerios. Ahorro: 30 billones.

4.       Recortar en 15% el presupuesto de la Contraloría, la Fiscalía, la Procuraduría, la Presidencia y el Congreso y eliminar los aportes de la Nación a las CAR. Ahorro: 2 billones.

El recorte propuesto concierne exclusivamente al gasto burocrático y al gasto puramente asistencialista ejecutado por entidades como el DPS que no parecen tener otra función que hacer traslados electrónicos o repartir cheques. No se toca el servicio de la deuda ni las transferencias del SGP, tampoco el presupuesto del Ministerio de Defensa ni el de la rama judicial. No se reducen los presupuestos de inversión de los ministerios, excepto en algunas partidas con las que el gasto de funcionamiento se maquilla como inversión. No se recortan los presupuestos de ninguna de las superintendencias ni el del DNP.  

Con este recorte sería totalmente innecesaria la nueva ley de financiamiento, con la que el gobierno pretende recaudar 12 billones, y, por el contrario, podría reducirse el IVA en unos tres puntos lo cual ayudaría a la anhelada reactivación económica porque la mejor política fiscal es dejar dinero en el bolsillo del consumidor.   

LGVA

Septiembre de 2024

Trump, el proteccionismo y las tecnológicas

 

Trump, el proteccionismo y las tecnológicas

Luis Guillermo Vélez Álvarez

Economista

La economía mundial evitó impactos graves sobre el crecimiento y el empleo del colapso bursátil de 2007 gracias a la política monetaria a ultranza de los grandes bancos centrales y, principalmente, a que la mayoría de países resistieron la tentación proteccionista, permaneciendo fieles a sus acuerdos de libre comercio y a las reglas de la OMC.



En 2009 el comercio mundial cayó 23%, pero en cada uno de los dos años siguientes creció 20%, de tal suerte que en 2012 había superado en 15 puntos porcentuales el nivel previo a la crisis. Contrariamente, en su clásico libro La crisis económica 1929-1939, cuenta Kindleberger que, en 1930 el comercio mundial cayó solo 9%, pero en los tres años siguientes lo hizo 33%, 35% y 18%, respectivamente, de manera que, en 1933, en lo más profundo de la depresión, era la tercera parte del registrado en 1929.  Esto como consecuencia de la guerra comercial desatada por el arancel Smoot-Hawley.  

La mayor comprensión del funcionamiento del mecanismo monetario y de los efectos nocivos de las guerras arancelarias ha evitado al mundo que las crisis cíclicas del capitalismo – de las que se han presentado unas 7 desde el final de la Segunda Guerra Mundial - se transformen en depresiones profundas y le ha permitido una gran expansión de la riqueza con un comercio internacional cuya tasa de crecimiento ha duplicado la del PIB mundial desde mediados del siglo XX.

A pesar de la mayor comprensión de los grandes beneficios de la libertad comercial – que significa libre movilidad de mercancías, capitales y personas – el proteccionismo y el mercantilismo siempre están al acecho y con frecuencia toman la dirección de la política económica de los grandes países. El discurso de Donald Trump representa el resurgimiento del proteccionismo mercantilista y es además un hirsuto ataque a la inmigración que, dicho sea de paso, ha sido el soporte de la expansión de Estados Unidos en sus 248 años de existencia. 

Repugnaba a Adam Smith la idea de un soberano convertido en comerciante, pero mucho más le repugnó la situación real de un grupo de comerciantes convertidos en gobierno, a cuya crítica está consagrada buena parte de la argumentación de La Riqueza de la Naciones, cuyo libro cuarto es un extenso alegato, en general, contra el mercantilismo y, en particular, contra la British East India Company, la encarnación británica de los ideales y las prácticas mercantilistas.

Cuando alcanzan determinado nivel de actividad, todas las grandes empresas han tenido desde siempre un interés mercantilista, es decir, obtener protección de la competencia. Todos aspiran a ser como la British. Ocurrió en el siglo XIX con el carbón y los ferrocarriles y en el XX con las empresas petroleras, las del automóvil, la aviación, etc. Es lo que desde hace años está ocurriendo en China, con su mezcla de despotismo político y mercantilismo económico. Es a ese dominio sobre los gobiernos a lo que aspiran, en el siglo XXI, las grandes empresas tecnológicas y sus acaudalados propietarios.

LGVA

Septiembre 2024