lunes, 11 de junio de 2018

A votar por Duque, a votar por la libertad y la democracia.


A votar por Duque, a votar por la libertad y la democracia.

Luis Guillermo Vélez Álvarez
Economista


No hay que dejarse engañar por falsos dilemas: todo mundo quiere la paz y nadie respalda la corrupción. En las elecciones presidenciales del 17 de junio están en juego tanto la economía de mercado y propiedad privada, como las libertades civiles y el sistema democrático. Ni más ni menos. Todas las fuerzas políticas[1] que apoyan la candidatura de Gustavo Petro hacen parte del Foro de Sao Paulo, organización de partidos de izquierda de América Latina, fundada en 1990 por el Partido Comunista de Cuba, que tiene como objetivo acabar con el capitalismo e implantar el socialismo, como lo expresa la declaración del XXII encuentro realizado en El Salvador en julio de 2016[2].

Acabar el capitalismo significa acabar con la propiedad privada, o imponerle fuertes restricciones, y controlar los mercados, fijando precios, cuotas, etc. Donde quiera que han llegado al poder, los partidos del Foro han procedido de esta forma y, ante la reacción de la sociedad, han impuesto limitaciones a la libertad de prensa, han roto equilibrio de los poderes públicos y han falseado los procesos electorales. La supresión de las libertades económicas lleva inexorablemente a la supresión de las libertades políticas y, ante la reacción de la sociedad, a la más brutal represión como en Venezuela y Nicaragua. Durante años, Gustavo Petro ha apoyado los regímenes dictatoriales de esos países.

Con Gustavo Petro están en riesgo las libertades económicas y las libertades civiles. Ha expresado sin tapujos su intensión de expropiar todo lo que esté a su alcance y de concentrar los recursos productivos en manos del gobierno que se supone los empleará en beneficio de toda la sociedad. Anunció impuestos confiscatorios a la propiedad rural para obligar a sus propietarios a venderla al gobierno. Quiere apropiarse de los ahorros pensionales de todos los colombianos para nutrir una banca gubernamental manejada por políticos. Esa es la vieja fórmula colectivista que ha fracasado donde quiera que se ha aplicado dejando a los pueblos que la han padecido en la miseria y la opresión. Gustavo Petro es heredero de la ideología de un grupo totalitario que buscó imponerse ejerciendo la violencia y cuyos símbolos ominosos han reaparecido, amenazantes, en manifestaciones y actos proselitistas. Como alcalde, gobernó de forma clientelista repartiendo puestos, contratos y dádivas; pasó por encima de la ley, la libertad de empresa, la competencia y la regulación ambiental.

Iván Duque ha puesto en el centro de su proyecto político la restauración del principio de legalidad, lo cual significa que los gobernantes que administran de forma temporal los recursos y medios de acción del estado están obligados a ejercer el poder conforme a determinadas normas conocidas por todos y aprobadas por procedimientos constitucionales. También ha entendido que el principio de legalidad supone un estado fuerte – que no es lo mismo que un estado grande – que controle la totalidad del territorio y someta a los delincuentes. Entiende que el progreso económico es el resultado de la acción empresarios y trabajadores y que el gobierno está para alentarlos y protegerlos y para ayudar solidariamente a los más débiles, con una tributación justa y unos subsidios bien focalizados. Jamás ha puesto en cuestión la propiedad individual ni las libertades económicas y civiles.

Además de la preservación de las libertades fundamentales, claramente amenazadas por Petro y sus aliados, la presidencia de Duque permitirá una renovación generacional e ideológica de la política colombiana. Hoy, en Colombia, hay una lucha que se viene dando en el mundo desde hace varias décadas. Es la lucha entre los partidarios del estado asistencialista y que se entromete en todo y los defensores de mayor libertad de mercado, menos intervención y menos impuestos. Duque representa todo esto y su gobierno conducirá a una gran renovación de las políticas públicas, hoy anquilosadas por el asistencialismo. A votar por Duque, por la defensa de la libertad y la democracia.

LGVA
Junio de 2018.



[1] Los movimientos políticos colombianos miembros del Foro de Sao Paulo son: Marcha Patriótica, Movimiento Progresista, Partido Alianza Verde, Partido Comunista Colombiano, Polo Democrático Alternativo, Presentes por el Socialismo, Unión Patriótica y Movimiento Poder Ciudadano. http://forodesaopaulo.org/partidos/



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