El sector eléctrico
colombiano: descripción, situación actual, retos y perspectivas.
(Monografía preparada
con el apoyo financiero de ANDESCO y se publica con su autorización. El
contenido es responsabilidad el autor).
Luis Guillermo Vélez Álvarez
Economista, Docente Universidad EAFIT
Consultor, Fundación ECSIM
1
Introducción
A principios de los años noventa, el sector de eléctrico colombiano
estaba conformado exclusivamente por empresas estatales que en su mayoría se
caracterizaban por tener elevadas pérdidas, altos costos operativos y
deficiente gestión administrativa y comercial, expresada esta última en tarifas
inferiores a los costos, subsidios indiscriminados, bajo recaudo y elevada
cartera. Por ello, la generación interna de recursos resultaba insuficiente
para financiar la expansión, servir la deuda y, en muchos casos, cubrir la
operación. El sector dependía crecientemente del presupuesto nacional y esta
dependencia comprometía la estabilidad macroeconómica del país. Hacia 1990, la
deuda del sector eléctrico representara el 30% de la deuda pública externa, sus
inversiones absorbían el 24% de la inversión pública y era responsable del 33%
del déficit fiscal de la Nación[1].
El retraso en la ejecución de los proyectos de generación y el deficiente
mantenimiento del parque térmico, hicieron que el sector eléctrico fuese
incapaz de afrontar la extrema sequía del fenómeno del Niño de 1991-1992, y el
2 de marzo de este último año el País entró en un racionamiento de electricidad,
de 9 horas diarias, que habría de durar hasta el 3 de febrero de 1993. Esta
crisis energética sería el catalizador de las reformas impulsadas por las leyes
142 y 143 de 1994.
El objetivo
último de las reformas promovidas por las Ley 142 y 143 era, evidentemente, elevar
la confiabilidad del servicio de electricidad, aumentar su cobertura y mejorar
su calidad. En el caso del sector eléctrico, esto pasaba por elevar
sustancialmente su capacidad de autofinanciación, pues la débil generación
interna de recursos no garantizaba la expansión del servicio ni la operación
corriente, en el caso de muchas empresas. Así, las reformas tenían tres
objetivos intermedios, conducentes todos a incrementar la generación interna de
recursos y a hacer más eficiente su utilización: mejorar la eficiencia
operativa de las empresas, para liberar recursos del gasto corriente y
destinarlos a la inversión y al servicio de la deuda; aumentar la contribución
de los usuarios a la financiación de los servicios, eliminando los subsidios
injustificados, y propiciar la vinculación del capital privado.
2
Instrumentos
Es muy amplia la
gama de instrumentos que las Leyes 142 y 143 contemplan para alcanzar los
objetivos mencionados. Se señalan aquí
los que resultan más significativos.
2.1
Régimen Empresarial
Antes de las Leyes142 y 143 los servicios públicos
domiciliarios eran prestados básicamente por empresas estatales de diverso
orden territorial. La ley 142 creó una nueva figura, la empresa de servicios
públicos sociedad por acciones, cuyo objeto exclusivo era la prestación de uno
o varios de los servicios públicos y actividades complementarias. Dispuso que
todas las entidades prestadoras adoptaran esta figura o, excepcionalmente, la
de empresa industrial y comercial del estado. Según diferentes diagnósticos
buena parte de los problemas de los servicios públicos derivaban del régimen
empresarial de las entidades prestadoras, que les restaba autonomía
administrativa y presupuestal, menoscababa la responsabilidad de los
administradores y los hacía objeto de toda suerte de injerencias políticas. Un
nuevo régimen empresarial era pues una condición necesaria para propiciar
cambios en el modo de gestión de las entidades prestadoras.
2.2
Control de gestión y resultados
El control
directo de la gestión de las empresas no era en forma alguna un instrumento
nuevo como quiera que, a principios de los años noventa y a instancias de los
organismos multilaterales de crédito, el Gobierno Nacional lo había adoptado
con los llamados Convenios de Desempeño, buscando una mejor gestión gerencial
en el sector público en general y en el eléctrico en particular.
A pesar de las
limitaciones de éste instrumento, en el nuevo modelo no podía prescindirse de
él, dado que buena parte de las empresas operaban en ambientes monopólicos o de
baja competencia, es decir, en ambientes de mercado que no generaban por si
mismos los incentivos a la eficiencia. Se trataba además de combinarlo con
otros instrumentos y de desarrollarlo con base en criterios de alcance general
que permitieran la comparación entre las empresas. A las Comisiones de
Regulación asignó la ley la facultad de definir los criterios de eficiencia y
desarrollar los indicadores y modelos para evaluar la gestión financiera,
técnica y administrativa de las empresas. La Superintendencia de Servicios
Públicos Domiciliarios quedó con la función de hacer la evaluación periódica
respectiva
2.3
Regulación de las tarifas y la calidad de los
servicios
La insuficiente
generación de ingresos es probablemente el rasgo más notorio de la mayoría de
las empresas de servicios públicos en los años ochenta y principios de los
noventa. A causa de ella el estado se ve obligado a intervenir periódicamente
con cuantiosos recursos para salvar del colapso a entidades incapaces de servir
sus deudas, expandir sus servicios o, con mucha frecuencia, cubrir su operación
corriente. A mediados de los años
ochenta, a instancias de los acreedores de la banca multilateral, se inicia en
el sector eléctrico un proceso de ajuste que debería llevar a tarifas que
garantizaran la autosuficiencia financiera de las empresas, liberando al estado
de la carga pecuniaria del sector. Con las Leyes 142 y 143 se reafirma el
principio de autofinanciación y se extiende a todos los servicios públicos.
2.4
Régimen de subsidios y contribuciones
El régimen de
subsidios y contribuciones es una pieza fundamental del régimen tarifario
puesto que es el mecanismo que permite conciliar los objetivos de suficiencia
financiera y eficiencia económica con la de solidaridad y redistribución de
ingresos. Se trata de un sistema de
subsidios cruzados de acuerdo con el cual los usuarios residenciales de los
estratos 5 y 6 y los de la industria y el comercio deben pagar una contribución
parafiscal equivalente a un 20% del costo del servicio con la cual se
constituyen los llamados fondos de solidaridad y redistribución de ingresos para
cubrir los subsidios otorgados a los estratos 1, 2 y 3 (60%, 50% y 15%,
respectivamente del costo de prestación del servicio). En 2011 el Gobierno Nacional eliminó la
contribución de la industria por considerar que estaba afectando su
competitividad internacional. Desde entonces esa contribución es asumida por el
presupuesto general de la Nación.
2.5
Libertad de empresa, promoción de la competencia
y control de los monopolios
La Ley 142 abrió
el camino a un cambio fundamental en la estructura industrial de los servicios
públicos que venían siendo prestados bajo esquemas de monopolios geográficos,
departamentales o municipales, o de monopolios por tipo de servicio. Ninguna
norma expresa prohibía la participación privada pero se daba como un hecho sin
apelación el que los servicios fueran el objeto de entidades públicas y que éstas
eran dueñas de sus mercados.
El sector
eléctrico se separó en sus distintas actividades y se introdujo la competencia
en aquellas donde era factible: la generación y la comercialización. La
transmisión y la distribución se mantienen reguladas por sus características de
monopolio natural.
2.6
Régimen de aportes públicos
El régimen
tarifario y el régimen de subsidios y contribuciones están concebidos para
garantizar la autosuficiencia financiera. No obstante, reconociendo la
existencia de los graves problemas de pobreza del país que impiden el acceso de
muchas personas a los servicios, aún siendo subsidiadas en las condiciones del
régimen general, y admitiendo la posibilidad de que las contribuciones y
subsidios internos no se equilibraran, la Ley 142 contempló la posibilidad de
que la Nación y las entidades territoriales realizaran aportes presupuestales
para complementar los subsidios al consumo o la financiación de la inversión. Así,
los municipios pueden apoyar con inversiones a las empresas de servicios
públicos y, al igual que la Nación y los departamentos, aportar recursos a los
fondos de solidaridad y redistribución de ingresos. A los ministerios de tutela
de los servicios públicos se les asignó la función de identificar el monto de
los subsidios que debería dar la Nación para el servicio respectivo, fijar los
criterios de distribución y gestionar su inclusión dentro del presupuesto
nacional.
2.7
Régimen de protección a los usuarios y regulación
de la competencia
Probablemente a
causa de la creencia, tan gratuita como infundada, según la cual las empresas
estatales por su propia naturaleza buscan el bienestar colectivo y la
satisfacción de los consumidores, bajo el modelo monopolístico de empresas
estatales el tema de los derechos de los usuarios de los servicios públicos y
de su protección tuvo muy poco desarrollo legal. El tema de la regulación de la
competencia y de la prevención de las conductas anticompetitivas tuvo, por la
misma razón, un espacio aún menor. Bajo un modelo que tiene como núcleo los
incentivos y la racionalidad económica, la protección del consumidor y la
preservación de la competencia se convierten en cuestiones fundamentales. La
búsqueda de beneficio por parte de las empresas se traduce en beneficios para
los consumidores en términos de disponibilidad, calidad y precio de los
servicios si y sólo si las empresas operan en un ambiente competitivo o, en su
defecto, si una regulación eficaz las obliga a comportarse como si estuvieran
en competencia.
2.8
Nuevas funciones y nuevas entidades
Sin haber
renunciado a prestar directamente los servicios, a contribuir a su financiación
con recursos presupuestales o a orientar su desarrollo con la planeación
indicativa, el Estado se reservó, de manera exclusiva, las funciones de
regulación, control y vigilancia. Aunque estas funciones no pueden considerarse
como enteramente nuevas, si lo era el marco de su ejercicio tanto por la
diversidad de los mercados como por la diversidad de los agentes. Con la Ley
142 aparecen mercados completamente inéditos en los que concurrirán nuevos
agentes del sector privado y del capital extranjero. Era imperiosa, en
consecuencia, la creación de nuevas entidades que permitieran una separación
funcional de las diversas formas de intervención estatal en los servicios
públicos.
A las Comisiones
de Regulación, una para cada gran grupo de servicios, les encomendaría la ley
la función básica de regular los monopolios y de promover la competencia. A la Superintendencia le encomendó el control
y la vigilancia del cumplimiento de la regulación por parte de las entidades
prestadoras de los servicios públicos.
Es casi innecesario decir que el buen funcionamiento del Modelo de la
Ley 142 dependía en grado sumo del buen desempeño de estas entidades.
La síntesis que
se ha presentado no hace justicia a la riqueza de instrumentos y la diversidad
de opciones que para la prestación de los servicios públicos abre el Modelo de
la Ley 142. La definición precisa y concisa de éste puede hacerse mediante la
refutación de las definiciones simplificadoras que de él se han dado:
·
No es
un modelo privatizador puesto que en él concurren entidades públicas, privadas
o mixtas.
·
No es
un modelo asistencialista puesto que propende porque los usuarios asuman el
costo de los servicios considerando la capacidad de pago de los más pobres.
·
No es
un modelo de competencia sin restricciones puesto que contempla toda una serie
de instrumentos e instituciones para promover, mantener y regular la competencia.
·
No es
un modelo en el cual se desconozca el aspecto social de los servicios puesto
que la universalidad de acceso, la solidaridad y la redistribución de ingresos
hacen parte de sus principios centrales y contiene instrumentos para buscar su
cumplimiento.
·
No es
un modelo en el que el Estado haya renunciado a sus obligaciones con los
servicios públicos puesto que conserva la plenitud de sus funciones y los más
variados instrumentos de intervención.
·
No es
un modelo de monopolistas que abusan de su poder de mercado puesto que
contempla una completa serie de instrumentos para regular los monopolios y
sancionar sus prácticas anticompetitivas.
3
Descripción del sector eléctrico
Es conveniente
presentar una descripción del sector eléctrico colombiano en lo referente a la
infraestructura, su institucionalidad y su regulación.
3.1
Infraestructura física
3.1.1
Generación
A finales de 2013
la capacidad instalada del Sistema Interconectado Nacional (SIN) fue de 14.559
MW, hidráulicos el 67,8% y térmicos el 31,5%. El restante 0,7% corresponde a
cogeneración y generación eólica. De los 9.875 MW hidráulicos, 661 MW son
plantas menores, es decir, con una capacidad inferior a los 20 MW. Las plantas
menores permiten el aprovechamiento del potencial hidroeléctrico de País con
desarrollos que son amigables desde el punto de vista ambiental. La Figura 1 muestra la distribución porcentual del
parque de generación.
La capacidad de
generación del País ha crecido sustancialmente en las dos últimas décadas,
tanto en términos absolutos como en términos relativos. En 1993, la capacidad
de generación era de 6.785 MW para 35,26 millones de habitantes. En 2003, con
una población de 41,87 millones el País contaba con 10.989 MW. Finalmente, en
2013, las cifras respectivas eran de 48,23 millones y 14.559 MW. Dicho en otros
términos: en 1993 Colombia tenía 19 KW de capacidad por 100 habitantes; en 2013
ascendían a 30 KW.
Figura 2. Capacidad de generación de Colombia.
Kw/100 habitantes
Ahora bien, este
avance no puede ocultar el hecho de que en el contexto Latinoamericano, en el
indicador de capacidad instalada por 100 habitantes, Colombia está por debajo
de las mayores economías – Brasil, México, Argentina, Chile – y del promedio de
la región.
Figura 3. Capacidad de generación en América Latina.
Kw/100 habitantes en 2011
El sistema
interconectado nacional cuenta con 22 embalses que tiene un volumen de
almacenamiento aprovechable equivalente a 16.092 GWh, es decir, la cuarta parte
de la producción anual de electricidad. El embalse de El Peñol y el Agregado de
Bogotá son los mayores del País y en conjunto aportan el 50% de la capacidad de
almacenamiento del SIN. Los embalses de Guavio, Esmeralda, Chuza y Sogamoso
almacenan un 32% del total. Los restantes 16 embalses menores aportan el 18%.
Figura 4. Sector eléctrico Colombiano Embalses del
SIN Volumen máximo útil (GWH)
Actualmente se
encuentra en ejecución un programa de expansión de la generación integrado por 11
proyectos que en conjunto aportarán al sistema, en los cuatro próximos años,
una capacidad de 3.603 MW. Estos proyectos son ejecutados completamente a
riesgo por los agentes del sector. El 1 de diciembre de 2014 entró en operación
el primero de esos grandes proyectos, Hidrosogamoso, que aporta al sistema una
generación de 5.056 GWh-año, equivalente al 12% de la demanda nacional.
Figura 5. Sector Eléctrico Colombiano. Proyectos de
Generación en Ejecución (MW)
3.1.2
Transmisión
La transmisión es
el transporte de electricidad desde las centrales de generación a las fronteras
de los centros de consumo mediante líneas de alta tensión. El conjunto de esas
líneas y los equipos de transformación asociados conforman el Sistema
Interconectado Nacional (SIN). El SIN se divide en dos componentes: el Sistema
de Transmisión Nacional (STN) y los Sistemas de Transmisión Regional (STR). El
primero está conformado por líneas y equipos de tensiones iguales o superiores
a 220 Kv hasta 500 Kv y los segundos por líneas y equipos de tensiones
inferiores a 220 Kv e iguales o superiores a 110 Kv. El Sistema de Transmisión
Regional Norte comprende todos los departamentos de la Costa Caribe y el
Sistema de Transmisión Regional centro-sur los demás departamentos del Sistema
Interconectado Nacional. El SIN está
conformado por 24.903 kilómetros de líneas, de los cuales el 10% son líneas 500
Kv y el 90% de tensiones entre 110 y 230 Kv. El STN tiene 14.634 kilómetros de
líneas y los dos STR 10.270 kilómetros.
Figura 6. Sector eléctrico colombiano. Red de
Transmisión del Sistema Interconectado Nacional
La propiedad de
los activos de los STR se distribuye entre 28 empresas, aunque algunas de ellas
hacen parte del mismo grupo empresarial.
Figura 7. Línea de los STR – distribución de la
propiedad (%)
ISA, con su filial
Transelca, es poseedora de cerca del 80% de las líneas del STN. La Empresa de
Energía de Bogotá y Empresas Públicas de Medellín, con 12% y 6%,
respectivamente, son los otros agentes importantes en la actividad de
transmisión. La Electrificadora del Pacífico, filial de Celsia, y Distasa,
detentan pequeños porcentajes.
Figura 8. Líneas del STN – Distribución de la
Propiedad
Hay en ejecución
6 proyecto de transmisión; dos subestaciones: Sogamoso y Nueva Esperanza, a
cargo de ISA y EPM, respectivamente; y cuatro de líneas (Armenia, Alférez,
Quimbo y Chivor II) todos a cargo de la EEB.
Existen seis
conexiones internacionales, cuatro con Venezuela (Cuestecitas-Cuatricentenario,
Tibú-La Fría, San Mateo-Corozo y Puerto Carreño-Puerto Páez) y dos con Ecuador
(Ipiales-Tulcán y Jamondino-Pomasquí). Está en estudio una conexión con
Panamá.
3.1.3
Distribución
Las redes
distribución transportan la energía eléctrica desde las fronteras de medición de
los centros de consumo al domicilio de los usuarios finales mediante líneas de
media y baja tensión. La infraestructura de distribución está conformada por
unos 500.000 transformadores y 470.000 kilómetros de líneas, suficiente para
darle 12 vueltas a la tierra.
En Colombia se
distinguen 4 niveles de tensión, a saber: Nivel 4: 66, 110, 115 y 138 Kv; Nivel
3: 34,5, 44 y 57,5 Kv; Nivel 2: 11,4 y 13,2 Kv y Nivel 1: 0,208/0,120,
0,220/0,127 y 0,440/0,266 Kv. Los niveles 1 y 2 representan el 94,3% de la red
de distribución; el 5,7% restante corresponde a los niveles 3 y 4.
Figura 9. Sector eléctrico colombiano. Red de
distribución. Participación de los cuatro niveles de tensión (%).
La red de
distribución está a cargo de 30 agentes conocidos como operadores de red.
3.1.4
Zonas No Interconectadas
Las Zonas No
Interconectadas representan el 66% del territorio nacional y comprenden casi
13.000 localidades y más de 600.000 usuarios, de los cuales 180.000 tiene
servicio y 420.000 carecen de él. De estos últimos se estima que son interconectarles
180.000 en tanto que los demás deben ser atendidos con soluciones locales. En
las localidades atendidas, el servicio se suministra mediante plantas diésel,
paneles solares y pequeñas centrales hidroeléctricas. La capacidad instalada de
las ZNI se estima en 165 MW distribuidos en 373 instalaciones de generación. La
mayor parte de esas localidades tiene entre 4 y 8 horas de servicio al
día.
3.2
Institucionalidad sectorial
Uno de los rasgos
más significativos del sector eléctrico es la clara separación de roles y
funciones de los diferentes agentes. La estructura institucional del sector,
considerando las grandes funciones, es, a grandes rasgos, la siguiente:
Política Pública Sectorial. Está
a cargo del Ministerio de Minas y Energía, pero también intervienen en su
formulación el Departamento Nacional de Planeación y el Ministerio de Hacienda
y Crédito Público. La política sectorial se plasma en el Plan Nacional de
Desarrollo, en los documentos del Consejo Nacional de Política Económica y en
decretos y resoluciones expedidos por el Ministerio de Minas y Energía. El
Ministerio tiene dos vice-ministerios: uno de minas y otro de energía. Dentro
de éste último se encuentra la Dirección de Energía Eléctrica la cual, además
de contribuir a la elaboración de la política, maneja los fondos sectoriales,
la reglamentación técnica y los programas de uso racional.
Planeación Sectorial. La formulación de los planes de expansión
en generación y transmisión corresponde a la Unidad de Planeación Minero
Energética, dependencia de carácter técnico adscrita al Ministerio de Minas y
Energía. El plan de expansión en generación es meramente indicativo; no así el
de transmisión. La ejecución de los proyectos que conforman este último se
adjudica mediante subastas competitivas, como se explica más adelante.
Regulación. Está a cargo de la Comisión de Regulación
de Energía y Gas en la que tienen asiento los ministros minas y energía,
hacienda, el director de planeación y cinco expertos designados por el
presidente de la república para períodos fijos de 4 años. También asiste, sin
voto en las decisiones, el Superintendente de Servicios Públicos Domiciliarios.
La regulación de la que se trata es regulación económica, es decir, la que
tiene que ver con la estructura de los mercados, las reglas de su
funcionamiento y la conducta de los agentes participantes.
Control y vigilancia.
Participan dos entidades, la Superintendencia de Servicios Públicos
Domiciliarios y la Superintendencia de Industria y Comercio. A la primera
corresponde vigilar y controlar la aplicación de la regulación, en especial en
lo referente a los consumidores regulados. La segunda se ocupa de vigilar el
cumplimiento de las normas de competencia. Adscrito a la Superintendencia
funciona el Comité de Seguimiento del Mercado de Energía Mayorista
(CSMEM).
Operación del Sistema y gestión del Mercado. Está a cargo de una empresa especializada,
sin participación en otras actividades eléctricas, la Compañía de Expertos en
Mercados, filial de ISA. Esta empresa opera el sistema nacional de generación y
transmisión y administra los intercambios comerciales entre los agentes del
mercado mayorista.
Organismos asesores. Son tres: el Consejo Nacional de Operación
(CNO), el Comité Asesor de Comercialización (CAC) y el Comité Asesor de
Planeación de Transmisión (CAPT). Estos organismos están integrados por
empresas del sector y asesoran a las entidades del gobierno en aspectos
técnicos relativos a la operación y la planeación del sector.
Agentes del Mercado. Son las empresas – las hay públicas,
privadas y mixtas – y los consumidores, regulados y no regulados. Hay 43
empresas de generación, 9 de transmisión y 30 de distribución. Están
registrados 67 comercializadores. Deben mencionarse también los gremios
sectoriales - ANDESCO, ACOLGEN, ANDEG, ASOCODIS y ACCE – que cumplen una
importante función en la discusión de las políticas sectoriales y de la
regulación.
3.2.1
Regulación
Para efectos de
la regulación, el sector eléctrico se descompone en cuatro grandes actividades:
generación, transmisión, distribución y comercialización de electricidad. La
regulación es el conjunto de normas que definen las condiciones de
participación de los agentes en cada una de esas actividades; las reglas de
formación de los precios o tarifas y las obligaciones de los agentes, frente a
los consumidores y demás agentes del mercado, sobre la calidad, continuidad y
oportunidad del servicio suministrado.
La generación es
la producción de electricidad a partir de las diferentes fuentes primarias de
energía. La entrada a esta actividad es libre en el sentido de que los
participantes, sujetos al cumplimiento de las normas ambientales, pueden elegir
por su cuenta y riesgo el tamaño de los proyectos que emprenden y la energía
primaria utilizada. Las centrales de generación de 20 MW o más deben ser
despachadas de forma centralizada; las que tienen 10 MW y menos de 20 MW pueden
optar por el despacho central; finalmente, las de menos de 10 MW se despachan
descentralizadamente. Con el propósito de garantizar la competencia, ningún
agente puede ser propietario de más de un 25% de la capacidad de generación,
medida en energía firme. No obstante, este límite puede superarse sin exceder
el 30%, si se produce como consecuencia de la inversión en nuevas instalaciones
y no de la adquisición de activos existentes. Existen 43 empresas de generación,
registradas y activas en el mercado; las seis mayores poseen el 90% de la
capacidad.
La transmisión es
regulada como monopolio natural en cuanto a la determinación de los cargos, no
de la propiedad. En efecto, los activos de transmisión son propiedad de nueve
agentes pero para la determinación de la tarifa se consideran todos en su
conjunto. Por eso existe un cargo regulado único de transmisión a nivel
nacional y los propietarios se distribuyen el ingreso total en proporción a su
participación en la propiedad de la red nacional. No existe límite a la
participación en esta actividad. La continuidad y la calidad de suministro está
regulada de tal suerte que los ingresos de los propietarios se ven disminuidos
en razón de la indisponibilidad de los activos o de otras circunstancias bajo
su control que afecten el suministro de electricidad. Los proyectos de plan de
expansión de la transmisión son definidos por la UPME y su ejecución se
adjudica por medio de subastas competitivas. Los cargos que remuneran esta
actividad son determinados mediante fórmula tarifaria fijada por el regulador
cada cinco años o resultan de las ofertas presentadas por los agentes que
participan en las convocatorias. La actividad de transmisión es adelantada por
nueve empresas. La principal de ellas es Interconexión Eléctrica S.A. (ISA) que
es propietaria del 71% de la red, 60% directamente y 11% por intermedio de su
filial Transelca. Las demás empresas tienen participaciones menores: Empresas
Públicas de Medellín, 6,5% y Empresa de Energía de Bogotá, 5,6%. El porcentaje
restante se distribuye entre las demás.
La distribución se
regula también como monopolio natural. Existen una treintena de distribuidores
u operadores de red, como se les denomina también. No existen límites a la
participación que pueda tener en el mercado nacional un distribuidor. En
principio, una sola empresa podría ser propietaria, directa o indirectamente,
de todas las redes de distribución del país. Como quiera que los grandes
distribuidores hasta el presente buscan desarrollar su actividad de forma
integrada con la comercialización minorista, su crecimiento en distribución
está limitado por el límite que la regulación impone a la actividad de
comercialización de acuerdo con la cual ningún agente puede atender más de un
25% la demanda comercial total del país, regulada y no regulada. Empresas como
EPM y CODENSA bordean ya está cifra. Los cargos de distribución se fijan
mediante fórmulas establecidas quinquenalmente por la CREG. Existen tantos
cargos como sistemas de distribución hay en el País. La calidad del suministro
está regulada y las empresas distribuidoras ven reducidos sus ingresos o deben
compensar a los usuarios cuando exceden los límites permitidos de interrupciones
y duración de las mismas.
La
comercialización es la compra-venta de electricidad entre las empresas y entre
éstas y los usuarios finales. La comercialización puede ser ejercida de forma
independiente o conjunta con la generación y la distribución. Los generadores,
los comercializadores y los grandes consumidores son los agentes participantes
en el Mercado de Energía Mayorista (MEM). Éste tiene dos componentes: el
mercado de corto plazo o bolsa de energía, reservado a generadores y comercializadores,
y el mercado de largo plazo de contratos bilaterales en el que participan todos
los agentes mencionados. Los precios de la bolsa resultan de las ofertas de los
participantes y de la demanda total, pero participantes deben ajustarse a
ciertas reglas como en cualquier mercado organizado. Los precios de los
contratos de largo plazo se pactan libremente entre las partes. El suministro
de energía para los usuarios regulados debe contratarse mediante licitaciones públicas.
4
Indicadores de desempeño
El objetivo de
cualquier modelo de industria eléctrica es tener un servicio de amplia
cobertura, confiable, continuo y de calidad.
Las tarifas deben cubrir los costos de prestación eficiente, consultar
la capacidad de pago los usuarios y remunerar adecuadamente el capital
invertido. En esta parte se examina el desempeño del sector eléctrico en cada
uno de esos aspectos que en definitiva miden su contribución al bienestar social.
También se evalúa la contribución general del sector eléctrico a la economía
por medio de la tributación y la generación de empleo.
4.1
Cobertura
Probablemente uno
de los logros más significativos del sector eléctrico en las dos últimas
décadas es la ampliación de la cobertura en el sector rural. En 1993, la
cobertura en el sector urbano – medida como el porcentaje de hogares con acceso
al servicio de electricidad – era casi plena. No ocurría lo mismo con el sector
rural que mostraba un atraso significativo como quiera que el servicio llegaba
al 73% de los hogares. Hoy la cobertura rural es cercana al 98%. En efecto, de
acuerdo con la última información disponible, la casi totalidad de las
viviendas de las cabeceras urbanas cuentan con el servicio de energía
eléctrica, mientras que en el sector rural sólo un 2% de las viviendas carecen
del mismo frente a cerca de un 27% que en 1993 no contaban con él.
Figura 10. Cobertura de electricidad. % de hogares
con acceso al servicio en Colombia
Fuente: DANE. CENSO 1993. ECV 2003 - 2013
4.2
Confiabilidad
La mayor
fortaleza del sector eléctrico colombiano es su potencial hidroeléctrico que le
permite una producción de energía de bajo costo y ambientalmente sostenible.
Sin embargo, por estar sometida a los azares de la hidrología, esa fortaleza
puede convertirse en una debilidad si la capacidad de generación no está
respaldada por un componente térmico que le permita superar las situaciones de
sequía que pueden presentarse. Esto fue lo que ocurrió efectivamente en 1992,
cuando el país afrontó un largo y penoso racionamiento, que pondría en
evidencia la fragilidad de su sistema de generación que, por su baja capacidad
de regulación y por su reducida componente térmica, fue incapaz de afrontar la
extrema sequía del fenómeno de El Niño de ese año.
En 1993,
solamente un 20% de los 8.488 MW de capacidad instalada efectiva eran térmicos.
En el 2003, el País contaba con 3.703 MW térmicos, equivalentes a un 30% de la
capacidad efectiva de generación. En 2013, los 4.598 MW térmicos representaban
el 32% de la capacidad. Desde 1992 el llamado fenómeno de “El Niño” se ha
presentado en seis oportunidades sin haber dado lugar a racionamiento.
Figura 11. Capacidad efectiva del Sistema
Interconectado (MW) en Colombia
Fuente: UPME.
Estadísticas Minero Energéticas. N° 11. XM. Descripción del Sistema Eléctrico Colombiano
Entre 1993 y
2013, la capacidad total de generación se ha incrementado en 71%; la hidráulica
en 45% y la térmica en 170%. Todas esas
inversiones se han realizado con la generación interna de las empresas del sector
sin el apoyo financiero del Estado.
Además de la
capacidad de generación, la confiabilidad del sistema eléctrico interconectado
tiene que ver con la existencia de una red de transmisión robusta que conecte
los centros de generación y de consumo.
Figura 12. Sector Eléctrico – Transmisión (kilómetros
de líneas 220 – 500 kv) en Colombia
Fuente: Para 1993
ISA. Para 2003-2013. XM
Entre 1993 y
2013, la capacidad de transporte del Sistema Interconectado Nacional – líneas
de 220 y 500 Kv - se ha multiplicado 2.1; pasando de 6.785 kilómetros en el
primer año a 14.456 en el segundo. Toda esa expansión se ha realizado con
recursos de las empresas sin recurrir al presupuesto nacional.
4.3
Calidad
Para un usuario
de energía eléctrica la calidad del suministro está referida a dos aspectos: la
continuidad y estabilidad del voltaje o calidad de la potencia. Antes de la
reformas de los años 90, este aspecto del servicio recibía poca o ninguna
atención. No existía información consolidada al respecto ni ninguna
reglamentación sobre los parámetros a los que debían ajustarse las empresas. El
usuario debía, por así decirlo, conformarse con tener el servicio y resignarse
a las interrupciones tan frecuentes y prolongadas que a bien tuviera realizar
la empresa.
Esta situación
cambia con la expedición del Reglamento de Distribución (Resolución CREG 070 de
1998). Se definieron allí dos indicadores de calidad en la prestación del
servicio de electricidad: la Frecuencia Equivalente de las Interrupciones del Servicio
(FES) y la Duración Equivalente de las Interrupciones del Servicio (DES).
Reconociendo las diferencias en los sistemas de distribución, en la Resolución
CREG 089 de 1999, se definieron cuatro grupos de calidad, a saber:
Grupo 1:
Cabeceras municipales con una población superior o igual a 100.000 habitantes.
Grupo 2:
Cabeceras municipales con una población menor a 100.000 habitantes y superior o
igual a 50.000 habitantes
Grupo 3:
Cabeceras municipales con una población inferior a 50.000 habitantes
Grupo 4: Zonas
fuera del área urbana del respectivo municipio o distrito.
La Resolución 097
de 2008 modificó el cálculo de los indicadores FES y DES, reemplazándolos por
el indicador ITAD (Índice Trimestral Agrupado de la Discontinuidad), que se
calcula según un promedio entre la energía que dejaron de consumir los usuarios
por las interrupciones del servicio (ENS: energía no Suministrada) respecto a
la energía que consumieron los usuarios del operador de red respectivo en el
trimestre (ES: Energía Suministrada). La transición en la medición de la
calidad de los indicadores FES y DES al nuevo indicador ITAD está aún en curso
y las empresas aún no reportan dicho indicador.
La información
disponible sobre FES y DES para el período 2003-2010 muestra una mejora sustancial
en la continuidad del servicio. El Gráfico 4 muestra los valores del indicador
FES para seis empresas del sector – Electricaribe, CODENSA, EPM, EMCALI,
Santander y Pereira – que en conjunto atienden un 80% del mercado regulado.
Entre 2013 y 2010 se pasó de casi 18 mil interrupciones anuales a pocos más de
13 mil, lo que representa un reducción de 27%. La significación de esta cifra
se aclara cuando se tiene en cuenta el tamaño del mercado atendido por esas
empresas: cerca de 10 millones de usuarios y 30 mil Gwh de energía
suministrada.
Figura 13. Calidad del Servicio de Electricidad.
Frecuencia de las Interrupciones
La reducción en
la duración de las interrupciones es también significativa. Para las seis
empresas mencionadas, entre los mismos años, la duración anual de las
interrupciones pasa de poco más de 19 mil minutos a algo más de 12 mil. Estas
cifras se relativizan recordando que el año tiene 525.600 minutos de donde se
sigue una duración de las interrupciones equivalente al 2.3% del tiempo de
suministro.
Figura 14. Calidad del servicio de electricidad.
Duración de las interrupciones en Colombia
4.4
Pérdidas
Las pérdidas de
energía son un indicador de eficiencia. Antes de las reformas de los 90, el
control de las pérdidas, conjuntamente con el recaudo y la morosidad de la
cartea, era una de las grandes preocupaciones de los responsables del sector
eléctrico. Los elevados índices de energía producida y no facturada eran un
obstáculo a la viabilidad financiera de las empresas y del sector en su
conjunto y, además, aumentaban las necesidades de expansión de la capacidad de
generación.
Esta situación
cambia completamente bajo el modelo competitivo. Las empresas no reciben
subsidio alguno, deben cuidar su rentabilidad y la regulación las castiga con
recortes tarifarios por las pérdidas excesivas. Aunque sin duda alguna es mucho
lo que se puede mejorar ese indicador, los avances son significativos. Un punto
porcentual de pérdidas equivale 360 Gwh-año. La reducción de 6 puntos
registrada entre 1993 y 2013 equivale a la energía producida por una central de
900 MW.
Figura 16. Pérdidas de electricidad (%)
Fuente: Para 1993
ISA. Balance Energético Histórico. 1994.
Paras 2003 y 2013 UPME
4.5
Impuestos.
Hacia 1990 la deuda del sector eléctrico
representaba el 30% de la deuda pública externa, sus inversiones absorbían el
24% de la inversión pública y era responsable del 33% del déficit fiscal de la
Nación. Esta situación resultaba insostenible desde el punto de vista
macroeconómico y fue uno de los determinantes de las reformas de mediados de
los 90. Dichas reformas buscaban que las empresas de servicios públicos fueran
rentables y eficientes y pagaran impuestos de los que estaban exentas. La ley 142 dispuso que en un plazo de 7 años
fueran contribuyentes plenos de impuesto de renta y patrimonio. Progresivamente
las entidades territoriales la convirtieron en sujetos de los impuestos locales
– predial, industria y comercio, estampillas, etc.- de los que en muchos casos
estaban igualmente exentas. Finalmente, la ley 99 de 1993 creó un sobre-tasa
sobre la generación de electricidad: 6% para la hidráulica y 4% para la
térmica.
Así, con el paso del tiempo, a medida que se
consolidaban las reformas, la industria eléctrica se fue transformando de una
actividad dependiente para su supervivencia de las transferencias del gobierno
nacional en una actividad generadora de impuestos y contribuciones que ayudan a
financiar a la Nación, las entidades territoriales y el sector ambiental. En
2013, las empresas del sector eléctrico pagaron $ 1.7 billones por impuesto de
renta y patrimonio; $ 0,6 billones de impuestos locales y $ 0,2 billones de
sobre tasas ambientales que benefician a las Corporaciones Autónoma Regionales
y a los municipios donde están localizadas las plantas de generación.
Figura 17. Tributación de las empresas del sector
eléctrico en Colombia
4.6
Fiscalidad Sectorial
Además de los impuestos generales,
existen 4 fondos financiados con la
fiscalidad sectorial, a saber: Fondo de
apoyo financiero para la energización de
zonas no interconectadas (FAZNI), Fondo de apoyo financiero para la
electrificación rural (FAER), el Fondo de Energía Social (FOES) y el Programa
de Normalización de Redes (PRONE). Los recursos movilizados por esos Fondos han
sido fundamentales para la electrificación del sector rural y de las zonas no
interconectadas y para permitir el acceso al servicio de electricidad de la población
más pobre de los centros urbanos. En 2013 estos Fondos movilizaron recursos por
cerca de $ 200.000 millones. Durante toda su existencia han permitido la financiación
de inversiones por más de $ 1.5 billones.
Figura 18. Fondos Sectoriales del Sector Eléctrico en
Colombia
4.7
Subsidios y Contribuciones
La ley 142
estableció un régimen de subsidios y contribuciones con el objeto de financiar
parcialmente el consumo de las familias de menores ingresos: estratos 1, 2 y 3.
Las contribuciones de las familias de estratos 5 y 6 y de la industria y el
comercio permitían financiar más de un 70% de los subsidios y el restante 30%
era cubierto con aportes del presupuesto nacional. Después de que el Gobierno
Nacional tomara la decisión de eliminar la contribución de la industria, los
aportes de la Nación aumentaron y en la actualidad los subsidios se cubre por
partes iguales con contribuciones del sector y los aportes presupuestales.
Figura 19. Subsidios del Sector Eléctrico en Colombia
En 2013, los
subsidios superaron los dos billones de pesos, la mitad de los cuales
beneficiaron a las familias de estrato 1, las cuales reciben un subsidio
equivalente al 70% del costo del servicio. A los estratos 2 y 3 se les subsidia
30% y el 15% del costo y en conjunto recibieron, en 2013, subsidios por $
832.000 millones y $ 158.000 millones, respectivamente.
4.8
Tarifas
La discusión sobre
las tarifas es un asunto recurrente que cobra especial importancia en épocas de
dificultades económicas cuando crece el desempleo y disminuyen los ingresos de
la población más pobre. Los análisis en términos nominales son engañosos,
especialmente cuando se cubre un período de tiempo relativamente amplio porque
intervienen múltiples factores. Los costos de prestación del servicio de
electricidad tienden a aumentar a medida que es necesario recurrir a sitios de
generación cada vez más alejados de los centros de consumo y también a medida
que el servicio se extiende a zonas rurales con usuarios extremadamente
dispersos o a la periferia de los centros urbanos, como ha ocurrido en los
últimos años. El nivel de consumo tiende a aumentar con la mayor dotación de
aparatos eléctricos.
El costo de
unitario del servicio de electricidad es la suma de los costos de generación,
transmisión, distribución y comercialización más un componente que cubre los
costos de operación del sistema, las restricciones y las pérdidas técnicas. El
costo de transmisión es el mismo para todo el País, pero los demás varían de un
sistema de distribución al otro. Por eso, para tener una aproximación del costo
medio de la electricidad en Colombia es necesario tomar los costos de los
diferentes mercados ponderados por las cantidades de energía suministrada a los
usuarios de cada uno de ellos. La más reciente estimación del costos unitario
promedio, que equivale a la tarifa media del estrato 4 sin subsidios ni
contribuciones, fue realizada en el estudio titulado “Consultoría sobre la
competitividad de la cadena de prestación del servicio de energía eléctrica”
realizado por la Fundación ECSIM para Bancoldex y los gremios del sector
eléctrico.
Figura 20. Costo unitario regulado de prestación del
servicio de electricidad
Entre 2009 y 2014
el costo unitario regulado promedio, que equivale a la tarifa del estrato 4 sin
subsidios ni contribuciones, pasó de $/Kwh 322 a $/Kwh 376, lo que supone un
incremento nominal de 17% frente a una variación de 12% del IPC. Este
incremento por encima de la inflación se explica principalmente por un mayor
precio de la generación resultante de una menor oferta disponible frente a un
crecimiento continuo de la demanda. Por esa razón, a medida que los nuevos
proyectos de expansión entren en operación comercial debe esperarse un
crecimiento del precio de la electricidad más alineado con la inflación.
El costo unitario
es la suma de los costos de las diferentes actividades de la cadena eléctrica. La
generación y la distribución representan conjuntamente un 72% del costo de la
electricidad residencial. La transmisión responde por un casi un 6% y la
comercialización por algo más de 9 %. Los otros costos – restricciones,
pérdidas y contribuciones de los fondos sectoriales – suman algo más de
13%.
Figura 21. Composición de costo unitario promedio de
la electricidad
El precio de la
electricidad es sin duda una variable importante pero para evaluar la situación
de acceso al servicio, en particular por parte de la población más pobre, es
necesario considerarlo de forma conjunta con la evolución de los consumos, los
subsidios y la capacidad de pago de la población. Estas variables son las que
se reflejan en el indicador de la participación porcentual del gasto en
electricidad en el ingreso de las familias.
Partiendo de
datos de la Encuesta de Calidad de Vida del DANE es posible observar la
evolución de la participación del gasto promedio en electricidad en el ingreso de
las familias para los diferentes deciles de la distribución de ingreso. En
todos los niveles de ingreso se presenta, entre 1998 y 2012, una reducción del
gasto en electricidad. Esto es especialmente significativo en el decil 1 cuyos
pagos por concepto de electricidad que representaban un 15.3% del ingreso, en
1998, pasaron 8,8% en 2012, lo que representa una reducción de 43%. En los
deciles 2, 3 y 4 que conjuntamente con el decil 1 conforman la población que se
agrupa en los estratos 1 y 2, se presentaron también reducciones
significativas
Figura 22. Participación del gasto en electricidad en
el ingreso de las familias según deciles de la distribución de ingreso
Con todo es
importante señalar que el precio de la electricidad para el sector industrial
es relativamente elevado en el contexto internacional, lo cual le resta
competitividad a la industria. Desde hace varios años el Gobierno Nacional ha
venido tomando medidas para hacer más competitivo el costo de la electricidad
para la industria. Entre ellas se destaca la eliminación de la contribución
para financiar los subsidios de los estratos bajos, pero parece que esto es fue
insuficiente.
En efecto, de
acuerdo con el estudio ya mencionado de ECSIM, la electricidad industrial en
Colombia es menos costosa que en Chile y México pero compara desfavorablemente
con Brasil y Perú. Aunque parece competitiva frente a los grandes países de
Europa, resulta muy elevada frente a Estados Unidos y Corea del Sur.
Figura 23. Tarifa Electricidad Industrial
4.9
Generación de empleo
Otro aspecto que
debe destacarse es la contribución del sector eléctrico a la generación de
empleo de calidad y bien remunerado. Conjuntamente con los sectores de gas y
agua, el sector generó 109.000 empleos en 2013, lo que equivale a un 5% del
empleo industrial.
Figura 24. Empleo sector electricidad, gas y agua en
Colombia
5
Los retos del sector
El sector
eléctrico colombiano posterior a las reformas implementadas en las leyes 142 y
143 ha tenido logros significativos en el aumento de la cobertura y la mejora
en la calidad de la prestación del servicio. Hoy por hoy, el sector ha conseguido
diseñar una estructura regulatoria capaz de garantizar el funcionamiento
confiable y sostenible del mercado y proveer incentivos a la eficiencia y la
competitividad global. Asimismo, se ha diseñado un esquema de solidaridad que
busca garantizar el acceso de las poblaciones de menores ingresos y ha
constituido fondos cuyo objetivo específico es propender por la
universalización del servicio.
Los logros en
materia de sostenibilidad del sector son reconocidos por entidades
multilaterales. Particularmente, en el informe de 2014 publicado por el Consejo
Mundial de Energía (WEC por sus siglas en inglés), el sistema energético
colombiano ocupa el puesto 16 entre 129 países (y el número 1 a nivel
Suramérica) de acuerdo a un índice construido por esta entidad que balancea el
estado de un sistema energético de acuerdo a criterios de seguridad, equidad y sostenibilidad
ambiental. El reporte WEC (2014) resalta las mejoras del País en términos de
equidad energética –la dimensión más rezagada del índice– gracias a la
estabilidad en los precios de la electricidad y las mejoras en la percepción de
la calidad del suministro. De la misma forma, el reporte cataloga el desempeño
en términos de sostenibilidad ambiental del sistema colombiano como uno de los
mejores en el mundo.
Las bases
construidas a partir de las reformas que introdujeron las Leyes 142 y 143
proveen un fundamento sólido para enfrentar los retos que hoy todavía persisten
en el sector, entre los que se destacan los siguientes:
·
Expansión
de la cobertura para la lograr la universalización del servicio especialmente
en el sector rural.
·
Búsqueda
de soluciones energéticas basadas en fuentes no convencionales, especialmente
para las Zonas no Interconectadas.
·
Diversificación
de la matriz energética para reducir los riesgos que representa una gran
dependencia hidroeléctrica.
·
Profundizar
las políticas para promover la eficiencia y el uso racional de la energía y fomentar
la investigación en ciencia y tecnología en el sector.
·
Promover
la competencia y orientar la regulación para obtener precios de la electricidad
industrial más competitivos en el contexto internacional.
6
Bibliografía
ECSIM (2013). Consultoría sobre la
competitividad en la cadena de prestación del servicio de energía eléctrica. Bancoldex, Bogotá, septiembre de 2013.
UPME (2013). Plan Indicativo de Expansión de
la Cobertura 2010-2014. Bibliografía
CAF (2006). “Colombia. Análisis del Sector
eléctrico”. Informes sectoriales de infraestructura, Año 4. Nº3 , Septimbre de 2006.
Congreso de la República. Ley 142 de 1994, Por
la cual se establece el régimen de los servicios públicos domiciliarios y se
dictan otras disposiciones.
Congreso de la República. Ley 143 de 994,
Por la cual se establece el régimen para la generación, interconexión, transmisión, distribución y comercialización de electricidad en el territorio nacional, se conceden unas autorizaciones y se dictan otras disposiciones en
materia energética.
ECSIM (2013). "Estudio
para analizar el impacto de la regulación y de las estructuras productiva e
industrial del sector de energía eléctrica, en todas las fases de la cadena
productiva, sobre el nivel final de las tarifas y precios del servicio de
energía eléctrica y la competitividad internacional de la economía
colombiana." Informe Presentado a Bancoldex y PTP.
ISA, Interconexión Eléctrica (1994). Sistema
eléctrico colombiano: balance energético histórico, actualización.
LEICO, Consultores Asociados (2013).
Análisis de coyuntura de los mercados de energía eléctrica, gas natural, gas
licuado de petróleo y tecnologías de la información y las comunicaciones.
Consultoría para Andesco, Febrero 19 de 2013. Informe de Juan Oviedo Arango.
Montenegro, A. (2014). Impacto de las leyes
de servicios públicos de 1994. Presentación en el 16º Congreso Nacional e
Internacional de Servicios Públicos, TIC y TV de Andesco – Sostenibilidad:
equilibrio entre lo económico, lo social y lo ambiental.
OSINERGMIN (2013). Tarifas eléctricas en
Latinoamérica, segundo trimestre de 2013. Presentación del Organismo supervisor
de la inversión en energía y minería – Perú.
Universidad de los Andes (2004). Análisis de
la evolución de los servicios públicos domiciliarios durante la última década.
Consultoría para Andesco, Diciembre de 2004.
UPME (2011). Boletín Estadístico de Minas y
Energía 1990 – 2010.
WORLD
ENERGY COUNCIL (2014). World Energy Trilemma: Time to get real – the myths and
realities of financing energy systems. WEC/ Oliver Wyman – 2014.
XM – Expertos en mercado. Descripción del
Sistema Eléctrico Colombiano. Disponible en: http://www.xm.com.co/Pages/DescripciondelSistemaElectricoColombiano.aspx
[1]
Véase: DNP. "El papel de DNP y el Gobierno
Central en la reestructuración del sector eléctrico 1990 - 1992" en Revista Planeación y Desarrollo. Vol.
xxiii, No. 2, Bogotá, 1992 y DNP. Estrategia
de reestructuración del Sector Eléctrico. Documento CONPES 2534. Bogotá,
mayo 1991.
Excelente informe.Muchas Gracias
ResponderEliminarMuy buen informe, muy acorde con la realidad del país. Deseo preguntarle si ha pensado en ampliar el numeral 5: retos del sector
ResponderEliminarHola Profe;
ResponderEliminarHa pensado dedicarle unas lineas al tema de moda... "Cargo por Confiabilidad"
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Excelente contenido Investigacion de mercados en colombia
ResponderEliminarInteresante información sobre los distintos sectores comerciales. Información que me servirá para un estudio de mercado en Colombia Muchas gracias!
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