Seis
propuestas para mejorar los Acuerdos de La Habana
Luis
Guillermo Vélez Álvarez
Economista,
Universidad EAFIT
En mi blog personal publiqué
un par de artículos sobre los Acuerdos de La Habana. El primero, el 30 de
julio, titulado “Una reflexión sobre los Acuerdos de La Habana y cinco
propuestas para mejorarlos”; el segundo,
titulado “Para salvar los acuerdos, voy a votar NO, el 16 de septiembre,
en el que hacía pública mi intención de votar NO en el plebiscito del pasado 2
de octubre. Con razón, los partidarios del SI, reclaman de quienes votamos NO,
las modificaciones que a nuestro entender deben hacerse a los Acuerdos para que
éstos resulten aceptables para el conjunto más amplio posible de ciudadanos. En
esos dos artículos están formuladas ya las modificaciones que a mi modo de ver
deben introducirse a los Acuerdos. Aquí las reitero de forma sintética y más
clara, eso espero.
Las propuestas que formulo
parten del reconocimiento de que los Acuerdos son el resultado del trabajo
serio, responsable y de buena fe de los delegados del gobierno y, presumo,
también de las FARC. Aunque podría señalar centenas de cosas que me parecen
indeseables y sugerir centenas de modificaciones, reconozco que el texto de los
Acuerdos es un gran logro político que no puede dejarse de lado y que es, por
el contrario, el documento central en torno al cual debe girar la discusión y
plantearse las propuestas de mejora. Una razón adicional para tomar los
acuerdos alcanzados como eje de cualquier negociación es la necesidad imperiosa
de llegar al consenso más amplio posible en un horizonte de tiempo razonable,
no más de dos o tres meses, para evitar la incertidumbre que puede afectar la
confianza de los mercados en la economía colombiana. A continuación, mis
propuestas.
1.
Incorporación
de los Acuerdos al bloque de constitucionalidad.
Los acuerdos no deben ser parte del bloque de constitucionalidad. Reconocidos juristas – Hernando Yepes
Arcila, Hugo Palacios Mejía y Jaime Castro - han planeado las graves implicaciones que esto
tiene para la institucionalidad del País. Como economista creo que eso pone en
riesgo la estabilidad macroeconómica y limita la libertad de acción y la política pública de dos gobiernos. En mi
condición de simple ciudadano considero que es profundamente antidemocrático
reformar la constitución mediante un procedimiento insólito que desconoce las
facultades del Congreso y los procedimientos de reforma previstos en la
constitución. Entiendo que esta es una pretensión de las FARC que tiene el
propósito de “blindar” los acuerdos. Las FARC deberían entender que el blindaje
de los acuerdos es antes que nada político y éste depende de la aceptación
ampliamente mayoritaria de la ciudadanía.
2.
Desarrollo
normativo de los Acuerdos. La agenda normativa para el desarrollo
de los acuerdos es amplia y difusa: allí cabe cualquier cosa. Además, ya se oyen las voces de quienes
reclaman mayor déficit fiscal y mayor endeudamiento público para financiar los
gastos que acarrea el cumplimiento de los acuerdos. Por eso, es conveniente
excluir expresamente ciertos tópicos que son fundamentales para la estabilidad
económica del País. En ningún caso las reformas constitucionales o legales que deberán adelantarse para dar cumplimiento
a los acuerdos deben comprometer el régimen económico y de hacienda pública de
la constitución, en particular la autonomía del Banco de la República, el
fundamento constitucional de la regla fiscal establecido por el acto legislativo
03 de 2011, la distribución de recursos
y competencias entre la Nación y las entidades territoriales del acto
legislativo 07 de 2007, el sistema de regalías y el régimen de servicios
públicos. Los cambios constitucionales y
legales que se realicen en el futuro sobre estas materias se harán conforme a
los procedimientos legislativos ordinarios y en ningún caso según el
procedimiento legislativo especial.
3.
Jurisdicción
especial para la paz. Creo que el aparato judicial paralelo que
se pretende montar es excesivo e innecesario. La justicia transicional puede
ser aplicada por los organismos judiciales del País. El grueso de los
guerrilleros pueden beneficiarse de la amnistía o el indulto, como está
previsto en los acuerdos. Los dirigentes de la FARC pueden ser juzgados por la
Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia. La JEP debe limitar su jurisdicción
a los dirigentes de las FARC y a los militantes sobre los que pesen sindicaciones
de delitos de lesa humanidad. Los militares y civiles que tengan causas
pendientes con la justicia relacionadas con el conflicto podrán si lo creen
conveniente someterse libremente a la JEP. En ningún caso – ni en el de los
miembros de las FARC, ni en el de los militares, ni en el de los demás ciudadanos –
se tendrán en cuenta informes o acusaciones de terceros; únicamente serán
considerados en sus procesos los expedientes y demás documentos aportados por
las autoridades judiciales del País.
4.
Participación
en política. Aunque excesiva, la garantía de 5 curules en
senado y 5 en cámara en las circunscripciones ordinarias debe mantenerse. Las
16 circunscripciones especiales deben abrirse a la participación de todos los
partidos y movimientos políticos, tengan o no representación en el congreso.
Las ventajas otorgadas al partido de las FARC deben extenderse en las mismas
condiciones a los movimientos que carezcan de representación en el congreso y
deseen postular candidatos en las circunscripciones ordinarias o en las
especiales. Los ciudadanos que voten en las circunscripciones especiales no
podrán hacerlo en las circunscripciones departamentales de cámara. Los
dirigentes de las FARC que reciban condenas restaurativas de la JEP no podrán
participar en las elecciones de ninguna índole hasta tanto hayan cumplido la
pena impuesta. En la práctica esto significa que no podrán ser candidatos en
las elecciones de 2018, más si en las de 2022. Todos los movimientos y partidos
políticos tengan o no personería jurídica o representación en el congreso deben tener
participación en los procesos conducentes a la formulación del estatuto de
oposición y la reforma del régimen electoral.
5.
Política agraria. Debo decir que el acuerdo agrario es un
claro retroceso en la política agraria del País. No obstante, si se deja actuar
libremente a los campesinos y empresarios, la visión del sector agropecuario
que se pretende implantar será barrida por la fuerza de los hechos económicos.
Para ello, los campesinos que reciban tierra del fondo de distribución de
tierras deben poder disponer libremente, y en cualquier momento, de su
propiedad, sin restricción alguna. Todos los campesinos y en especial los de
las Zonas de Reserva Campesina deben también poder explotar sus talentos
naturales, emplear trabajo asalariado, acrecentar el tamaño de sus parcelas,
disponer libremente de su propiedad y venderla a quien deseen a un precio
libremente acordado. Esos campesinos, como todos los colombianos, deben tener
libertad económica, pues sin ésta no hay libertad política ni libertad de
ningún tipo. Para garantizar a los campesinos el derecho a la salida de las
ZRC, el gobierno se compromete a adquirir las UAF que se le ofrezcan por su
precio de mercado, es decir, al precio de propiedades de características
similares que no hagan parte de ninguna ZRC. El sistema de subsidios y
transferencias que sustenta el modelo agrario de los acuerdos debe estar
limitado temporalmente a cinco años y ser consistente con las restricciones
fiscales y presupuestales. Es decir, todo gasto público a cargo de la
Nación que se derive de los acuerdos debe incorporarse al presupuesto general
de la Nación, como cualquier otro gasto: es decir, como una autorización de
gasto sujeta a disponibilidad presupuestal, o sea: mantener el principio de que
un gasto se ejecuta si la restricción presupuestal lo permite, y de lo
contrario no. Esto aplica no solo para los gastos asociados al cumplimiento del acuerdo agrario sino también para todos los que se derivan de los demás acuerdos.
6.
El
problema del narcotráfico. La solución al problema del narcotráfico
pasa por su descriminalización total. La descriminalización de la marihuana
debe hacerse de forma inmediata, en un plazo no mayor de un año, como ya lo
hicieron países como Uruguay, Holanda, Portugal y varios estados de los Estados
Unidos sin verse obligados a denunciar la Convención de Viena de 1988. Se debe
crear una comisión de expertos para que seis meses después de la firma de
acuerdo final presente el procedimiento y el cronograma de descriminalización
de la producción, comercialización y consumo de todas las drogas ilícitas. La
descriminalización total debe estar concluida en dos años después de la firma
del acuerdo ajustado.
LGVA
Octubre de 2016.
Guille. La brevedad es la madre del ingenio! Mil gracias. Jimmi (tu sobrino).
ResponderEliminarYo se quien es Jimmi. Un abrazo, Guille (tu tío).
EliminarNo estoy de acuerdo con el punto 3 y el 5
ResponderEliminarEl 3, porque lastimosamente la justicia colombiana es bastante ineficiente, no son capaces de juzgar a tiempo a los criminales comunes (libres por vencimiento de términos en demasiados casos), como sera con simplemente 6000 guerrilleros ¿como sera con los militares y terceros en estos casos?
El 5- el punto primero permite que los campesinos en la ciudades o afectados por el conflicto puedan retornar, Colombia es un país agrícola subsistiendo de la minería y el petroleo, es hora de devolver a los campesinos a sus tierras y capacitarlos en el nuevo mercado del cual se han perdido por vivir en las ciudades
Muy bien, Luis Guillermo! Yo voté por el SÍ, pero valoro el trabajo de sentarse a escribir una propuesta seria. Un abrazo
ResponderEliminarpues aunque interesante la redacción de las propuestas, no es nada, pero nada novedoso. es en esencia lo mismo que dice alvaro uribe o la pocicion oficial de centro democrático. no se evidencia el componente de análisis económico en ningún punto, por el contrario es en exceso retorico, bueno; es valido el ejercicio de intentar plantear algo.
ResponderEliminarlo que usted propone en el punto 5 es AIS, ZIDRES y acabar con la UAF con eso la paz estable y duradera no se garantizaría.
ResponderEliminarValoro y agradezco encontrarme escritos como éste, de un colombiano que votó por el NO a los acuerdos con las FARC; un colombiano decente que se hace responsable de un análisis juicioso de los acuerdos y ante su desacuerdo tiene propuestas.... es a esto a lo estamos llamados, trascender los memes, los insultos, las frases llenas de veneno y las patanerías con chistes de quinta....que nos agudizan en la violencia; estamos llamados a incluir en este proceso histórico al amor, que no es la melosería empalagosa, es poder hacernos responsables de nuestras diferencias y discutirlas en el marco del respeto.... ah!!! Eso nos exige leer más, sentir más, pensar más, conversar más.... formarnos más... salir de la pereza.... SI
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