lunes, 21 de agosto de 2023

¡Ocampo la hizo otra vez!

 

¡Ocampo la hizo otra vez!

Luis Guillermo Vélez Álvarez

Economista

Hace cerca de un año - en columna titulada “Ocampo y la curva de Laffer”- recordaba que, como ministro de hacienda de Samper, el ahora ex – ministro de Petro, José Antonio Ocampo, había recibido la economía creciendo al 5%, con 8% de desempleo, y la había entregado creciendo al 0,6% y desempleo de 15%; después noquearla con una reforma tributaria, ley 223 de 1995, que llevó la tarifa de renta a 35%, la tarifa general del IVA a 16% y creó el impuesto global sobre la gasolina. Dije también que “Ocampo repetirá su hazaña” con la reforma tributaria entonces en discusión, la ley 2277 de 2022.

En efecto, la reforma tributaria de Ocampo, con el prurito de gravar a los ricos, castigó, sin clemencia, el ahorro y la inversión. Por eso no tienen nada de sorprendente las caídas de 24% en la formación bruta de capital y de 8% en la formación bruta de capital fijo, que arrastran las importaciones, cuyos principales componentes son bienes de capital, bienes intermedios y materias primas. El consumo privado final crece un lánguido 0,7%, reflejando también el impacto depresivo de los tributos incrementados en la economía de las familias.



Lo único que crece es el gasto del gobierno (2,5%), aunque Ocampo, se duele de que no haya crecido más, al parecer por la ineptitud de un gobierno que tiene en caja los billones adicionales que le dio la reforma tributaria. En efecto, como se no tuviera nada que ver con el asunto, Ocampo señala que “la economía está en franco estancamiento” y reclama del gobierno la adopción de un plan de reactivación. ¡Hágame el favor!

También los analistas de Fedesarrollo claman por mayor gasto “contra cíclico”, al tiempo que se muestran sorprendidos por la caída de la inversión, como consecuencia de una reforma que en su momento apoyaron en nombre de la “justicia social redistributiva”.

El comportamiento del PIB por el lado de la oferta confirma el debilitamiento de la actividad privada, con fuertes caídas en la industria (- 4%), la construcción (- 3,7%) y el comercio (- 3,2%). Solo tienen un crecimiento importante el sector minero energético (3,8%), que depende de la demanda externa, y el de la administración pública y defensa (4,5%), que tiene un comportamiento bastante autónomo.

Extrañamente, para la directora del DANE no hay desaceleración ni estancamiento sino una simple “normalización” de la economía. Por el contrario, para el ministro Ricardo Bonilla, las cifras indican que “hay que actuar sobre la construcción y las obras civiles” y que “debe recuperarse el tejido industrial”. O algo parecido.   

Por eso, es posible que en lo que queda del año, se desate un gasto público desaforado y desordenado para tratar de evitar una debacle mayor de la tasa de crecimiento. Pero lo cierto es que el daño mayor ya está hecho pues el derrumbe de la inversión tiene un impacto sobre el crecimiento potencial del producto que tendrá una expansión mediocre en los próximos años.  

LGVA

Agosto de 2023.

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