viernes, 20 de abril de 2018

El mito de la educación superior universal y gratuita


El mito de la educación superior universal y gratuita

Luis Guillermo Vélez Álvarez
Economista, Docente Universidad EAFIT

Los candidatos presidenciales están enfrascados en una fuerte disputa por el voto de los universitarios y los bachilleres próximos a graduarse. Se pasean por las universidades lanzando sobre los jóvenes cajonados de frases y promesas de todo tipo. Humberto de la Calle sostiene que nuestra sociedad será más equitativa cuando todo colombiano tenga un título universitario y promete que al cabo de sus cuatro años de gobierno el 100% de los jóvenes logrará entrar a la universidad, ello sin pagar un solo peso. Gustavo Petro anuncia la eliminación del ICETEX pues ya no será necesario el crédito educativo dado que su gobierno garantizará el derecho a la educación superior universal, pública y gratuita. Menos ambiciosos, Fajardo y Vargas Lleras prometen llegar, al cabo de sus mandatos, a coberturas en educación superior de 65% y 63%, respectivamente. Iván Duque habla de condonar créditos, de crear un vehículo financiero para fortalecer la universidad pública, de mejorar el SENA y de elevar la calidad y la pertinencia en concordancia con la “economía naranja”.

Escuchando a los candidatos termina uno por creer que los países ricos, prósperos y equitativos  que tanto envidiamos lo son por la sencilla razón de que en todos ellos todo mundo o casi todo mundo tiene un título universitario y que, en consecuencia, la educación superior para “todos y todas” es el camino, ¡cómo no nos habíamos dado cuenta antes! Pero una simple mirada a las estadísticas de la UNESCO, al parecer poco frecuentadas por los asesores de los candidatos, acaba con esa ilusión.

Entre las muchas cifras que recopila el UIS (el instituto de estadísticas de la UNESCO) hay una de especial interés para el tema que nos ocupa. Se trata de la tabla que recoge el nivel de educación alcanzado por la población mayor de 25 años de cada uno de los países miembros de la Organización. Se encuentra uno con la sorpresa de que no “todos y todas los ciudadanos y ciudadanas” de esos países ricos, incluidos los idílicos países escandinavos,  tienen educación superior y que “muchos y muchas” apenas terminaron la primaria o la secundaria. Acorde con el propósito de esta nota, en la gráfica se muestra para un grupo de países seleccionados el porcentaje de la población mayor de 25 años que alcanzó educación superior, la cual, de acuerdo con la clasificación de UNESCO incluye tecnológica, profesional, maestría y doctorado. El lector curioso puede encontrar más información en el vínculo puesto debajo de la gráfica 1.  


Gráfica 1



Hay varias cosas notables:

·         En Israel y Estados Unidos que tienen la mayor cobertura, la educación superior no es precisamente gratuita para los estudiantes;  sus familias y los propios educandos asumen parte importante de los costos.

·         Los niveles de cobertura alcanzados por la mayoría de los países desarrollados están alrededor de 34%, cifra que en algunos casos se alcanzó hace ya muchos años sin que se observe un crecimiento significativo en épocas más recientes.

·         Llaman la atención los casos de Austria y Alemania con coberturas por debajo de 30%  sin que esos países, hasta donde se sabe, se estén involucionando hacia el subdesarrollo o tornándose  más inequitativos.

·         Finalmente, con su 20%, Colombia no luce mal en el contexto latinoamericano. Está por encima de México y Brasil y a un nivel comparable al de Chile y Perú.

La idea de que una educación superior universal y gratuita es la condición de un “desarrollo con equidad” no parece tener apoyo en los datos. Más bien puede ser lo contrario: el desarrollo económico permite una mayor cobertura de la educación superior.

Tal vez es más preocupante lo referente a los otros niveles de educación alcanzada por la población, especialmente, lo que tiene que ver con la educación primaria. En cifras de 2015, el nivel educativo de casi el 50% de los colombianos mayores de 25 años es igual o inferior a la primaria. Un 7% no tiene educación formal alguna y el 17% únicamente primaria incompleta. Eso suma 6,3 millones de personas y los que solo tiene primaria son 7,3 millones.  La gráfica 2 muestra el vergonzoso lugar que ocupamos en el ámbito internacional.
Gráfica 2



La situación de esos 14 millones de colombianos sin ninguna educación, con primaria incompleta o solamente primaria no es irremediable, pero ninguno de los candidatos está hablando de este asunto ni ha propuesto cosa alguna. Tampoco están hablando de las tasas de cobertura que deben alcanzarse para evitar que unas cifras tan vergonzosas se perpetúen en el futuro. Pero tienen razón en ignorar este problema. A fin de cuentas los niños de primaria y secundaria no votan y los adultos mayores de 25 años carentes de educación son una mayoría atomizada y sin vínculos corporativos o gremiales que puedan invocarse en una campaña electoral. 

LGVA
Abril de 2018

7 comentarios:

  1. Todo lo que sea gratis es de pésima calidad, como los médicos cubanos que internacionalmente son comparados con enfermeros......

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    1. Para aclararle con conocimiento de causa: Enfermería al igual que medicina son ambas carreras profesionales. Ambas complementarias en el mundo de la salud, ninguna de las dos es más importante que la otra. Mientras la medicina se encarga de atender al paciente en cuanto a prescripciones, la enfermería se encarga de su cuidado y monitoreo. Ese es el enfoque de cada una. Ahora bien, lo de Cuba es otro caso aparte, en el que por falta de intercambio con el resto del mundo, la mayoría de los médicos y enfermeros que manda el régimen cubano por el mundo está mal capacitado. Saludos.

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  2. Huy mujer no sea ignorante, los profesionales de Uis donde me gradué son muy buenos y calificados, no haga el oso con esos comentarios.

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  3. Mujer no demuestre ignorancia, la Nacional, la UIS que son públicas tienen los mejores y capacitados profesionales no haga el oso

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  4. tiene razón, los mèdicos cubanos solo impresionan en paises tercer mundistas; en el primer mundo dejan mucho que desear

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  5. Luis Guillermo Pérez Puerta21 de abril de 2018, 20:52

    Buenas columnas

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