Un buen Concejo para EPM
Luis Guillermo Vélez Álvarez
Economista
Para bien y para mal, por
acción u omisión, el Concejo ha jugado un papel determinante en el grado de
autonomía administrativa y financiera de EPM frente a la administración
municipal.
En 1955, el Concejo aprobó por
unanimidad el Acuerdo 58 del 6 de agosto por medio del cual se adoptó la figura
del Establecimiento Público Autónomo, introducida en la normatividad colombiana
por el Acto Legislativo 5 de la Asamblea Constituyente de 1954. La administración autónoma, la independencia
financiera y el manejo del personal con criterios de profesionalismo,
experiencia y apoliticidad dieron frutos. Durante 15 años, el Ente Autónomo funcionó, creció y se consolidó sin
sobresaltos. Se sucedieron cuatro gerentes y pasaron por la junta directiva 23
personalidades del mundo empresarial.
En 1970, el Concejo aprueba el acuerdo 29 que puso la
Empresa bajo su control al disponer que la Junta Directiva estuviera integrada por
el alcalde, tres concejales y tres particulares elegidos por el mismo Concejo. Entre
1971 y 1976 pasaron por el cargo 5 gerentes y fue notable la inestabilidad de
la Junta cuyos miembros cambiaban al vaivén de la situación política. Se implantó
el populismo tarifario que llevó a dificultades financieras.
La llegada de Diego Calle Restrepo a la gerencia en
1976 puso fin a la inestabilidad y dio paso a un nuevo período de gran
autonomía. Calle sabía bien que quien no ejerce sus atribuciones se ve
despojado de ellas y ejerció las suyas, sin ceder a las presiones del Concejo,
el cual respetó la gestión autónoma de la Empresa hasta la llegada de Luis
Pérez a la alcaldía.
Pérez se hizo elegir con la promesa de congelar las
tarifas, medida que a la postre le acarreó a EPM una sanción. Trató de interferir
en la contratación de las grandes obras como Porce III, que quiso entregar a una
empresa china. En ese período, la vida laboral de profesionales y directivos
fue incierta. A cargos importantes llegaron personas sin adelantar los procesos
de selección propios de la entidad. El temor de despidos arbitrarios, llevó a
la creación del Sindicato de Profesionales. El Concejo fue incapaz de defender la
autonomía y más bien participó de la rapiña.
Sergio Fajardo y Juan Felipe Gaviria concibieron
Convenio Marco para regir las relaciones entre la Alcaldía y EPM. En esencia, el Convenio imponía al alcalde
ciertas limitaciones en el ejercicio de sus atribuciones legales y las establecidas
en los Estatutos. La gran debilidad del Convenio radicaba en que su
cumplimiento, total o parcial, dependía de la voluntad del alcalde de turno,
como lo demostró Quintero Calle que se lo pasó por la faja durante todo su
mandato.
El Concejo elegido en 2019 no solo fue incapaz de
contener los atropellos de Quintero contra la autonomía administrativa, las
finanzas y el personal de EPM sino que, en su mayoría, participó y se benefició
de los desafueros.
EPM necesita un Concejo respetuoso de su autonomía y
capaz de ejercer sus atribuciones constitucionales y legales para defenderla.
LGVA
Agosto de 2023.
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