Resistir a la destrucción del
capital humano en EPM
Luis Guillermo Vélez Álvarez
Economista
En carta pública del 18 de octubre de 2019 dirigida a
la que llamó “Familia EPM”, Quintero Calle, entonces candidato, escribió:
“…nombraré en EPM una gerencia confiable, técnica y
responsable (…) Trabajaré para establecer un gobierno corporativo que le dé
estabilidad en el tiempo a la gerencia (…) invertiremos en el talento humano de
su gente y nos soportaremos en su carácter técnico para la toma de decisiones”
Nunca antes una promesa electoral había sido
incumplida en forma tan cínica y descarada.
Primero vino el nombramiento de una Junta Directiva
compuesta por personajes desprovistos de todo conocimiento en servicios
públicos y sin ejecutorias empresariales conocidas. Haciendo gala de una
desmesurada indignidad, esos directivos han acolitado adocenadamente todos los
desafueros de quien terminó convertido en su patrón.
Las
vicepresidencias se llenaron igualmente de ignorantes en servicios públicos que
por toda experiencia no podían acreditar más que pequeños cargos de quinto
nivel en dependencias gubernamentales. A fin de cuentas, solo quedó un
vicepresidente con trayectoria en EPM, quien resultó más servil que los recién
llegados y se comportó miserablemente con sus propios compañeros de vieja data.
El
proceso de desprofesionalización de EPM y sus filiales se ha extendido desde la
alta dirección a la gerencia media y está llegando a nivel de los
profesionales. Esto es gravísimo pues conduce a crecientes errores y aumenta
los riesgos de corrupción pues la idoneidad profesional y la ética laboral son
la primera barrera de contención de ese flagelo.
Son
muchos los profesionales y directivos que, a la primera oportunidad, han salido
huyendo de EPM para no tener que soportar el ambiente sórdido de incompetencia
y corrupción que se extiende a todos los niveles. Se presenta así la situación
impensable hace años: la gente tratando de irse de la empresa a la que todo
mundo quería entrar.
Como si
fuera poco, se ha desatado un régimen de terror e intimidación contra los
directivos y profesionales de tradición cuya más ostensible manifestación es el
retiro humillante de la Doctora Mónica Ruiz, funcionaria con 25 años de
trayectoria, a quien, en un momento de crisis, la Junta Directiva encontró
idónea para encargarla de la gerencia general.
Al mismo
tiempo que se prescinde de profesionales experimentados y competentes, se crean
dependencias claramente burocráticas y sobre medida para las amigas del alcalde
y el gerente: “Gestión de Relaciones con el Gobierno Nacional” y “Gestión de
Relaciones con el Gobierno Local y Regional”.
Sacando
profesionales de larga experiencia, se han apoderado de la Vicepresidencia de
Talento Humano, pomposamente llamada “Experiencia del Empleado y Soluciones
Organizacionales”. Esta toma representa una amenaza para todos los
profesionales de EPM a quienes no puedo dejar de recordarles el célebre poema
de Martin Niemöller:
“Cuando los nazis vinieron a
llevarse a los comunistas,
guardé silencio, ya que no era
comunista,
Cuando encarcelaron a los
socialdemócratas,
guardé silencio, ya que no era
socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los
sindicalistas,
no protesté, ya que no era sindicalista,
Cuando
vinieron a llevarse a los judíos,
no
protesté, ya que no era judío.
Cuando
vinieron a buscarme,
no
había nadie más que pudiera protestar”.
LGVA
Abril de
2023.