martes, 13 de febrero de 2024

La elección del Personero.

 

La elección del Personero.

Luis Guillermo Vélez Álvarez

Economista

Constitucional y legalmente corresponde a los concejos elegir al Personero del municipio o distrito. Elegir, del latín elígere, significa, según el diccionario de la RAE, escoger o preferir a alguien – o algo – para un fin. También es “nombrar a alguien por elección para un cargo o dignidad”. El María Moliner define nuestro verbo como: “designar a alguien por votación para un cargo, premio, etc.”

El decreto 1083 de 2015 – Decreto Único Reglamentario del Sector de la Función Pública – en su título 27, fija los “estándares mínimos para la elección de personeros municipales”. Se establece allí que el personero será elegido de una lista resultante de un concurso de méritos – objetivo, imparcial, transparente y público – que puede ser realizado por una institución de educación superior contratada para el efecto. El concurso incluye una prueba de conocimientos, que pesa un 60%, y la evaluación de competencias laborales, estudios y experiencia que conjuntamente pesan 30%. El restante 10% resulta de una entrevista que los concejales realizan al conjunto de participantes que han alcanzado un puntaje mínimo en la prueba objetiva.

La entrevista es el único componente “subjetivo” de la puntuación y su calificación se basó, en el caso de Medellín, en las respuestas dadas por los candidatos al mismo conjunto de preguntas, definidas por la institución educativa que adelantó el proceso y conocidas previamente por aquellos. La entrevista no evaluaba ni la ética ni la estética de los participantes en su conjunto ni de ninguno en particular ni tampoco sus antecedentes político-administrativos.   

En un texto de horrorosa sintaxis y dudosa constitucionalidad, el decreto señala:

“Con los resultados de las pruebas el concejo municipal o distrital elaborará en estricto orden de mérito la lista de elegibles, con la cual se cubrirá la vacante del empleo de personero con la persona que ocupe el primer puesto de la lista”

Tal como lo ha interpretado el Consejo de Estado se sigue de ese artículo que es obligatorio elegir al ganador del concurso, lo cual convierte la votación un acto protocolario de confirmación. Pero hay más. En lo que supone una confusión entre la votación del concejo como cuerpo colegiado y el voto individual de cada concejal, se ha desarrollado la teoría de que todos los conejales están obligados a votar por ese ganador sin que importe la valoración ética o política que cada cual pueda tener del personaje en cuestión.

Un católico provida, un animalista o una concejal podrían tener reservas de conciencia para votar por el ganador del concurso si se trata de alguien a quien perciban como un abortista, un maltratador de animales o un abusador de mujeres. Según esa teoría, el ejercicio del voto de conciencia estaría prohibido.

 Yo soy yo y mi circunstancia, y sino la salvo a ella no me salvo yo”, dejó dicho Ortega y Gasset.  La voluntad de las personas está marcada por su circunstancia que es la síntesis de los más profundos valores, pasiones y creencias a los cuales es imposible renunciar.

LGVA

Febrero de 2024.

domingo, 4 de febrero de 2024

El futuro de la libertad

 

El futuro de la libertad*

Luis Guillermo Vélez Álvarez

Economista

El futuro de la libertad en Colombia dependerá de la velocidad con la que se desarrollen dos procesos, a saber:

i)             el de desencantamiento de la juventud y la clase media que votó por Petro

y

ii)            el de la corrupción y cooptación de las Fuerzas Militares por el nuevo gobierno.

Si el desencanto cunde más rápidamente y se expresa con fuerza en las calles, es muy probable que Petro no pueda contar aún con las Fuerzas Militares para reprimir la protesta y, siempre que no aparezca un Baduel colombiano, hay chances de que su gobierno no evolucione en un sentido dictatorial, que Petro termine pareciéndose más a AMLO que a Chávez y que, en cuatro años o menos, lo tengamos fuera del escenario político por el resto de sus días.

Si el segundo proceso se desarrolla más rápidamente que el primero, Petro podrá reprimir sin mayor dificultad, como lo hicieron Chávez y Maduro, las protestas callejeras que inevitablemente se presentarán. Las protestas durarán un par de meses, al cabo de los cuales, después de algunas decenas de jóvenes muertos, centenas de detenidos y dos o tres comunicados blandengues de las ONG defensoras de los izquierdos humanos, la situación se estabilizará y caeremos en el sopor de la servidumbre voluntaria que padece la población de los estados totalitarios de Cuba, Nicaragua y Venezuela. En este caso, podría instaurarse un gobierno dictatorial duradero.

En el Congreso no encontrará oposición el gobierno de Petro. Las fuerzas que le acompañan reúnen ya 38-40 senadores: no le resultará difícil encontrar otros 17-15 para hacer mayoría. Con el poder corruptor del ejecutivo, es muy probable que alcance una mayoría holgada de 60-70 senadores. Algo similar ocurrirá en la Cámara de Representantes.  

En la Corte Constitucional y el Consejo de Estado domina, desde hace años, la interpretación valorista y anti-semántica de la ley, propugnada por el jurista Diego López Medina, cuyo sesgo ideológico “progresista” es evidente. Allí no encontrará el ejecutivo obstáculo para impulsar lo “social”, por encima del estado de derecho; por el contrario, más que un contrapeso, las altas cortes serán un sólido aliado del gobierno en su lucha por la “justicia social”. 

Los gremios han convivido con sucesivos gobiernos, acomodándose a sus manejos reglamentarios y fiscales, sin cuestionar evidentes restricciones a la libertad económica. Sus dirigentes no vacilaban en invitar a sus eventos gremiales a políticos que, como Petro, prometían acabar con los negocios de sus afiliados. Ahora esos gremios enfrentan el reto de un presidente enemigo del capitalismo y la actividad empresarial privada. ¿Estarán a la altura?

Con contadas excepciones, la prensa tiene una clara orientación hacia la izquierda, tolerada por empresarios y capitalistas que son dueños o financian con su pauta las cabinas radiales, los estudios de televisión y las rotativas de la prensa escrita desde donde se despotrica contra el “capitalismo salvaje”. 

No parece pues que el gobierno de Petro vaya a tener fuertes contrapesos.  Es sombrío el futuro de la libertad. Queda la calle.    

LGVA

Febrero de 2024, diciembre de 2022.



* Este artículo, publicado en El Colombiano en diciembre de 2022, cobra vigencia en virtud de la amenaza del presidente Petro de recurrir a la movilización de masas en contra de las instituciones. Se publica sin cambios.