viernes, 20 de mayo de 2022

Petro: el nuevo riesgo para Hidroituango

 

Petro: el nuevo riesgo para Hidroituango

Luis Guillermo Vélez Álvarez

Economista

La matriz de riesgos de Hidroituango debe ser actualizada para incluir en ella el de la posible llegada de Gustavo Francisco Petro Urrego a la Presidencia de la República. En el programa presidencial, Colombia: potencia mundial de la vida, divulgado en el portal de su campaña[1], se encuentra esta inquietante declaración:

“Revisaremos las condiciones de riesgo de las centrales hidroeléctricas existentes para proteger y reparar a las comunidades afectadas, atender los impactos sobre los ecosistemas naturales y recuperar gradual del ciclo hidrológico”.

Este planteamiento es particularmente preocupante para una empresa como EPM que tiene 25 hidroeléctricas y una más en construcción, Hidroituango. Los alcances de esas “revisión”, “protección” y “reparación” pueden ser muy graves. Pueden llevar a que se impongan nuevas cargas ambientales y sociales que elevarían los costos de generación.  La “recuperación gradual del ciclo hidrológico” es un enunciado extremadamente ambiguo que puede significar cualquier cosa, incluso el desmantelamiento de una central.  

Recientemente, en entrevista al programa Los Gustavos, el candidato Petro expresó lo siguiente:

"Hay que examinar el tema del embalse, eso lo dijo Quintero también, se tiene que llegar a una conclusión. ¿Es mejor desembalsar? Yo, sin mucho conocimiento técnico, he pensado que eso es lo mejor, desembalsar, que ese proyecto realmente ya no funciona, por acelerarlo por como hicieron los túneles, por como hicieron el embalse, no parece que lo mejor para el país es que Hidroituango continúe (..) La plata ya se perdió"[2].

El planteamiento de Petro, hecho “sin mucho conocimiento técnico”, está en contravía del concepto dado “con mucho conocimiento técnico” del Informe Pöyry, contratado por EPM por exigencia de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA). Son tres las principales conclusiones del Informe, a saber:

1.      El abandono del proyecto y restablecimiento de las condiciones originales no es opción. Independientemente del gigantesco costo que tendría, esta opción tiene más impactos y riesgos ambientales que la terminación del proyecto y su puesta en operación.

 

2.      El proyecto se debe terminar de la manera más expedita para eliminar, reducir y mitigar riesgos ambientales existentes. Esto tiene que ver, principalmente, con el problema de la operación continua del vertedero y su cuenco de amortiguación que afecta la estabilidad de las obras principales. Para esto es necesario poner en operación el proyecto lo más pronto posible.

 

 

3.      Evitar el cambio de los actores principales del proyecto. Un eventual cambio ocasionaría un retraso de un año, como mínimo, aumentando la persistencia de otros riesgos. Además, "reduce la trazabilidad de la recuperación del proyecto y hace que se pierda la responsabilidad en el diseño y ejecución de las obras". Y, lo que no es un detalle menor, “aumentará el costo global del proyecto”.

El Ingeniero José Hilario López, en reciente artículo, señala la imposibilidad técnica de la propuesta de Petro:

“Para desmantelar a Hidroituango se requiere, antes que todo, disponer de un sistema de desembalse controlado del represamiento, sistema éste que todavía no existe y que técnicamente es inviable, considerando la longitud y diámetro de los túneles requeridos, las condiciones de alta presión bajo las que se deberían construir, sin precedentes a nivel mundial, así como sus costos exorbitantes, o volver a desviar las aguas por la casa de máquinas, donde ya se han instalado nuevos y costosos equipos, casi listos para entrar en operación a mediados del presente año. Después de desembalsar se entraría a demoler la presa, conformada por un muro de unos veinte millones de metros cúbicos de material pétreo y arcilloso, que habría que trasladar y disponer en un sitio adecuado de depósito, localizado por fuera del cañón del río Cauca, lo que significaría un trabajo de magnitud casi comparable a la construcción de una nueva presa. Adicionalmente, para que el río retorne su cauce natural habría que taponar los túneles de conducción y demás ductos ya construidos”

El problema es que Petro pertenece a la clase de personas insensibles a los argumentos técnicos que contradicen sus prejuicios. Adicionalmente, puesto en la presidencia, dispondría de los medios para ejecutar sus designios dado que la ANLA es una dependencia administrativa a las ordenes del presidente y que puede, mediante simple resolución, ordenar la suspensión de la licencia ambiental de Hidroituango.

Los obstáculos técnicos al desembalse y desmantelamiento de la presa son de tal magnitud y sus costos tan elevados que es prácticamente imposible que ese despropósito llegue a realizarse. Sin embargo, no está excluida la suspensión temporal de la licencia y consiguiente retraso del proyecto, mientras el “nuevo presidente” entiende la situación y da prueba de la magnitud de su poder, aunque eso ponga en riesgo la viabilidad financiera de EPM y el suministro eléctrico del todo el País.   

LGVA

Mayo de 2022.

1 comentario:

  1. Y usted en verdad cree que ese señor o cualquier otro aspirante que no tienen ni medianamente idea del proyecto porque todo se los dice un asesor, tengan como objetivo prioritario acabar, retrasar, dilatar, perturbar y demás fines negativos. Solo quieren llamar la atención, generar polémica!!!
    es el juego más ambiguo de la historia.

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