Bajo
el régimen de Fidel Castro, Cuba se empobreció.
Luis
Guillermo Vélez Álvarez
Economista,
Universidad EAFIT
A finales de los años 50 la economía
cubana era bastante próspera en el contexto de América Latina. En 1960, su PIB
por habitante era el quinto de América Latina; después de Uruguay, Argentina,
Venezuela y Chile. En las décadas
siguientes fue cayendo relativamente hasta situarse, en 2015, en el décimo primer lugar del escalafón
latinoamericano.
La tabla permite hacer otras
comparaciones interesantes:
En 1960, el PIB por
habitante de Cuba era equivalente al 65%
del de Uruguay, el país más rico en ese año. Con alzas y bajas, ha
mostrado una tendencia descendente hasta situarse en 45% del de Chile, el país más rico de América
Latina de 2015.
El PIB por habitante de Cuba duplicaba al de Colombia en 1960. En 2015, el de Colombia
excede al de Cuba en 15%. Hay que destacar que entre esos años la población
cubana aumentó 60%, pasando de 7,1 a 11,4 millones; en tanto que la colombiana
se triplicó, al pasar de 16 a 50 millones.
Aunque no es el tema de esta
nota, no puede omitirse una mención al caso de Venezuela, el país más rico de
América Latina en 1980, con un PIB – per cápita que triplicaba el de Colombia.
En 2015 sólo lo excede en un 6%. Los otros países del “socialismo siglo XXI” se
destacan en la parte inferior de la tabla: Ecuador (13), Bolivia (17) y
Nicaragua (19).
El tamaño del PIB es
importante, pero también lo es su composición. Por el lado de la oferta al lado
de la industria, la agricultura, el comercio, la construcción y otros sectores
de actividad, las cuentas nacionales incluyen la “Administración Pública” que
incluye los servicios del gobierno: policía, ejército, justicia, etc. En Cuba
este rubro representa el 37% del valor agregado, porcentaje superior al de
cualquier país latinoamericano.
Otra forma de ver las cosas
es por el lado del gasto. Las cuentas nacionales lo descomponen en consumo
privado, consumo del gobierno, formación bruta de capital y exportaciones
netas. En 2015, Cuba presenta el más bajo consumo privado – 55% del PIB – y el
más alto consumo del gobierno – 32% del PIB-
entre las mayores economías de América Latina.
En resumen: bajo el
socialismo de los Castro, Cuba se hizo relativamente más pobre entre los países
de América Latina al tiempo que el gobierno se apropia, en 2015, de una porción
del PIB superior a la de cualquier otro gobierno de la región. O, visto de otra
forma, los cubanos son comparativamente más pobres, su consumo es
relativamente más bajo y su gobierno más voraz.
LGVA
Noviembre de 2016.