jueves, 30 de agosto de 2012

Pensamiento Económico - Lección V - Fisiocracia


Lección V

La fisiocracia

Luis Guillermo Vélez Álvarez
Economista, Docente Universidad EAFIT

I
La fisiocracia es la primera escuela de pensamiento económico que puede definirse como tal. Estaba conformada por un grupo más o menos amplio de intelectuales que formularon y difundieron una teoría sobre el funcionamiento de la sociedad económica y extrajeron de ésta conclusiones de política pública que trataron de aplicar. Se llamaron a sí mismos “economistas”, sus críticos los denominaron “la secta” y los estudiosos posteriores del pensamiento económico les dieron el nombre de “fisiócratas”.
 
La escuela fisiocrática aparece en Francia a mediados del siglo XVIII, bajo el reinado de Luis XV (1715 – 1774)[1]. Su principal expositor fue Francois Quesnay (1694-1774)[2] a quien debemos lo esencial de la teoría. Entre sus discípulos pueden mencionarse a Pierre Samuel Dupont de Nemours (1739-1817), Pierre Paul Merciere de la Riviere (1720 – 1793) y, sobre todo, Victor Riquetti Marqués de Mirabeau (1715-1789)[3].  También se mencionan como pensadores cercanos a la fisiocracia a Vincent de Gurnay (1712-1759) y Anne Robert Jacques Turgot (1727-1781). Este último sería ministro de hacienda de Luis XVI.

II

Fisiocracia quiere decir gobierno de la naturaleza. La idea de que la sociedad, en general, y la sociedad económica, en particular, están regidas por leyes naturales objetivas independientes de la voluntad de los hombres, discernibles por la razón  y que se imponen a todos los actores es el elemento central de la teoría fisiocrática y uno de sus aportes más significativos al desarrollo de la economía como ciencia. El objeto de la economía es el descubrimiento de dichas leyes y su aplicación al gobierno de las sociedades. Quesnay hablaba de orden natural:

“…experimentamos que los objetos que llamamos cuerpo o materia están ellos mismos dentro del orden natural, son las causas físicas de todas las ideas representativas diferentes, de los diversos efectos, de la felicidad, de la desgracias, de las voluntades, de las pasiones, de las determinaciones de nuestro ser sensitivo; y que esos objetos nos instruyen y nos afectan según leyes ciertas y constantes. Estos mismos objetos, sean cuales fueren, y estas leyes están, entonces, dentro del orden natural de las causas necesarias de nuestros sentimientos, de nuestros conocimientos y de nuestras voluntades”[4]

El concepto de que la sociedad, al igual que la naturaleza, está regida por un orden natural es de gran importancia epistemológica pues es el hace posible el estudio de la sociedad sobre la base de un modelo análogo al de las ciencias naturales con pretensiones de cientificidad.   Así lo expresa Dupont de Nemours:

“La ciencia económica, por no ser más que la aplicación del orden natural en el gobierno de las sociedades, es tan constante en sus principios y tan susceptible de demonstración como las ciencias físicas más ciertas”[5]

Las leyes positivas, es decir, las leyes promulgadas por las autoridades humanas, pueden diferir, por ignorancia, de las leyes que rigen el orden natural de las sociedades. Cuando esto ocurre la sociedad padece crisis o entra en decadencia. De ahí que, para los fisiócratas, no solamente sea importante descubrir las leyes del orden natural sino también buscar instituirlas en la legislación positiva para mejorar así el funcionamiento de la sociedad.

“…el derecho natural de los hombres – escribe Quesnay - difiere del derecho legítimo o del derecho otorgado por las leyes humanas en que es reconocido con evidencia por las luces de la razón, y que por esta sola evidencia es obligatorio independientemente de cualquier limitación; en cambio, el derecho legítimo limitado por una ley positiva es obligatorio en razón de la pena ligada a la transgresión por la sanción de esta ley…”[6]

Ahora bien, Quesnay es materialista, es decir, para él las sociedades están determinadas en sus estructuras y funcionamiento por la producción material: “La forma de las sociedades dependen del mayor o del menor monto de bienes que cada uno posee o puede poseer y cuya conservación y propiedad se quiere asegurar”[7]

Más precisamente:

“El fundamento de la sociedad es la subsistencia de los hombres y las riquezas necesarias a la fuerza que debe defenderlos, así sólo sería la ignorancia la que pudiera, por ejemplo, favorecer la introducción de leyes positivas contrarias al orden de la reproducción y de la distribución regular y anual de las riquezas del territorio de un reino”[8]

Lo expuesto hasta ahora puede resumirse en los siguientes puntos:

·         Al igual que la naturaleza la sociedad está regida por leyes objetivas – leyes naturales – independientes de la voluntad de los hombres. Dichas leyes son discernibles por la razón.

·         Las leyes que rigen la sociedad, su estructura y funcionamiento están determinadas por la producción material.

·         Las leyes positivas o leyes humanas pueden apartarse de las leyes naturales ocasionando la crisis y decadencia de la sociedad.

·         El objeto de la ciencia económica es el descubrimiento de las leyes naturales y la búsqueda de su aplicación al gobierno de la sociedad para garantizar la reproducción del orden social.

III

Corresponde también a los fisiócratas el mérito de haber construido una representación simplificada de la sociedad económica, es decir, de haber elaborado un modelo económico.  El Tableau Economique es la representación condensada de su sistema de economía política. Por ello el estudio del Tableau es fundamental para la comprensión del pensamiento fisiocrático.  Pero antes de proceder a su estudio es conveniente dilucidar ciertas categorías importantes.

Está en primer lugar la noción de riqueza. La riqueza, para Quesnay, es riqueza venal o comercializable, es decir, riqueza que se puede cambiar por riqueza pecuniaria, es decir, por dinero. No todos los bienes son riqueza venal: no lo son los bienes superabundantes o comunes a todos los hombres.  Para Quesnay - y para la economía política - sólo son riqueza los bienes útiles y limitados en cantidad. Sólo estos son apropiables y pueden tener valor de cambio o valor venal. Las siguientes citas expresan con claridad esos conceptos que definen al mismo tiempo el ámbito de conocimiento de la economía política:

“Los bienes más buscados por los hombres, los que les atraen a un país, los que les fijan el él, son las riquezas comercializables, los precios y las riquezas pecuniarias. Las riquezas comercializables son las que se cambian por riquezas pecuniarias de acuerdo con un precio, que constituye su valor de venta. Las riquezas son venales o comercializables en la medida en que sus poseedores pueden venderlas y en la medida en que son buscadas por los compradores. Por tanto, no todos los bienes son riquezas venales: el aire que respiramos o el agua que sacamos de un río, es decir, todos los bienes o riquezas superabundantes o comunes a todos los hombres, no son comercializables: son bienes, no riqueza”[9].

“El precio es el valor de venta de las riquezas comerciables. No debe confundirse el precio de las riquezas con su valor de uso, ya que a menudo ambos valores no tienen nada en común. El valor de uso es siempre el mismo, siempre más o menos interesante para los hombres, de acuerdo con la relación que el bien tenga con sus necesidades o con sus deseos de disfrutar de él; por el contrario, el precio varía y depende de diferentes causas, tan inconstantes como independientes de la voluntad de los hombres, de tal forma que no guarda relación con las necesidades humanas ni posees un valor arbitrario o de convención entre los comerciantes”[10]. 

La riqueza de que se ocupa la economía política es la que tiene valor de cambio, o simplemente valor. Ahora bien, Quesnay distingue entre valor o precio venal y valor o precio fundamental.

“El precio fundamental – precio de coste – de las mercancías se establece por los gastos que han de hacerse por sus producciones o por sus preparaciones. Si las mercancías se venden a un precio menor del que han costado, se sufren pérdidas; si se venden lo bastante caras como para procurar una ganancia suficiente que incite a mantener o a aumentar la producción, se venden a buen precio”[11]

De las nociones de valor venal y de valor fundamental se deriva la categoría central del sistema fisiocrático: el producto neto (PN). ¿Qué es el producto neto?. La diferencia entre el valor venal (VN) y el valor fundamental (VF):

PN = VV – VF

Como diferencia entre dos valores, el producto neto es un valor que se expresa como una suma de dinero. Esto nos lleva al problema del origen del producto neto y al de la productividad exclusiva de la agricultura. En Granos, artículo escrito para la Enciclopedia, Quesnay señala lo siguiente:

“No hay multiplicación de riquezas en la producción de obras de la industria, ya que el valor de esas obras no aumenta más que del precio del sustento que los obreros consumen”[12]

Y aún más:

“El producto del trabajo del artesano no vale más que los que consume; si costara más habría pérdida. El producto del trabajo del cultivador sobrepasa su propio consumo; cuanto más lo sobrepasa, más es ventajoso y más aumenta la opulencia de la nación”[13]

En esas citas está enunciada la tesis fisiocrática de la productividad exclusiva de la agricultura. La agricultura es productiva porque produce producto neto, es decir, porque en esa actividad el valor venal excede al valor fundamental. No ocurre así en la industria o en la artesanía.  El producto neto supone la existencia de un excedente físico, es decir, que las cantidades de bienes producidas por la economía exceden consumidas en la producción. Y su apropiación por los propietarios bajo la forma de renta es expresión de la supremacía social de esta clase. 

IV

Para describir el Tableau, es conveniente partir de la presentación que hace el propio Quesnay[14]:

“La nación está compuesta por tres clases de ciudadanos: la clase productiva, la clase de los propietarios y la clase estéril.

La clase productiva es la que hace renacer por el cultivo del territorio las riquezas anuales de la nación, la que hace los avances de los gastos de los trabajos de la agricultura y la que paga anualmente los ingresos de los propietarios de la tierra. De esta clase dependen todos los trabajos y todos los gastos que se hacen hasta la venta de sus productos finales; es por esa venta final que se conoce el valor de la reproducción anual de las riquezas de la nación.

La clase de los propietarios incluye al soberano, los propietarios de las tierras y los que viven del diezmo. Esta clase subsiste por el ingreso o producto neto  de la agricultura, que le paga anualmente la clase productiva, después de que ésta ha tomado, de la producción anual, lo necesario para reembolsar los avances anuales y para el mantenimiento de los medios de explotación.

La clase estéril está formada por todos los ciudadanos que se ocupan de otros servicios y otros trabajos diferentes la agricultura y cuyos gastos son pagados por la clase productiva y por la clase de los propietarios, que obtienen sus propios ingresos de la clase productiva.

Para seguir y calcular claramente las relaciones entre esas diferentes clases, es necesario fijar un caso cualquiera; porque no se puede establecer un cálculo positivo sobre simples abstracciones.

Supongamos por tanto un gran reino cuyo territorio en el más alto grado de su agricultura produzca todos los años un reproducción por un valor de 5 mil millones; y donde el estado permanente de esa valor haya sido establecido por los precios constantes que se fijan entre naciones comerciantes en condiciones de libre concurrencia y de una entera seguridad de la propiedad de las riquezas que se explotan en la agricultura”[15]

Figura 1
 

Un concepto central del sistema fisiocrático es el de reproducción. Se trata de establecer las relaciones económicas cuantitativas que deben darse entre las clases a fin de garantizar que el sistema se reproduzca al nivel alcanzado.

Al principio del período los propietarios tienes su ingreso o producto neto de 2M, la clase estéril y la clase productiva tienen 1M y  2M que constituyen los “avances”. Los “avances” o “adelantos” son adquirir las materias primas, los bienes de consumo de los trabajadores de cada sector y los que reponen el capital duradero. El sistema se reproduce si permite la reposición de los avances y de producto neto.

Los propietarios gastan la mitad de su ingreso en bienes agrícolas (1M) y otro tanto en productos de la clase estéril (1M). Ésta compra con las avances (1M) materias primas agrícolas y con los que recibe de los propietarios (1M) compra bienes de subsistencia agrícolas que consumirá en el período. La clase productiva consagra lo que recibe de los propietarios (1M) a la compra de productos de la clase estéril. Con ésta suma la clase estéril reconstituye los avances. La clase productiva con el producto de sus ventas a la clase estéril (2M)  paga la renta a los propietarios. Los avances de la clase productiva dan lugar a intercambios a su interior. Al final del período la clase productiva y la clase estéril han reproducido sus avances y los propietarios tienen sus rentas. El ciclo económico puede continuar.

Figura 2
 
La reproducción de sistema exige la realización de los cambios en las proporciones indicadas. Escribe Quesnay:

“La marcha de ese comercio entre las diferentes clases y sus condiciones esenciales no son hipotéticas. Quien reflexione en ello verá que están fielmente copiadas de la naturaleza; pero los datos de los que nos hemos servido sólo son aplicables al caso del que se trata aquí. Los diversos estados de prosperidad o de retroceso de una nación agrícola ofrecen una multitud de otros casos y consecuencia otros datos; de los cuales cada uno es el fundamento de un cálculo particular que le es propio rigurosamente”[16]

Que el sistema genere las proporciones adecuadas en los intercambios depende de dos circunstancias:

“…suponen que la libertad de comercio permita la venta de los productos a un buen precio (…) y que el cultivador no tenga que pagar directa o indirectamente otras cargas diferentes a la renta de los propietarios…”[17]

Si el agricultor tuviera que pagar además de la renta un impuesto, este tendría que salir de la parte dedicada a los avances, con lo cual en el siguiente período la escala de la producción se vería disminuida y la producción entraría en decadencia. Lo mismo ocurría si el impuesto cayera sobre la clase estéril que se vería obligada a trasladarlo a la clase productiva o vería reducidos sus avances y con ello el nivel de producción. De estas consideraciones surge la doctrina del impuesto único:

“Los propietarios, el soberano y toda la nación tienen todo el interés de que el impuesto sea establecido totalmente sobre el ingreso de los propietarios; porque toda otra forma de impuesto sería contraria al orden natural, porque sería perjudicial a la reproducción y al impuesto…”[18]

En efecto, si el impuesto cae sobre el producto neto no se alteran los intercambios entre las clases, sino que se presenta una distribución diferente de éste entre los miembros de la clase de los propietarios.

V

El criterio de la política económica fisiocrática es el aumento del producto neto: es bueno todo lo que permita incrementarlo y nefasto todo lo que lo reduzca. La política económica fisiocrática puede resumirse en los siguientes puntos:

1.      Libertad de comercio y libre circulación de las mercancías pues de esta forma se garantiza que los precios que se forman cubran los costos, permitan la recuperación de los avances y las rentas. Así escribe Dupont de Nemours:

“Hace falta la libertad, pero hace falta que sea entera, completa, general, despojada de restricciones, de limitaciones, de inspecciones. ¿Por qué?. Porque es la primera fuente de todas las producciones y de todas las riquezas”[19].

2.      Seguridad en la propiedad pues de otra forma no habrá incentivos a la producción. Así escribe Mirabeau:

“La seguridad en la propiedad es el fundamento esencial del orden económico de la sociedad (…) ya que es la seguridad de la posesión permanente la que provoca el trabajo y el uso de las riquezas para la mejora y cultivo de las tierras y para las empresas del comercio y de la industria”[20]

3.      Impuesto único sobre el producto neto o renta de los propietarios. Así escribe Quesnay:

“Uno de los objetos más temibles en los gobiernos sujetos a la autoridad absoluta del Príncipe es la contribución impuesta a los súbditos arbitrariamente y que parece no tener reglas prescritas por las leyes naturales. No obstante, el autor de la naturaleza fijó el orden de manera decisiva (…) la contribución anual necesaria para el Estado sólo puede ser una porción de del producto anual del territorio cuya propiedad pertenece a los poseedores entre los cuales está repartido el territorio, y que de esta manera la contribución sólo puede ser una porción de del producto de la tierra perteneciente a  los poseedores; del producto, digo, que excede los gastos del trabajo del cultivo y los gasto de los demás adelantos necesarios para la explotación de ese cultivo[21].

 

Bibliografía

Cartelier, J. Excedente y Reproducción. La formación de la economía política clásica. FCE, México 1981.

Meek, R. La fisiocracia. Ariel, Barcelona, 1975.

Quesnay, F. El Tableau Economique y otros escritos fisiocráticos. Editorial Fontamara, Barcelona, Sin fecha de publicación.

Quesnay, F. Tableau Economique des Physiocrates.  Calmann-Levy, Paris 1969.

 



[1] Ronald Meek sitúa el nacimiento de la escuela fisiocrática en julio de 1757, cuando se produce el encuentro entre Francios Quesnay y el Marqués de Mirabeau.
 
[2] Quesnay nació en Méré en 1694. Hijo de una familia de agricultores acomodados, estudia medicina y cirugía en París. También de manera autodidacta estudia filosofía en las obras de Descartes y Malebranche. Como médico y cirujano alcanza gran notoriedad llegando a ser médico de la Marquesa de Pompadour y del mismo rey, Luis XV. En una edad relativamente avanzada, hacia 1750, empieza interesarse en la filosofía y en la economía. Colabora con varios artículos (Evidencia, Función del alma, Agricultores, Cereales, Hombres, Impuestos e Interés del dinero) a la Enciclopedia de Diderot. En 1758 presenta la primera versión del Tableau Economique, que dará lugar a numerosos desarrollos y estudios que constituyen el núcleo de la literatura fisiocrática. Quesnay muere en 1774 a la edad de 80 años.
 
[3] No debe ser confundido con su hijo, Honoré Gabriel Riquetti Conde de Mirabeau (1749 -1791), quien tuvo gran protagonismo en la Revolución Francesa.
[4] Citado por Cartelier (1976,1986). Página 66.
 
[5] Ídem, Página 65.
 
[6] Ídem, Página 69.
 
[7] Ídem, Página 70.
 
[8] Ídem, Página 70
 
[9] Quesnay, F. El Tableau Economique y otros escritos fisiocráticos. Editorial Fontamara, Barcelona, Sin fecha de publicación. Página 211-212.
 
[10] Ídem, página 213.
 
[11] Ídem, página 217.
[12] Ídem, página 158.
 
[13] Citado por Cartelier (1976,1986). Página 76.
 
[14] Quesnay hizo diversas presentaciones del Tableau. La más sistemática y en la que mejor se expresan las hipótesis del modelo es la contenida en el texto: “Analyse de la formule arithmétique du tableau economique de la distribution des dépenses annuelles d´une nation agricole”.
[15] Quesnay, F. Tableau Economique des Physiocrates.  Calmann-Levy, Paris 1969. Páginas 45-47.
[16] Ídem, páginas 49-50.
 
[17] Ídem, página 50.
 
[18] Ídem, página 51.
 
[19] Cartelier (1976). Página 108.
 
[20] Cartelier (1976). Página 107.
 
[21] Cartelier (1976). Página 106.

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