¡Ni a saco contra EPM, ni sálvese
quien pueda!
Luis Guillermo Vélez Álvarez
Economista, Docente EAFIT
Siempre me pareció un error que EPM, animada por un
prurito regionalista, se obstinara en la construcción de la hidroeléctrica
Pescadero-Ituango. El proceso adelantado por Hidroituango S.A. ESP, para
conseguir que esa construcción se realizara mediante un esquema de
“Projet-Finace”, había sido exitoso. A la convocatoria internacional respondieron
diez y ocho firmas y calificaron siete, la más pequeña de las cuales era EPM. Pensaba,
en ese momento, que conseguir una inversión extranjera directa de esa magnitud
en un proyecto greenfield no petrolero era especialmente importante para el
sector eléctrico y el País.
En vista de los hechos recientes, creo que fue afortunado
que EPM cometiera el error de suscribir el BOMT para la construcción de
Pescadero-Ituango, pues dudo mucho que cualquier otra empresa hubiese
enfrentado la emergencia que desencadenó el colapso de uno de los túneles de
desviación con la competencia técnica, la responsabilidad social y el
sacrificio humano que desplegaron sus funcionarios, desde el gerente general al
más sencillo operario, superando los momentos más críticos sin pérdidas de
vidas y supliendo con holgura las necesidades de las personas afectadas y
dándoles un trato respetuoso y digno. En medio de la angustia, la ciudadanía
colombiana y los observadores internacionales veían con admiración y respeto la
gesta épica de una Empresa unida y guiada por el objetivo de salvaguardar la
vida de las poblaciones aguas abajo evitando el colapso de la presa, para lo
cual se tomó la tremenda decisión de inundar la casa de máquinas.
Hoy ese ambiente de unidad y compromiso parece haber
dado paso a uno de división y disputa. A fuera de la Empresa resuena una
especie de “a saco contra EPM”; adentro, el “sálvese quien pueda” de las
batallas perdidas. Excepción hecha de algunos pelafustanillos de la política local,
que buscan agrandar su insignificante prestigio a costa del prestigio inmenso
de EPM, a nadie conviene que se demoren o fracasen las acciones orientadas a superar
totalmente la emergencia, lo que simple y llanamente significa salvar el
proyecto poniéndolo operativo dentro de 3 años. Para lograr este objetivo es
necesario reestablecer la unidad al interior de la Empresa para que todos los
responsables actúen una vez más como el bloque que fueron durante la emergencia de
abril y mayo y, también, cuando tomaron las decisiones fundamentales que hoy
son puestas en cuestión.
El malestar del señor Gobernador es comprensible pues de
las regalías de Pescadero-Ituango dependían gran parte de las inversiones
contempladas en el plan de desarrollo departamental. Sus reclamos pueden ser
justos pero la confrontación pública no es el medio más adecuado para
tramitarlos. Si EPM ha incumplido o va a incumplir con los compromisos de
contrato de BOMT es algo que debe definir la justicia. El Gobernador debe
apurarse a actuar ante los tribunales que corresponda para hacer valer los
intereses del Departamento, pues sus reclamos en el “tribunal” de la opinión
pública le reportan alguna notoriedad, pero ningún cheque, y afectan la
posición de la Empresa ante terceros y por esta vía menoscaban los intereses
que quiere defender.
Los concejales deben abandonar la retórica de la
propiedad pública intocable y proceder a dar las autorizaciones para la
enajenación de los activos que le permitan a EPM obtener la liquidez necesaria
para atender la emergencia. Si creen que no se debe vender nada, pues que autoricen
al Municipio de Medellín a capitalizar la Empresa en los tres o cuatro billones
de pesos que se necesitan para viabilizar el proyecto. Sin fallos en firme
sobre responsabilidades ni los contratistas ni las compañías de seguros van a
poner un peso. Tampoco los bancos van a realizar desembolsos sin tener la
seguridad de que el proyecto es viable. De momento, EPM está sola y debe ser
capitalizada o vender activos.
Hace años un amigo, para resaltar la significación de
la actividad de generación, decía que EPM era un atleta con una cantimplora y
un bíper. Hoy, a pesar de la ampliación de sus actividades, EPM continúa siendo,
fundamentalmente, una empresa de generación y esto es lo que se debe preservar.
Como los procesos de enajenación son dispendiosos, hay que vender aquello que
no haga parte del núcleo de la actividad generación, produzca la mayor liquidez
de caja y sea fácilmente realizable. Ciertamente, las acciones de ISA se ajustan
a los tres criterios, pero ese es también el caso las participaciones en Une-Millicom,
por lo que resulta extraño que su venta se haya descartado. En todo caso, hay
que actuar con presteza y dejando de lado las consideraciones ideológicas,
emocionales o políticas.
Las autoridades nacionales del sector eléctrico –
Ministerio, CREG, SSP, ANLA – y las entidades de vigilancia y control deben actuar
con prudencia para no hace más difícil el trabajo de EPM y sus contratistas en
la recuperación del proyecto, entendiendo que mientras mayor sea el retraso de
la entrada mayor será el alza del precio de la electricidad y mayor el riego de
desabastecimiento. Si la hidroeléctrica no se culmina o su entrada en operación
de demora 5 o más años y las subastas de confiabilidad no son exitosas, el País
podría enfrentar una situación de racionamiento y de precios elevados que
golpearán duramente el aparato productivo y a los consumidores más vulnerables.
Al interior de EPM es necesario reestablecer la unidad
y cesar de inmediato la búsqueda, con o sin polígrafo, de chivos expiatorios entre
el cuerpo de directivos, ingenieros y técnicos responsables del proyecto.
Todavía está por probar que la causa desencadenante de la emergencia – el
colapso del túnel auxiliar de desviación – fue resultado de errores de diseño o
constructivos. Y, en cualquier caso, nadie puede creer que dichos errores, si
existieron, puedan atribuirse a dos o tres ingenieros aislados. Las grandes decisiones de este proyecto comprometen
a los miembros de las juntas directivas de Hidroituango S.A. ESP y de EPM ESP
que las aprobaron, a los equipos directivos que las sometieron a su
consideración y a los técnicos que las elaboraron. Ya llegará el tiempo de
establecer responsabilidades individuales, pero de momento el imperativo es
reestablecer la unidad de propósito dentro de la Empresa pues sin ella ésta se debilita
frente a los actores externos y se hace más difícil cumplir el objetivo de
poner a operar el proyecto en un lapso no mayor de tres años. Corresponde al
Señor Gerente dar las señales de que está liderando un equipo unido y dispuesto
a entregarlo todo, como en abril y mayo pasados.
LGVA
Octubre de 2018.
Mis respetos!!! Sensato y ecuánime, enfocado y tranquilo.
ResponderEliminarExcelente artículo
ResponderEliminarMuy buen artículo Luis Guillermo. Saludos
ResponderEliminarSabio raciocinio. Ojala lo entiendan aquellos que siendo socios del proyecto ven la oportunidad de "ganar" prestigio político por cuenta de un accidente.
ResponderEliminarExcelente planteamiento para el presente y con realidades. Bien Luis
ResponderEliminarAsí se habla. Hay actores que siempre han estado al acecho de las EPM para ganarse la Comisión de venta, así como han hecho con une-orbitel,Isagen, etc, menoscabando el prestigio y destruyendo valor. Medellín necesita ese 25%de presupuesto que aporta EPM vía transferencias de utilidades.A NADIE LE CONVIENE, privatizar el solomito y oficializar es hueso, salvo al farandulero con aspiraciones presidenciales.
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